Capítulo 149:

Al sentir la ternura y el afecto de Tyson, Celia dejó que la besara en la mejilla, y luego le dedicó una suave mirada, sintiendo la calidez fluir entre los dos.

Tyson también la miró y la abrazó con fuerza. Se quedaron inmóviles por un rato, y el tiempo pareció detenerse, dejándolos a los dos en soledad.

«Tyson…», llamó la muchacha en voz baja.

Retiró sus brazos alrededor de su cuello y suavemente acarició su rostro con sus manos.

Él también subió sus propias manos y las puso sobre las suyas, llenándolas de un calor que hizo temblar el corazón de Celia, quien lo miró con cariño e, incapaz de resistir sus impulsos, se pasó de puntitas y lo besó.

El muchacho la abrazó con más fuerza y correspondió, queriendo poseerla por completo.

Su beso extendió un mareo en el cuerpo de la chica, y movió la lengua entre sus labios y sus dientes por un rato, haciendo que ella se derritiera ante su posesión.

Después de sobrevivir al secuestro, valoraba aún más el amor de Tyson. Cuando estaba a punto de responderle con más entusiasmo, él abandonó de repente sus labios, la miró y preguntó: «¿Qué te pasó en el brazo?».

Le acarició la manga desgarrada, en tanto un rastro de ira apareció en el rostro de Celia.

“Abbott quería vi%larme, pero me resistí con todo lo que tenía y no pudo hacerlo».

Mientras hablaba, observó en secreto la reacción de su esposo.

Él tiró de su ropa con suavidad y la abrazó con fuerza.

«Cece, lo siento… lo siento mucho…».

Se disculpó una y otra vez, luciendo muy asustado.

La verdad era que este asunto no tenía nada que ver con él, pero no podía evitar sentirse de esa forma.

A Celia le dio pena verlo de esa forma, y enseguida lo consoló: «No pasa nada… ya todo terminó».

Quiso extender la mano para consolarlo, pero él volvió a abrazarla, y esta vez ejerció tanta fuerza, que el delgado cuerpo de la muchacha tembló, así que tuvo que abrazarlo también.

Los dos se quedaron así por un largo rato y, cuando se separaron, Tyson se quitó el abrigo y lo envolvió alrededor de sus hombros, la cargó y salieron del almacén sin mirar atrás. Se dirigió hacia el Volkswagen aparcado afuera, dándose cuenta de que la lluvia había cesado. La metió en el auto, le abrochó el cinturón de seguridad como de costumbre, y la besó en la frente.

«Casi me matas de miedo hoy. A partir de ahora, debes tener más cuidado. Si te pasa algo, yo…».

Antes de que Tyson pudiera terminar sus palabras, su esposa presionó su índice contra sus labios.

«Cariño, no digas tonterías. Tendré cuidado, no solo por mí, sino por mi amado esposo».

Él le dio ojos de amor, le pellizcó la mejilla y dijo: «Vamos a casa».

Después, se sentó en el asiento del conductor y condujo hasta su casa.

Por el camino, Tyson siguió preguntándole a su esposa qué había pasado antes y después de ser secuestrada. Ella le contó la historia con paciencia y al detalle.

Cuando se enteró de que ella había sufrido tanto, sus ojos se llenaron de ferocidad.

«Resulta que dejé ir a Abbott con demasiada facilidad. Debería haberte vengado».

Celia no quería que Tyson actuara con impulsividad, así que se apresuró a decir: «No hay mejor castigo que meterlo en la cárcel, no le hagas nada más. No es digno de tu tiempo».

Tyson asintió con obediencia y preguntó: «¿Por qué se te ocurrió engañar a Abbott con el anillo de la Familia Shaw?».

Celia no esperaba que él mencionara eso de repente, por lo que dudó.

Si le decía que la alianza era falsa, temía que él se entristeciera por el engaño de la Familia Shaw. Pero si no se lo decía, no sabía cómo explicarlo.

Después de luchar por un largo tiempo, decidió decir la verdad.

“Ese anillo de bodas es en realidad…».

«¿Falso? Lo sé», interrumpió el muchacho y le sonrió, «Me di cuenta de eso enseguida», añadió, y sus ojos se llenaron de una gélida frialdad, tal cual siempre cuando hablaba de ellos. Era como si odiara a la familia completa con todo su ser.

Después de la muerte de su madre, Celia sufrió mucho en la Familia Kane, pero no los odiaba hasta ese punto, así que no podía imaginar qué tipo de tortura sufrido Tyson en la Familia Shaw.

«Cariño, ya terminó… dejemos el pasado atrás», dijo, y lo miró con ojos cariñosos y firmes.

“No importa cómo la Familia Shaw te trate a ti, o a nosotros. Lo que de verdad importa es cómo nos tratemos mutuamente. Yo lo haré con sinceridad, y siempre seré tu esposa, tu familia».

Era la primera vez que Tyson escuchaba tales palabras de alguien, así que se sintió conmovido.

Después de este incidente, supo que se había enamorado de ella profundamente y que sus destinos estaban íntimamente ligados. Por eso no soltaría su mano por el resto de sus días.

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