La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 159
Capítulo 159:
Mirando a Patti, ella pensó que aunque siempre se encontraba con personas molestas como Kiley y Eileen, era soportable ya que también tenía de su lado a buenas personas como esa chica o Derek. Aquello era como un equilibrio que no permitía que tuviera que estar rodeada solo de mala energía.
«Escuché que no tienes mucha experiencia laboral, ¿Eso es cierto?», consultó Patti mientras esperaba.
«Sí. Después de graduarme de la universidad, solo trabajé en una pequeña empresa llamada Davina, pero es posible que no hayas oído hablar de ella», respondió Celia con sinceridad.
Asintiendo pensativa, la otra dijo: «No, de hecho no he oído hablar de ella. Pero tenemos experiencias similares. Yo también trabajé en una pequeña empresa durante muchos años antes de venir también al Grupo Semshy».
Entonces sonrió y elogió a Celia de nuevo.
“Sin importar que no tengas mucha experiencia, debo decir que tienes buen ojo y buen gusto. Eres muy talentosa».
Al sentir la sinceridad en la chica, Celia le sonrió agradecida.
«Cece, ven aquí un segundo», dijo Brea desde el probador, cortando su conversación.
Dado que Celia no quería pedirle a Patti que llevara los atuendos, simplemente los colgó en los ganchos antes de colocarlos en el perchero.
“Por favor, está pendiente de ellos», le pidió a la chica.
Con un asentimiento, esta le dijo: «De acuerdo. No te preocupes, ve».
Tras agradecerle, Celia corrió al probador.
Al ver eso, los ojos de Eileen se movieron hacia los dos vestidos en el perchero, y una sonrisa apareció en sus labios. ¡Definitivamente quería darle una lección a esa ignorante recién llegada!
Ella solía ser una de los estilistas exclusivos de Brea, quien también había sido amable con ella. No obstante, sentía que la confianza y la dependencia de Brea hacia Celia eran mucho mayores que los que tuvo hacia ella en su momento, y eso la inquietó un poco.
Es decir, Celia era solo una diseñadora desconocida por el momento, pero desde que llegó allí, había estado robándole protagonismo una y otra vez, y temía que llegara un día en que esta la superara por completo.
De pronto, Kelley regresó, y levantando su celular, dijo con entusiasmo: «Brea dijo que les comprará bebidas. ¿Qué quieren? Voy a ordenar ahora».
Al escuchar eso, todos los estilistas se agolparon para decirle lo que querían.
De hecho, la bebida no era el punto, ya que todos podían pagarse una, pero principalmente querían aprovechar esa oportunidad porque los hacía sentir más cercanos a Brea.
Mientras todos se le acercaban con entusiasmo a la asistente, Eileen se quedó atrás con una expresión desdeñosa, y luego de voltear los ojos, caminó en silencio hacia el perchero.
Sutilmente echó un vistazo, y descubrió que los dos vestidos elegidos por Celia estaban colgados en un lugar discreto y fuera del rango de monitoreo, lo cual le era muy conveniente para que pudiera hacer algo.
Ya que todo el mundo estaba ocupado, nadie se fijó en ella, de modo que agarró sus tijeras y se las escondió en la manga. Luego fingió pasar por el perchero, y con un rápido movimiento y expresión indiferente, cortó el vestido negro que Celia había elegido.
Después de eso, se fue como si nada hubiera pasado, y escondió las tijeras en su bolsillo mientras corría entre la multitud para pedir una bebida como los demás.
«Quiero una taza de café con leche de coco, por favor. ¡Qué generosa es Brea! Agradécele de nuestra parte por el gesto», dijo en voz alta a propósito para atraer la atención de todos hacia ella.
Después de tomar nota de lo que quería cada uno de ellos, Kelley llamó a una tienda para hacer el pedido. Tan pronto como terminó de ordenar, Brea finalmente salió vestida.
Celia también salió mientras sostenía el dobladillo detrás de ella. El diseño de corte especial del vestido lo hacía resaltar la delgada cintura de Brea y enfatizaba las proporciones de su figura de una manera hermosa.
Saliendo con gracia, ella levantó la cabeza. Verla hizo que todos quedaran tan atónitos como si acabaran de ver un ángel.
Luego empezaron a discutir.
“¿Son cosas mías o Brea se ve aún más hermosa que antes?».
«La ropa es un factor importante además de la belleza natural, así que sin importar cuán hermosa sea una chica, tiene que vestirse bien para sobresalir».
«No esperaba que el vestido elegido por Celia le quedara tan bien a Brea. ¡Es literalmente perfecto!».
Al ver que todos miraban a Celia con alabanza, Eileen sintió un sabor amargo en la boca, e intervino con una expresión sombría, «No tiene nada que ver con el vestido. Brea es muy hermosa, así que era obvio que le quedaría bien. Es más, incluso si se pusiera una bolsa de basura, ella seguiría luciendo hermosa. No requiere mucho trabajo elegir algo para alguien así».
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