La mejor venganza -
Capítulo 740
Capítulo 740:
Al ver esto, los miembros de la familia Hoffman activaron inmediatamente la alarma de emergencia.
La fuerte alarma resonó en el cielo nocturno. Era la alerta de más alto nivel que sólo se utilizaba durante las grandes crisis. Dentro de la casa segura, Liam comprendió inmediatamente la situación.
Sus preocupaciones más profundas se habían hecho realidad.
El parto de Julie había ocurrido de forma tan inesperada que no podía haberse previsto. La precisión del ataque enemigo dejaba entrever la presencia de un espía en el seno de la familia Hoffman.
Sin embargo, la máxima prioridad en ese momento era garantizar un parto seguro para su hijo.
El estruendo de la alarma había inquietado a Julie, provocando que su trabajo de parto se viera seriamente afectado.
Liam la consoló.
«Julie, todo irá bien. Concéntrate en dar a luz a nuestro bebé y confía en mí para el resto».
Con esas palabras, Liam abandonó rápidamente el piso franco.
La situación en el exterior era increíblemente intensa.
A pesar de que la familia Hoffman había acumulado fuerzas durante los últimos seis meses y había ejercido una presión considerable sobre las otras familias prominentes, los atacantes habían reunido a sus mejores tropas, con el firme apoyo de la familia Duncan. En consecuencia, las defensas de la familia Hoffman se estaban debilitando gradualmente.
En medio de la confusión, Rennes cargó contra las primeras líneas de la batalla, con las manos ya manchadas con la sangre de los miembros de la familia Hoffman.
Liam estaba en la azotea, observando el caos con una expresión fría y decidida. Pero se abstuvo de emprender una acción impulsiva.
En ese momento, apretó con fuerza los puños, deseoso de enfrentarse inmediatamente a los atacantes. Sin embargo, quería proteger la entrada de la casa segura para prevenir cualquier ataque furtivo. Tendría que esperar hasta que Julie diera a luz a su hijo antes de entrar en la refriega.
No muy lejos de allí, Rohan pareció darse cuenta de la vacilación de Liam y continuó matando sin piedad a los miembros de la familia Hoffman.
Sergio, que estaba protegido por varios guardias, dirigía las tropas de primera línea y gritó: «¡Rohan, monstruo! Hoy ajustaré cuentas contigo y con la familia Duncan de una vez por todas».
En respuesta, Rohan, con una sonrisa desdeñosa y ominosa, comentó: «¿Tú? Mi querido abuelo, la última vez te dejé vivir un poco más, lo que te permitió escapar. Parece que esta vez, tu vida ha terminado».
Rohan rebosaba confianza en ese momento. Aunque no era rival para Liam, tenía una clara ventaja, ya que Liam no podía unirse a la batalla. Se sentía seguro de poder derrotar a la familia Hoffman.
Además, tenía un último as en la manga.
Dentro del piso franco, la ansiedad de Julie iba en aumento. Se esforzaba al máximo y gotas de sudor goteaban de su frente.
Podía sentir la agitación del exterior y estaba preocupada por la seguridad del niño.
Deseaba desesperadamente dar a luz inmediatamente.
Su abrumadora determinación le proporcionó una oleada de fuerza sin precedentes.
«¡Ah!» Julie gritó de dolor mientras empujaba con todas sus fuerzas desde los huesos pélvicos.
«¡Wah, wah!»
La habitación se llenó de los lamentos de un recién nacido.
El bebé había nacido.
Julie estuvo a punto de desmayarse, pero luchó por recuperar el aliento y calmarse.
Una enfermera le proporcionó inmediatamente alimento y Julie consiguió dar unos sorbos. Cuando recuperó el aliento, le dijo a la enfermera: «El bebé está aquí. Me encuentro bien. Por favor, vaya y dígaselo a Liam».
Fuera del piso franco, en medio del campo de batalla, la familia Hoffman se encontraba en una posición vulnerable. Liam, armado con su pistola, vigilaba la entrada del piso franco, ofreciendo apoyo a larga distancia.
Pero a pesar de su notable puntería, sus esfuerzos sólo suponían una amenaza limitada para el enemigo. Cada disparo preciso que efectuaba sólo podía eliminar a un adversario cada vez.
Estaba claro que no podía alterar el resultado global de la situación de la familia Hoffman.
En ese momento crítico, una enfermera salió tropezando y anunció con urgencia: «¡Señor, el bebé ha nacido!».
El corazón de Liam se aceleró y se apresuró a entrar en el piso franco. Después de contemplar con ternura a Julie y al recién nacido, dio instrucciones al médico con decisión,
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