La exesposa muda del multimillonario
Capítulo 784

Capítulo 784:

Nada más salir de la boca de la mujer, sus hombres se acercaron a Kallie, formando un círculo amenazador a su alrededor.

Una oleada de miedo inundó a Kallie. Prácticamente podía sentir sus intenciones asesinas. Su voz tembló ligeramente. «Lo llamaré ahora mismo. Pero no puedo garantizar que venga».

Asintiendo, la mujer se echó hacia atrás.

Bajo la atenta mirada de la mujer, Kallie llamó a Clayton.

Aparentemente ajeno al drama que se desarrollaba en el hotel, Clayton sonaba un poco cansado de sus propios asuntos. «Kallie, ¿qué ocurre?», preguntó, con la voz teñida de dulzura.

La expresión de la mujer cambió ligeramente ante la calidez del tono de Clayton al dirigirse a Kallie. Sin embargo, enmascaró rápidamente su reacción con una sonrisa juguetona.

Kallie se aclaró la garganta. «Señor Morgan, una mujer quiere hablar con usted. Creo que podría conocerla. Está involucrada con los que me robaron el bolso antes».

Un momento de silencio flotó en el aire mientras Clayton procesaba la información. Su voz adquirió rápidamente un tono de urgencia. «¿Te han obligado a hacer esta llamada?».

Kallie respondió: «No, no lo han hecho».

Justo entonces, la mujer cogió bruscamente el teléfono de la mano de Kallie y se lo llevó al oído. «Clayton, soy Freya Acosta», ronroneó. «Ya nos conocemos, ¿recuerdas? ¿Por qué me evitas? Incluso has bloqueado mi número. Me estás rompiendo el corazón».

La voz de Clayton se endureció. «Si tienes un problema conmigo, Freya, entonces trata conmigo directamente», dijo fríamente. «Deja a Kallie fuera de esto. Afrontaré las consecuencias de mis propios actos. Y permíteme recordarte que tengo una influencia considerable aquí, y Kallie es un miembro de la familia Nixon. Te sugiero que lo pienses detenidamente antes de cometer una imprudencia».

La respuesta de Freya fue una risita gutural, como si Clayton acabara de contarle un chiste divertidísimo. «Oh, Clayton, debes haber oído algún rumor sobre mí, ¿verdad? ¿De verdad crees que tengo miedo de eso? Cuando quiero algo, lo consigo, de una forma u otra. Si me enfrento a algún desafío, bueno, no me importará adoptar algunas tácticas para tener las cosas a mi manera».

La respiración de Clayton se aceleró, su ira y frustración palpables incluso a través del teléfono. «De acuerdo». Finalmente concedió. «Estaré allí pronto».

Freya terminó la llamada y le devolvió el teléfono a Kallie, con los ojos entrecerrados por la sospecha.

«¿Así que eres un Nixon?» Freya se burló. «Lo dudo. Nunca he visto tu cara en ninguna de sus elegantes reuniones».

Kallie la miró, imperturbable. «El propio Clayton lo confirmó. ¿Por qué iba a mentir sobre quién soy?».

La sonrisa de Freya se ensanchó, cargada de sarcasmo. «De acuerdo. Te reconozco el mérito de ser un Nixon. Claro, yo no me atrevería a ponerle un dedo encima. Pero parece que te llevas mal con el resto de la familia Nixon. Ya que te has metido conmigo, más te vale rezar para no acabar nunca a mi merced».

Kallie frunció el ceño, la confusión nublando sus rasgos. «Señorita Acosta, sinceramente no tengo ni idea de cómo la he cabreado».

La sonrisa de Freya era fría. «Deja de fingir. Me gusta Clayton. Sin embargo, algo está pasando entre tú y él. Sólo eso ya me ha cabreado».

A Kallie le parecieron absurdas sus palabras. «Ya te lo he dicho, no me gusta. Sólo somos amigos».

Freya no tenía una respuesta, su ira silenciosa sólo crecía. La frustración la roía, haciendo la situación aún más incómoda. Kallie no era sólo una madre de tres hijos. Afirmaba repetidamente su falta de interés por Clayton y parecía hablar en serio.

Freya no podía entender lo que Clayton veía en Kallie, y estaba dolorosamente claro que Kallie acaparaba su atención. La postura protectora de Clayton hacia Kallie sugería que si Freya actuaba imprudentemente contra ella, sin duda provocaría la ira de Clayton.

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