La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Capítulo 124

Capítulo 124:

Atónita por el repentino beso, la mente de Celia se quedó en blanco por un momento.

Pero luego abrazó a Tyson y respondió por instinto a su pasión desenfrenada.

La verdad era que no entendía por qué la había besado de esa manera tan agresiva, aunque de todos modos reaccionó con torpeza como para tratar de sofocar su deseo.

No obstante, sus movimientos solo hicieron que la lujuria de Tyson se intensificara.

¡Estaba más ansioso que nunca por tener se%o con ella!

Esa noche loca brillaba en su memoria, y le pareció escuchar su se&y voz haciendo eco en sus oídos.

Poco a poco los labios de Tyson se deslizaron sobre la clavícula de Celia, para viajar hasta sus suaves senos. Ese extraño y maravilloso sentimiento la había hecho llorar de placer.

La chica se había quedado sin aliento, y se puso tan nerviosa que no sabía si luchar o dejarse llevar por el deseo.

Una vez que Celia se liberó del asfixiante beso, se dio cuenta de que ya le había quitado la bata de baño a Tyson.

Allí, mirando la perfecta figura del chico, no se pudo controlar.

«Cariño…», dijo con voz suave, presionándose contra él, antes de meter su lengua caliente y húmeda en la boca del hombre.

Luego, cuando Tyson quiso ir más profundo, ella se apartó, besó su manzana de adán y la mordisqueó suavemente hasta que su respiración se aceleró.

Luego, fue bajando poco a poco por todo su cuerpo.

En ese momento a Celia se le había ocurrido una idea.

Iba besando cada centímetro del cuerpo de Tyson, que tenía las marcas de chupetones por todos lados.

Dejándose llevar, los delgados dedos del hombre recorrieron el cabello de la chica.

Mientras lo besaba, Celia observaba en secreto la cintura de Tyson, aprovechando la oportunidad para mirar la cicatriz con claridad. Sin embargo, para su sorpresa, solo había un leve rastro de ella, era totalmente diferente a la enorme cicatriz de ese hombre con el que había tenido aquella aventura de una noche.

¡Finalmente había probado que Tyson no era ese sujeto!

En realidad, debió haberse dado cuenta de eso hacía mucho tiempo. Aquel era un hombre rico que vivía en una lujosa mansión, y Tyson no era así.

Por alguna razón, Celia se sentía un poco decepcionada, ya que esperaba que su primera experiencia se%ual fuera con el hombre que le gustaba.

Pero pensándolo mejor, ahora estaba muy feliz. Tenía la suerte de estar con Tyson.

Mientras ella estaba perdida en sus pensamientos, el joven tomó la iniciativa.

Riéndose entre dientes, se dio la vuelta y la presionó bajo su cuerpo.

«Cariño, ¿Por qué te detuviste?».

En el instante en el que Celia descubrió que estaba en un estado pasivo, ya era demasiado tarde.

Estaba tan absorta en la idea de revisar la cicatriz en la cintura del hombre que parecía haber estado haciendo el ridículo.

Al final, eso solo despertó más su deseo.

«¿Todavía tienes un poco de vergüenza? Tranquila, en esta actividad, el hombre debe ser quien lleve las riendas», soltó Tyson, agarrando la pequeña mano de la chica con amor. Estaba por besarla, pero desafortunadamente tocó la mano escaldada por accidente.

Siendo tomada por sorpresa, la pobre Celia gimió de dolor.

Por arte de magia, la lujuria de Tyson desapareció, y preguntó con ansiedad: «Cece, ¿Te lastimé?».

En vista de que ella no quería hacerlo sentir mal, rápidamente retiró la mano y se cubrió la quemada.

“¡Oh, no… no! Estoy bien».

«Déjame ver».

Como la conocía, Tyson la tomó por la muñeca para examinarla con cuidado. Fue entonces cuando descubrió que el dorso de la mano derecha de la chica estaba rojo e hinchado.

Se trataba de la quemada que le había producido Cerissa cuando le echó café caliente en la casa de la Familia Kane.

A Tyson lo conmovía ver la expresión de dolor de Celia. Por lo tanto, se puso de pie y preguntó: «¿Qué pasó? ¿Cómo te lastimaste así?».

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