Capítulo 113:

Mabel había comprado un montón de joyas y se había vestido ostentosamente desde que se mudó con Adrien.

Cerissa también estaba muy bien vestida.

Aunque ella no se parecía a Adrien, era como una copia de Mabel.

Tal vez por eso su padre la adoraba, por ser una réplica exacta de su amada.

Ellas estaban riendo y conversando mientras caminaban una al lado de la otra.

La primera persona en notar a Celia fue Cerissa.

“Mi querida hermana, ¿Por qué volviste?», preguntó con asombro.

Celia la ignoró, y luciendo despreocupada, ni siquiera se molestó en mirarla.

La otra recordó la vergüenza que había sentido cuando su hermanastra la abofeteó frente a una gran multitud en Davina, y habló en voz alta a propósito porque tenía la intención de hacerla sufrir a ella esta vez.

“¿Por qué no me avisaste con anticipación que regresabas, mi querida hermana? Por cierto, ¿Dónde está tu marido? ¿Por qué no lo trajiste? ¿Acaso sientes que no es presentable? Por favor, no pienses así.

Somos familia, ¿No? Nosotros haremos todo lo posible por gustarle».

Soltando un resoplido burlón por su estupidez, Celia espetó: «Vine a hablar con Adrien».

Cuando Mabel escuchó eso, comenzó a caminar en dirección a ella, y mostró el bolso Hermes más reciente frente a ella.

“Cece, tu padre me regaló este bolso. ¿Quieres probarlo? Es muy superior a las carteras que tu madre llevaba antes, ¿No?».

Aunque Celia la ignoró, Mabel persistió en molestarla, y con una sonrisa, agregó: «Estoy a punto de agendarle a tu hermana una cita a ciegas. Esta vez el hombre es un noble y miembro de la Familia Yates del norte de la ciudad; debes saber quién es. Es exitoso y atractivo, y a pesar de su corta edad, tiene un patrimonio neto de más de cien millones».

Lo cierto era que Celia no quería oír sus balbuceos.

“Estoy aquí por Adrien», murmuró con frialdad mientras giraba la cabeza.

Ignorando sus palabras, Mabel dijo con una sonrisa en su impecable: «Dije eso para hacerte saber que Tyson no es comparable a la persona que irá a una cita a ciegas con tu hermana. ¡Será mejor que te quedes con tu marido y no nos molestes! ¡Ten en cuenta que solo puedes casarte con alguien que tu hermana no quiera!».

«¿Oh, sí?».

A Celia no le gustaban las amenazas, de modo que dijo con voz burlona: «La cita a ciegas aún no ha comenzado. ¿Cómo puedes saber si al hombre siquiera le gusta Cerissa o no? Tienes mucha prisa por presumir. Actúas como si ella fuera a casarse con él y mañana fuese a ser la joven señora de esa familia acomodada».

El exquisito maquillaje de Mabel no logró cubrir su abatimiento al escuchar eso.

«¿Dónde está tu decencia?».

Ella estaba lista para gritar de rabia, pero se abstuvo de hacerlo después de considerarlo un poco mejor.

“¿Cómo está la salud de tu esposo? ¿Cuándo va a terminar su miserable vida?».

Celia ya no aguantó más y se enojó.

«Mi esposo es excelente en todos los sentidos. ¡Te daré una lección si te atreves a parlotear de nuevo!».

Cuando Mabel escuchó su respuesta, intentó reprenderla. No obstante, Cerissa intervino.

«No te pongas al mismo nivel que mi hermana, mamá. Ella ha sido demasiado miserable durante mucho tiempo, y para colmo, se casó hace nada con un perdedor feo y empobrecido, por lo que su vida es aún peor ahora».

Cerissa estaba actuando como si fuese muy considerada e inteligente, y apretándole suavemente la mejilla, su madre susurró: «¿Por qué fui bendecida con una chica tan encantadora y compasiva? A pesar de que la compadeces, ¿Cuándo ha sido tu hermana considerada contigo?».

Con un resoplido, bajó la mano.

“Pero de todos modos tienes razón; tu hermana es una inútil y no quiero tratar con ella».

Ante eso, Celia frunció un poco el ceño.

“Si no fuera por la inversión de la Familia Shaw, ¡El Grupo Kane no habría podido sobrevivir a la crisis! Todos ustedes son unos holgazanes. Sin el Grupo Kane, ¿Qué podrían lograr? De hecho esta vez estuvieron peligrosamente cerca de la quiebra, ¿O no? Ahora díganme, ¿Quién es la inútil aquí?».

Mabel estaba furiosa de pies a cabeza, y avanzó porque quería abofetear a Celia sin importar cómo se vería eso.

«¿Cómo te atreves a decir que el Grupo Kane iba a la quiebra? ¡Maldita ingrata! ¡Eres muy irrespetuosa con la empresa familiar! ¿Acaso olvidaste que también eres una Kane?».

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