La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 91
Capítulo 91:
Durante la siguiente media hora, se quedaron bebiendo vino, acompañándolo de queso. Se recostaron en la manta de pícnic y contemplaron el brillo de las estrellas en la noche.
Shantelle sonreía mientras observaba el cielo. Era precioso. Junto con la brisa marina y un poco de alcohol, fue la noche más relajante en la vida de Shantelle.
“Sé que no es una cita lujosa, Shanty. Te he llevado a esos restaurantes con clase en el pasado”, dijo Evan.
“Pero…”.
“Creo que ésta es una cita especial, Evan, una que tiene significado”, expresó Shantelle, interrumpiendo sus pensamientos.
Dirigió su mirada a él e intercambiaron miradas. Se mordió el labio.
“Gracias, Evan”, dijo suavemente.
Evan tenía muchas ganas de besar a Shantelle aquella noche. Ella no dejó de sonreír durante toda la cita y Evan pensó que estaba más hermosa que nunca. Estuvo a punto de robarle un beso, pero temía que su suerte ya se había acabado ese día.
Se contuvo con todas sus fuerzas. Evan y Shantelle llegaron antes de las doce de la noche a la mansión de los Scott. Lo primero que hizo Evan fue recostar a Lucas. Al parecer, su hijo lo había estado esperando.
Shantelle, por su parte, se bañó antes de ir a ver cómo estaban los dos. Cuando entró en la habitación de Lucas, vio a Evan recostado junto a Lucas.
Su hijo usaba el brazo de Evan como una almohada, mientras que abrazaba con su brazo a su padre, como si tuviera miedo de perderlo. Respiró hondo. No quería interrumpir su sueño. Shantelle se sentó junto a Evan. Él debió notaria ya que tarareó en respuesta.
“¿Sabes que? ¿Por qué no te quedas? También debes estar cansado. Te vendría bien un buen sueño”, sugirió ella.
¿Quién no dormía bien con sus hijos? Para Shantelle, Lucas era su pastilla para dormir natural. Estaba segura de que Lucas tendría el mismo efecto en Evan. En respuesta a la propuesta de Shantelle, Evan sonrió y luego se quedó dormido por el cansancio.
Pasaron los minutos. Shantelle no supo cuánto tiempo se quedó mirando al padre e hijo. Se quedó sentada junto a Evan, mirando, pensando y reflexionando.
Además de fijarse en la cercanía entre el padre e hijo, estudió los rasgos de Evan. A pesar de tener ya más de treinta años, Evan era increíblemente guapo.
Aunque tenía ojeras debido a la falta de sueño, seguía pareciendo un modelo. Podría interpretar fácilmente el rol de un guapo rudo sin tomarle mucho esfuerzo.
Cuando se dio cuenta de que había estado mirando demasiado a Evan, decidió que era hora de irse. Se inclinó hacia el otro lado y besó a Lucas en la mejilla. Al marcharse, su mirada se posó en el rostro dormido de Evan y se quedó quieta.
‘Está dormido. No lo notaría’, pensó Shantelle para sí misma.
Shantelle tragó saliva.
“¿Evan? ¿Evan?”, lo llamó.
Ella le pasó la mano por la cara y, al ver que no se movía ni le afectaba su intento de despertarlo, Shantelle llegó a la conclusión de que el hombre estaba profundamente dormido.
Por lo tanto, hizo lo que pensaba que nunca se atrevería a hacer. Shantelle se acercó cada vez más hasta que sus labios se encontraron con los de Evan.
Cerró los ojos brevemente al besar sus labios, pero cuando los abrió, un par de ojos marrones oscuros la miraban fijamente.
Evan pensó que estaba soñando cuando Shantelle lo llamó por su nombre. Estaba demasiado cansado, así que no podía distinguir si era real o no. Quería caer en un sueño profundo, pero de la nada, sintió unos labios suaves contra los suyos.
Abrió los ojos y sintió los rápidos latidos de su corazón. No podía creer lo que acababa de pasar.
‘¿Shanty me besó?’, pensó.
Evan estuvo a punto de pellizcarse para comprobar la realidad, pero de una vez, Shantelle se levantó frenéticamente y salió corriendo de la habitación de Lucas.
‘¿Qué acaba de pasar?’, pensó Evan.
‘Me besó, pero salió corriendo’.
¿Planeaba Evan dejarla escapar tan fácilmente? No. Un gran NO.
Evan se apartó cuidadosamente de Lucas, pero su hijo se despertó en cuanto tiró de su brazo.
“Papá, ¿Adónde vas?”, preguntó Lucas.
“Lucas, solo voy a ver cómo está tu mami, pero regresaré enseguida. Te lo prometo”, respondió él.
Lucas dio su aprobación a regañadientes. Evan salió corriendo hacia la habitación de Shantelle. Ella estaba en su antigua habitación de pequeña, a dos habitaciones de la de Lucas.
Tocó la puerta.
“Shanty, hablemos. Abre la puerta, por favor. Por favor, Shanty”, pronunció.
Evan seguía tocando una y otra vez la puerta, pero Shantelle no respondía.
‘¿Se está haciendo la dormida?’, pensó Evan.
Evan estaba a punto de perder toda esperanza hasta que se dio cuenta de que había otra forma de entrar en la habitación de Shantelle; al estilo Romeo. Regresó a la habitación de Lucas y notó que su hijo estaba durmiendo.
Fue directo a la ventana y miró hacia afuera. Se fijó a la izquierda y analizó la subida. Había muy poco concreto al que pudiera agarrarse, pero a pesar de ello, trepó por la ventana y atravesó hasta el pequeño balcón de Shantelle.
Shantelle estaba apoyada en la ventana de su balcón, mordiéndose el labio. Hace un momento había besado a Evan y se había escapado.
‘¿Por qué hice eso? Era simple, Shanty, ¡Tú querías!’, se regañó a sí misma en silencio.
Cuando Evan fue a tocar la puerta de su habitación, ella no respondió. Esperaba que se marchara y pensara que se había ido a dormir increíblemente rápido. No sabía cómo enfrentarse a él.
De repente, escuchó un fuerte golpe que venía del balcón. Se sorprendió y se dio la vuelta. Para su sorpresa, vio a Evan de pie y respirando fuertemente.
“Abre la ventana, Shanty. Estás muy despierta”, dijo Evan.
Ella no tuvo más remedio que abrir la puerta de cristal y dejarlo pasar.
“¿Qué estás haciendo, Evan?”, murmuró ella.
“Alguien me robó un beso y tenía que recuperarlo”, bromeó él.
Evan miró fijamente los ojos azules de Shantelle.
“Yo… pensé… pensé en darte una recompensa por la cita”, empezó a razonar ella.
“Ah”.
Una sonrisa se dibujó en su rostro.
“Eso sería genial, Shanty, excepto que no estaba despierto para disfrutar de mi recompensa. Ya que fue así, entonces tal vez deberías… hacerlo de nuevo y como es debido”, respondió.
Extendió los brazos, ofreciéndose a sí mismo.
“Aquí estoy”.
Al ver que ella estaba vacilando, dejó claras sus intenciones.
“No me iré hasta que obtenga mi recompensa. Por favor, Shanty. Lo quiero… muchísimo”.
El cuerpo de Shantelle se quedó inmóvil, pero finalmente se relajó.
“Está bien”, respondió.
Su rostro se sonrojó.
“Una rápida”, agregó.
“Define rápido”, dijo Evan.
“Para mí, un beso rápido es un minuto”.
“¡Ja! ¡No te pases, Evan!”, respondió Shanty, pero mientras decía esas palabras, se rio entre dientes.
“No me engañes”.
Evan acabó riéndose también.
“Mientras se sienta bien, sigamos”, propuso.
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