La exesposa muda del multimillonario
Capítulo 785

Capítulo 785:

Ante este pensamiento, la mirada de Freya sobre Kallie se enfrió aún más. Sin embargo, en lugar de actuar, se limitó a hacer un gesto despectivo con la mano. «Vete ya».

Freya estaba convencida de que podía ganarse el corazón de Clayton por encima del de Kallie.

Kallie, sin inmutarse, cogió a Sophie y se la llevó arriba. El resto era cosa de Clayton.

Pasaron las horas. A medianoche, Kallie oyó que llamaban a la puerta. Al abrirla, se sorprendió al ver a Clayton.

Clayton parecía agotado, claramente por haber lidiado con Freya. «No te preocupes», le dijo con una sonrisa cansada. «No volverá a molestarte».

«No pasa nada. Sé que no es culpa tuya», replicó Kallie en voz baja. Al fin y al cabo, si aquellos gángsters no le hubieran arrebatado el bolso, Clayton no habría intervenido en su favor y atraído después la atención de Freya. Pensaba marcharse de allí justo después de la competición de Sophie.

Kallie pensó un momento antes de decir: «Si no hay nada más, deberías ir a descansar». Se dirigió a cerrar la puerta.

«Kallie», gritó Clayton, con los ojos llenos de esperanza. «¿Podrías hacerme un favor?»

Kallie asintió. «Somos amigos y te lo debo. Sólo dilo. No hace falta que seas tan educado».

Clayton se aclaró la garganta, pareciendo ligeramente incómodo. «Probablemente te habrás dado cuenta de que Freya siente algo por mí, pero no es precisamente una buena persona. Mi empresa tiene tratos con varias empresas importantes de la ciudad. Si ofendo a la banda que está detrás de Freya, dudo que mis mercancías salgan sanas y salvas del puerto. Esta banda ejerce una gran influencia aquí».

Kallie no dudó de sus palabras, pues conocía un poco la situación de esta ciudad. Frunció el ceño, analizando. «¿Te preocupa que te pongan las cosas difíciles? Pero con los recursos que tenemos, no podemos enfrentarnos a ellos».

Clayton negó con la cabeza. «No, aún no han hecho nada importante. Sólo algunas tácticas turbias interfiriendo en las operaciones de mi compañía bajo las directrices de Freya. Podría soportarlo si fuera algo ocasional, pero han atacado a mi empresa constantemente. Freya es del tipo que no se detendrá hasta conseguir lo que quiere, y está haciendo todas estas maniobras sólo para obligarme a estar de su lado. Necesito que deje de sentir algo por mí y que se acaben estas tonterías».

El corazón de Kallie dio un vuelco mientras escuchaba, formándose una sospecha. «¿Quieres que finja ser tu novia para que se eche atrás?».

Clayton asintió, añadiendo rápidamente: «Sé que es mucho pedir, pero me he quedado sin opciones.

Últimamente no me he centrado en la empresa, y ésta no podía permitirse perder los tratos.

Además, es mejor no meterse con las bandas locales. Ya sabes que la mayoría de los negocios del Grupo Morgan son transfronterizos».

Kallie se agarró con fuerza al marco de la puerta y su expresión se volvió fría. «Señor Morgan, sabe que no accederé a esto sólo por motivos comerciales», dijo con firmeza.

A Clayton no le sorprendió su reacción, pero una pizca de amargura le arrancó una sonrisa. «Kallie, si hubiera otra forma, no te pondría en esta situación».

Al ver la expresión de preocupación en su rostro, la determinación de Kallie vaciló. Se imaginó que ella era en parte responsable del interés de Freya por Clayton. Sin la oportuna intervención de Clayton para reclamar su bolso -que incluía la invitación al concurso de piano de Sophie, una oportunidad que sólo se presentaba una vez cada cinco años-, Sophie habría tenido que esperar otros cinco años para tener una oportunidad tan crucial.

Kallie dudó. «No es que no esté dispuesta, pero ya le he dicho a Freya que no hay nada entre nosotras. Si aparecemos juntos fingiendo ser pareja, no nos creerá».

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