Capítulo 155:

El tono consternado de Celia ablandó el corazón de Tyson, y dado que no quería que se preocupara, dijo de inmediato: «No es nada grave. Supongo que no me arropé bien anoche. Tú tranquila, ve a trabajar».

«¿Anoche?», cuestionó ella aún más confundida. Y es que él la sostuvo en sus brazos todo el tiempo. ¿No debía haber estado calentito en todo caso? Además, la noche anterior no pareció hacer demasiado frío. ¿Cómo era que él se había resfriado entonces?

Ella concluyó que tal vez él estaba débil por las secuelas del accidente automovilístico, y pensó que debía haber estado ciega para no darse cuenta del malestar del hombre esa mañana. Aunque él no le había dicho nada hasta ahora.

Algunas preguntas más rondaron su mente y ella estaba a punto de preguntar, pero Brea le agarró la mano y la arrastró mientras le decía comprensivamente: «Vamos a trabajar. Ya que tu esposo está enfermo, no importa si no lo veo esta vez. Estoy segura de que habrá muchas oportunidades en el futuro».

Celia se sintió un poco incómoda al ver que Brea era especialmente comprensiva, y en tono de disculpa, dijo: «Yo tampoco sé por qué actuó así. Parecía que no quería bajarse del auto hoy. De veras debe sentirse mal… pero bueno, no te preocupes».

Agitando la mano, Brea bromeó.

“No importa. Él no es mi marido, así que no tengo la obligación de conocerlo».

Y riendo, se dio la vuelta para echarle un vistazo al perfil de Tyson a través de la ventana del auto. Por alguna razón, sintió que se le hacía familiar, e inclinando la cabeza, estaba a punto de pensar más en ello, pero el hombre se alejó enseguida.

«Lo siento mucho, Brea. Ya podrán conocerse la próxima vez».

La disculpa de Celia la devolvió a la realidad, y negando con la cabeza, sonrió.

“En serio no importa».

De repente se le ocurrió algo, y dijo en broma: «¡Creo que sé por qué tu esposo no salió del auto!».

«¿Qué quieres decir?», preguntó Celia.

Con una mirada de chisme, Brea lanzó una suposición.

“¡Lo más probable es que él tenga una fobia social como nuestro misterioso Señor Reyes!».

Celia se divirtió con aquello, y tras sacudir la cabeza, respondió: «No creo que mi esposo sea una persona con fobia social».

Sonriendo, Brea le palmeó el hombro.

“Es posible que no lo muestre cuando está contigo. Después de todo, eres su esposa. Pero parece ser tímido frente a los extraños, como yo».

Ante eso, Celia pensó en cómo el carácter y actitud de Tyson eran diferentes frente a ella y frente a los demás, de modo que consideró que tal vez eso era lo que podía sucederle. Podría ser que él tuviera fobia social, pero que prefería que ella no lo supiera.

Después de aceptar esta posibilidad, no pensó demasiado y solo siguió a Brea adentro de la empresa.

«Por cierto, Cece, necesito que me ayudes con algo. Por favor, ven conmigo», dijo Brea al tiempo que la arrastraba directamente al departamento de artes escénicas.

«¿Con qué?», preguntó Celia siguiéndola.

«Lo sabrás cuando llegues allí», respondió la otra con una sonrisa misteriosa.

Celia no tuvo más remedio que seguirla con curiosidad.

Brea la llevó al vestuario del departamento de artes escénicas, donde había una variedad de vestidos colgados en filas.

«Me estoy preparando para una colaboración con una empresa de joyería. He probado varios vestidos, pero todavía no he encontrado uno que encaje perfectamente con mi gusto, y al preguntarle al fotógrafo, me dijo que podría ser un asunto referente al estilismo. Me probaré unos atuendos más, pero necesito tu ayuda con ello. De hecho, como eres nueva en la empresa, no es necesario que participes en el rodaje de una vez, pero esto es lo que Foley me consiguió con un muy arduo esfuerzo, y es muy importante para nosotros. Por eso te pido el favor de ayudarme a verificar la ropa. Vamos a tener otra sesión de prueba después de eso».

Al escuchar la explicación, Celia dijo de inmediato mientras sonreía: «¿Cómo puedes llamar a esto un favor? Quiero decir, soy tu diseñadora a tiempo completo y obviamente soy responsable del diseño y estilismo en ti; este es mi trabajo. Deberías acudir a mí cada vez que necesites ayuda con eso».

«Lo sé. Es solo que estás muy ocupada siempre diseñando mi vestido para el cóctel que realizará la empresa, sin mencionar que tienes tus propias dificultades debido a personas como Kiley. Lamento aumentar tu carga de trabajo».

«Oye, tú me das un salario muy alto, así que no es gran cosa aumentar mi carga de trabajo, ¿De acuerdo?».

La buena disposición de Celia hizo feliz a Brea.

“Qué bueno que no te moleste hacerme el favor».

Después de eso, llamó a los otros estilistas y les presentó a Celia.

“Oigan, chicos, ella es mi diseñadora a tiempo completo, Celia Kane. Es quien me ayudó a modificar mi vestido la última vez, y por lo que llamé mucho la atención en internet. Aunque por ahora no tiene mucha experiencia laboral, su capacidad es muy destacada, se los aseguro. Espero que todos sepan respetarla tanto como a mí».

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