La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 81
Capítulo 81:
“Odio admitirlo, Shanty, pero la seguridad ante todo. Estarás mejor de vuelta en Rose Hills”, dijo.
“Señor Erwin, solo nos gustaría saber el estado de la última donante de órganos”, pidió Shantelle.
Con lo que le sucedió a Shantelle, el Hospital de Warlington solicitó una reunión con el Centro de Órganos. El asistente administrativo de la organización, Erwin, dio una visita al hospital para atender sus consultas.
“¿De qué le sirve preguntar esto, Doctora Shant?”.
La Doctora Park puso los ojos en blanco.
“Tenemos pacientes que atender. Lo importante es que los donantes dieron el órgano y los receptores lo recibieron felizmente”.
La actitud de la Doctora Park ya no le sorprendía a Shantelle. Después de quitarla de su equipo de cirugía, la Doctora Park empezó a actuar con mala actitud hacia ella.
“Cuide su tono, Doctora Park. Sigo siendo su superior. Además, solo estamos intentando encontrar respuestas al reciente atentado contra mi vida”, dijo poniéndola en su sitio rápidamente.
“¿Cuántos trasplantes de corazón solemos tener al año? Uno, dos, como mucho, quizá tres. Solo han pasado seis semanas desde la anterior vez que hice un trasplante de corazón. Ahora, mi vida corre peligro debido a la lista de espera de donantes de órganos”, dijo Shantelle mirando a sus colegas.
“¿Qué está sugiriendo, Doctora Shant?”, preguntó el Doctor Hale.
“Estoy diciendo que pudo haber trampa en esto”, respondió Shantelle antes de girarse hacia Erwin.
“Por un lado, cada vez que mi vida corre peligro, un corazón está en camino a nuestro hospital, Alguien del Centro de Órganos debe estar filtrando esta información”.
“No hacemos trampa para conseguir donantes de órganos”, respondió Erwin.
“Ya lo investigamos. La última donante era una paciente con parálisis cerebral que técnicamente tenía muerte cerebral, pero sus otros órganos seguían sanos”.
“Los familiares de la donante confirmaron que alguien se les acercó y les preguntó si podían nombrar específicamente un receptor para los órganos de su hija, pero los rechazaron. No les parecía justo para las personas en la lista de espera. Por desgracia, los familiares no pudieron identificar a la persona que se acercó a ellos”, explicó Erwin.
“Sin embargo, el hecho de que les aconsejaran donar los órganos de su hija aceleró su decisión de quitarle la máquina de soporte de vida”, agregó Erwin.
“Por otro lado, admito que alguien está filtrando la lista de donantes potenciales de nuestra oficina y eso es lo que estamos investigando actualmente”.
Por lo menos Shantelle pudo obtener algunas respuestas. No era tan malo como ella pensaba. En cierto modo, temía que alguien estuviera matando donantes a propósito para dar paso a una receptora, Briana West.
Después de la reunión, Shantelle fue directamente a la habitación de Evan. Él llevaba tres semanas ingresado en el hospital. Se sometió a una operación para cubrir algunas de sus graves heridas. Miguel terminó igual que Evan debido a sus esfuerzos por salvarla.
Al entrar en la habitación, vio al Doctor que atendía a Evan, el Doctor Carson. Estudió los brazos de Evan.
“Se está curando bien. Tomamos la decisión correcta al hacer un trasplante de piel”, dijo.
“Doctora Shant. ¿Se equivocó de habitación?”, preguntó el Doctor Carson al notar la repentina llegada de Shantelle.
Shantelle frunció los labios.
“No, no me equivoqué. Vengo a ver a Evan, al Señor Thompson, quiero decir”, dijo.
“Oh”.
El Doctor Carson miró al sonriente Evan y luego se giró nuevamente a la Doctora Shant, quien tenía una expresión indiferente.
“¿Son familia?”, preguntó.
“Eh… bueno”.
Shantelle se aclaró la garganta.
“Es mi amigo”.
Shantelle no sabía por qué, pero decir la palabra amigo la hacía sonrojarse.
“Ah, ya veo”.
El Doctor Carson sonrió.
“Debes estar orgulloso en tener una famosa cirujana como amiga. Debería saber, Señor Thompson, que algunos de nuestros pacientes vienen aquí solo para ser tratados por la Doctora Shant”, le dijo a Evan.
Evan asintió con una sonrisa. Miró a Shantelle.
“Estoy muy orgulloso de mi A-MI-GA”, respondió Evan.
“Muy bien entonces, los dejaré para que hablen”.
“Llamaré a una enfermera para que te limpie las heridas”, dijo el Doctor Carson a Evan.
“No es necesario, Doctor Carson, yo lo puedo hacer. Estoy de descanso”, se ofreció Shantelle.
El Doctor Carson asintió. La sonrisa de Evan se hizo más grande. Cuando el Doctor Carson se marchó, Shantelle empezó a limpiar las heridas de Evan. Todo el tiempo, su exesposo sonreía de oreja a oreja. Ella levantó una ceja.
“¿Qué te pasa? Sigue sonriendo así y pensaré que perdiste la cabeza”, preguntó.
Evan se echó a reír. Entonces reveló el motivo de su sonrisa.
“Estoy feliz, Shanty”.
“¿Por qué?”, preguntó ella.
“¿Tus heridas te hacen feliz?”.
“No tiene nada que ver con mis heridas”, respondió Evan.
Levantó cuidadosamente el otro brazo, apoyó la palma contra el pecho.
“Acabo de pasar de ser un… conocido a ser un amigo. No sabes cómo me alegra eso”, reveló.
Al escucharlo, Shantelle contuvo las ganas de poner los ojos en blanco. Pero en lugar de eso, sacudió la cabeza y le devolvió una sonrisa. Tocó intencionalmente con más fuerza su herida, lo que hizo a Evan chillar de dolor.
“¡Ay! ¡Ay! Cuidado, cuidado, mí querida amiga. Este precioso brazo te protegió de los escombros del fuego”, le recordó él.
Entonces fue que Shantelle volvió a ser gentil, limpiándole meticulosamente las heridas. Una parte de la quemadura de Evan se quedó pegada a la gasa que estaba usando, por lo que Shantelle hizo una mueca en cuanto lo vio.
“¿Te doy asco?”, preguntó Evan.
Los ojos de Shantelle se abrieron de par en par. Miró a Evan.
“¿Asco? No. Me preocupaba más que te doliera”, respondió.
Las heridas de Evan no eran agradables a la vista. Los cortes seguian siendo evidentes, aunque le operaron para cubrirle las heridas. Otras partes de su piel presentaban ligeras deformaciones y decoloraciones.
En realidad, a Shantelle se le partía el corazón solo de verlo.
“Lo siento, Evan. Esto afectará tu imagen como uno de los hombres más codiciados de Rose Hills. Estas cicatrices reducirán tu atractivo”, le dijo a Evan.
“Me alegra saber que mi amiga piensa que soy atractivo”, comentó Evan alegremente, haciendo que Shantelle entrecerrara los ojos.
Ese no era su punto en absoluto. Volvió a presionar sus heridas y Evan siseó.
“Cuidado, amiga. Cuidado ahí”.
“¿Qué parte de tu piel usaron para cubrirte el brazo?”, preguntó Shantelle.
Así funcionaban los injertos de piel. Como la piel de los brazos de Evan no se curaría a causa de las quemaduras, le quitaron una porción de piel de otra parte del cuerpo.
“Del lado de mi trasero”, respondió Evan, señalando mientras levantaba el trasero.
“Pfft… demasiado para tu perfecto trasero”, comentó Shantelle.
“Sabes, Shanty, estoy empezando a pensar que no eres solo mi amiga. Mis amigos no saben lo perfecto que es mi trasero, ni siquiera Wendell”, dijo Evan con una sonrisa burlona.
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