La mejor venganza
Capítulo 590

Capítulo 590:

En el edificio del grupo Kingland.

En cuanto la tropa de coches de Fuller se detuvo, fueron rodeados por un grupo de combatientes armados.

La expresión de Fuller cambió mientras su corazón empezaba a acelerarse. «No hagáis lo que sea que queráis hacer», advirtió.

No era tonto. Hombres armados como éstos no le rodearían así para tomar el té y charlar con él.

Fuller hizo entonces una señal a sus hombres y éstos abrieron inmediatamente la caja del coche, dejando al descubierto los explosivos que debían volar el edificio del Kingland Group.

Fuller miró a los hombres armados y amenazó: «Estoy seguro de que sabéis lo que es esto. Si la bomba explota, reducirá a cenizas todo lo que haya en un kilómetro a la redonda. Así que os aconsejo que nos dejéis marchar o moriremos juntos».

Fuller hablaba en nombre de todos los que estaban con él, pero no eran de la misma opinión. A su lado, por ejemplo, Hiram fruncía el ceño.

Aún era un hombre joven y fuerte con un brillante futuro por delante. Había trabajado muy duro para la familia Norris durante años. No iba a tener una muerte miserable en Salem.

Los hombres de Riel no atacaron después de la amenaza de Fuller. No porque tuvieran miedo, sino porque estaban esperando a Liam, como se les había ordenado.

El Porsche de Liam no tardó en detenerse entre los dos equipos.

Salió del coche y se dirigió directamente a Fuller, con una expresión fría como una piedra. «¿Estuviste solo, o las familias Hewitt y Duncan tuvieron algo que ver?».

Fuller se encogió ante la intensidad que estaba desprendiendo Liam. Sabía que no podía echarse atrás, así que se recompuso rápidamente y replicó con altivez: «No puedes hacerme nada. La bomba que tengo aquí no es tan pequeña como la que tenía Dark Fiend la última vez. Si me tocas, pereceremos juntos».

Mientras hablaba, mostraba orgulloso la bomba, como si realmente estuviera listo para detonarla.

A su lado, el rostro de Hiram estaba pálido.

Ya se daba cuenta de que Liam había venido preparado para luchar hasta la muerte. Y si tenía que hacerlo, sabía que el loco de Fuller no dudaría en detonar la bomba.

Para Fuller, no sería un problema, ya que estaría matando también a Liam, su mayor némesis.

Pero Hiram no veía qué podía ganar con ello. No podía morir aquí, en Salem, cuando aún tenía tanto por hacer.

Hiram se decidió en una fracción de segundo y de repente le dio una bofetada en la cara a Fuller. Aprovechó la conmoción de Fuller para agarrar el detonador que tenía en la mano y saltó por la ventanilla del coche.

«¡Vete al infierno! No moriré contigo», gritó.

Luego, levantó la mano y miró a Liam, dando un paso atrás mientras decía: «Todo esto era un plan de Fuller. Me vi obligado a ayudarle. Puedes vengarte de él. Ahora me voy».

En cuanto dio un paso, sonó un disparo.

Una bala le alcanzó en la frente y cayó fulminado.

Riel bajó el arma y caminó hacia él.

Hiram merecía morir. Si aquel hombre no lo hubiera detenido en el hospital, habría podido proteger a Julie.

Le arrebató el detonador al cadáver, quitándole a Fuller su única esperanza de sobrevivir.

Fuller tragó saliva, empezando a entrar en pánico. Su voz bajó considerablemente y se esforzó por decir: «Tú fuiste quien mató a mi hijo primero. Yo sólo lo estaba vengando».

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