La exesposa muda del multimillonario -
Capítulo 471
Capítulo 471:
Con el tiempo, Ruth descubrió la impactante verdad. Barth no era hijo biológico de Tilda, sino adoptado. Tilda había acogido a Barth en un orfanato y lo había criado con todo lo que tenía, sin esperar que, una vez que se enriqueciera, la abandonaría por completo.
Tilda acogió a Ruth por compasión, sintiendo una profunda responsabilidad por el destino de la joven. A pesar de no compartir ningún lazo de sangre, Ruth y Tilda se convirtieron en el salvavidas de la otra, aferrándose al frágil vínculo que era todo lo que a Ruth le quedaba en el mundo.
Con lágrimas en los ojos, Ruth exclamó: «Sé que Jenny me robó el manuscrito. Me ha tendido una trampa, pero ¿qué puedo hacer? Mi madre es indirectamente responsable de la muerte de su madre. Kallie, ¿crees que fue culpa de mi madre? ¿Debería haberse callado?»
Kallie, con el corazón compungido por Ruth, le tendió un pañuelo. Dejó escapar un suave suspiro, sintiendo el peso de las trágicas circunstancias que habían moldeado la vida de Ruth.
«Permíteme compartir mis pensamientos», dijo Kallie con suavidad. «Si tu madre no hubiera hablado entonces, tu familia habría sido acosada sin descanso y Barth habría seguido manipulándola, utilizándote a ti como palanca.
Tu madre podría haber caído en la desesperación, o tal vez Barth se habría ido con otra mujer. Y piensa en ello.
¿Qué habría hecho la esposa de Barth si eso hubiera sucedido? Dado su historial de playboy, es difícil creer que no hubiera tenido otras aventuras a lo largo de los años. ¿Cómo crees que se las habría arreglado su mujer?».
Ruth pensó detenidamente, recordando el empeoramiento del estado de la mujer de Barth durante aquella época. Ruth recordó el día en que la mujer de Barth fue llevada de urgencia al hospital y le vinieron a la mente las palabras del médico, dirigidas con frustración a Barth y Jenny.
«Os advertí a los dos de que su trastorno bipolar era grave. ¿Cómo habéis podido dejarla salir al balcón?».
En aquel momento, Ruth y su madre estaban demasiado consumidas por la culpa como para darse cuenta de la gravedad de aquellas palabras.
«El verdadero villano de esta historia es Barth, no tú», continuó Kallie. «Te engañaron y no te propusiste trastornar la vida de nadie. Sólo buscaste la verdad por desesperación. Jenny te ha agraviado durante mucho tiempo. Hay que poner fin a eso».
Ruth miró a Kallie, con expresión aturdida. «Entonces, ¿realmente no le debo nada?».
Kallie le ofreció una sonrisa tranquilizadora. «Nunca le has debido nada».
Ruth se levantó, un momento de claridad la invadió, pero luego dudó y volvió a sentarse. «¿Pero qué sentido tiene aclarar las cosas ahora? El daño ya está hecho y no hay vuelta atrás».
Ruth miró a Kallie con gratitud, sus ojos rebosantes de emoción. «Señorita Nixon, gracias por escucharme. Es usted la primera persona que se pone de mi parte. Y gracias por ayudar a mi abuela con sus gastos médicos. No sé cómo expresar mi gratitud. Antes fui tan poco razonable con usted».
Abrumada por la emoción, Ruth inclinó la cabeza ante Kallie, con lágrimas corriéndole por la cara.
Kallie le tendió rápidamente la mano, levantándola de nuevo, con el corazón encogido al ver caer las lágrimas de Ruth.
Ruth era más joven que Kallie, un recuerdo constante de Sophie para ella. Kallie no podía deshacerse de sus preocupaciones. ¿Se enfrentaría Sophie al mismo acoso y a las mismas falsas acusaciones cuando fuera mayor? ¿Qué medidas tendría que tomar?
Después de calmar las preocupaciones de Ruth, Kallie compartió su estrategia. «Mi plan es que vuelvas al Grupo Turner y sigas trabajando como diseñadora».
Ruth se quedó desconcertada. «Señorita Nixon, quizá deba reconsiderarlo. No creo que sea buena idea que trabaje para usted ahora. Ahora mismo no estoy hecha para ser diseñadora. Si me uno a su equipo, sólo le traeré problemas».
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