La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 139
Capítulo 139:
Cuando Celia vio a Emmitt, se puso de pie y preguntó cortésmente: «Señor Boyd, ¿Qué puedo hacer por usted?».
Luego de caminar hacia ella, este puso sobre su escritorio la lonchera que llevaba, y aunque todavía no había dicho nada, cualquiera podía entender que aquello era para Celia.
Ni esta ni Derek parecían entender.
Ella estaba segura de que no estaba confundiendo a la persona que tenía enfrente con otra persona. Ese hombre de traje y zapatos de cuero no era otro que el asistente del presidente, Emmitt.
¿Por qué este le llevaría comida a ella? Incluso pensar en ello era ridículo.
Justo cuando estaba pensando en mil posibilidades, el mismo Emmitt explicó: «Brea me pidió que le trajera esto. Dijo que usted ha trabajado demasiado, por lo que quiso compensarla con esto».
Eso hizo que Celia se desconcertara aún más porque recordaba claramente que la asistente de Brea se llamaba Kelley, y la última vez que la mujer le envió comida fue esta quien hizo el mandado.
En cambio, este hombre era claramente quien ella pensaba que era. Después de todo, cuando Brea quiso llevarla a la oficina del presidente, ¡Fue él quien la detuvo! ¿Cómo era posible que Brea le pidiera al asistente del presidente que le llevara comida a ella?
Sin saber qué decir, se quedó inmóvil.
Al ver que ella todavía parecía estar confundida, Emmitt explicó más, «La asistente de Brea, Kelley, está demasiado ocupada hoy, y es por eso que Brea me pidió a mí que viniera».
Lo cierto fue que Celia no creyó esa extraña explicación, pero sería de mala educación que siguiera dudando, de modo que agarró la comida y dijo con una sonrisa: «Muchas gracias».
«No hay problema».
Dicho eso, Emmitt se fue.
Desde detrás de ella, Derek habló rotundamente.
“Brea es muy buena contigo».
«Estoy bastante halagada. Me trata demasiado bien», dijo Celia con torpeza.
Ahora que las cosas estaban así, él debía desistir en su invitación.
“Bueno, deberías volver temprano después de cenar y trabajar. Yo ya me voy».
Dado que se había sentido un poco incómoda y avergonzada de estar a solas con él, Celia solo se despidió del hombre con una sonrisa.
Tan pronto como este se fue, ella fue la única que quedó en el departamento, y una sonrisa relajada apareció en sus labios.
Al regresar tranquilamente a su asiento, abrió la lonchera, y para su sorpresa, todos los platos dentro le gustaban, e incluso estaban sus postres favoritos.
¡Obviamente se sintió muy feliz!
Con un suspiro, envió agradecimientos mentales a Brea. Por extraño que pareciera, cada vez que la mujer le enviaba comida, elegía cosas que a ella le encantaban.
Mirando los delicados platos, supo que aquello debía haber sido muy caro, pues por el empaque, estilo y distribución de la comida parecían provenir de un lugar caro.
Además, sabía excepcionalmente bien. Sin embargo, había una cosa sobre la que ella estaba realmente confundida ahora. ¿Cómo supo Brea que estaba trabajando horas extras?
Levantando la cabeza, miró la cámara de vigilancia en el techo.
Tal vez Brea la vio a través del monitor.
Al pensar en lo considerada que fue la mujer, ella se sintió conmovida, y decidió enviarle un mensaje.
Como de costumbre, esta le respondió rápidamente: «De hecho, no soy yo a quien debes agradecerle, sino a alguien más».
Aquello desconcertó a Celia, y frunciendo el ceño, le preguntó: «¿Qué quieres decir? ¿Quién me envió esto entonces?».
Por alguna razón, esta vez Brea tardó mucho en responder.
«Solo quiero decir que no tienes que agradecerme ya que somos buenas amigas. No necesitamos tanta formalidad entre nosotras».
Si bien no había nada de malo en su argumento, Celia sintió que Brea había cambiado a propósito lo que había dicho, como si estuviera evitando algo.
De todos modos, Celia no siguió pensando en ello. Y es que su mente se desvió y ocupó enseguida con la idea de su se&y esposo esperándola en casa mientras le preparaba un delicioso refrigerio de medianoche.
Mientras comía, chateó con Brea, y solo después de haber terminado, continuó con su trabajo.
Cuando estaba inmersa en mejorar su diseño, una figura emergió y se acercó lentamente a ella por detrás.
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