La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 80
Capítulo 80:
Evan se cernía sobre Shantelle mientras salían corriendo, protegiéndola con su cuerpo. Ella lo escuchó gritar repetidamente, pero no supo por qué ni tuvo tiempo de evaluar la situación.
Finalmente, cuando salieron, los agentes de policía los esperaban. Enseguida los cubrieron con una manta contra incendios.
Cada vez llegaba más ayuda. No solo Shantelle estaba atrapada en el edificio. Algunos huéspedes habían utilizado el baño o se habían quedado más tiempo en el ala oeste, sin conseguir salir antes de que el fuego se esparciera. También se informó de que una víctima había muerto en el incendio.
Shantelle, Evan y Miguel fueron trasladados al Hospital de Warlington. Shantelle solo sufrió quemaduras leves en las piernas, gracias a que Evan la protegió, pero Miguel y Evan sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado en los brazos. Al parecer, cuando se agotó el extintor, utilizaron los brazos para abrir el paso.
Mientras las quemaduras de Shantelle eran tratadas en la Sala de Emergencias, Keith se disculpó. Se sintió culpable por no haber cuidado bien de Shantelle.
“No lo sabía. Te lo juro. Lo siento, Shanty”, decía Keith mientras lloraba.
Shantelle no le dijo nada a Keith. Se culpó más a sí misma. No debería haber ido a la fiesta solo con Miguel.
Mejor dicho, ni siquiera debió haber ido. Cuando la enfermera le terminó de vendar las heridas de la pierna, se dirigió a la otra cama, donde Evan llevaba unos minutos g$miendo y gritando de dolor.
Una enfermera le estaba limpiando las heridas. La escena le estremeció el corazón. Evan tenía quemaduras de tercer grado en la parte inferior del brazo derecho.
Algunas partes de su piel estaban literalmente desprendidas de él y estaban pegadas a su camisa. Tenía quemaduras de segundo grado en la parte superior de los brazos, incluido todo el brazo izquierdo.
“Dale analgésicos de una vez”, ordenó a la enfermera.
“Eh, Doctora, ya le dieron uno”, dijo la enfermera.
“Tardará unos minutos en hacer efecto. Ya le apliqué gel anestésico en las heridas antes de limpiarlo”.
“¿Por qué no tiene una vía intravenosa todavía?”, preguntó Shantelle.
La enfermera miró hacia abajo.
“Pues, Doc. No pude encontrar un sitio. Estaba esperando al Doctor”, respondió.
“¡Eres una entermera de la sala de emergencias y no puedes encontrar un sitio para la intravenosa!”, gritó Shantelle, con los ojos llenos de lágrimas y de rabia.
“Shanty… cálmate”.
Evan apretó la mandíbula.
“Tengo los brazos quemados. No iba a ser fácil encontrar un lugar”.
Aún en bata, Shantelle se lavó primero las manos. Ayudó a encontrar una vena en los brazos de Evan que no estuviera quemada. Luego le colocó una vía intravenosa. Después ayudó a limpiarle el otro brazo.
“Lo siento, Evan. Lo siento”, le dijo.
“Shanty, es solo una herida. Estaré bien”, le aseguró Evan.
Shantelle respiró hondo. Le temblaban los labios cuando respondió.
“Pero… pero esto dejará una cicatriz permanente. Ni siquiera una cirugía podría cubrir por completo este tipo de cicatriz”.
“Lo importante es que estás a salvo. Habría sido demasiado tarde si esperábamos a los bomberos”.
Cerró los ojos.
“Shanty, tenía mucho miedo. No quería perderte. No me importa si no voy a formar parte de tu vida como esperaba, pero no dejaré que te pase nada, nunca”, dijo.
Shantelle se quedó quieta. Reflexionó sobre sus palabras y no pudo negar que la conmovieron. Sin embargo, mientras estaba sumida en sus pensamientos, escuchó que su padre la llamaba. Miró en dirección a William.
“Shanty, viene un corazón al hospital. Necesito que te tranquilices. Te necesitan para realizar la operación”, reveló William jadeando.
“Dejé a Lucas con Andy y Mark. Están en casa”.
“Lo sabía. Tenía algo que ver con la donación de órganos”, dijo Shantelle en voz baja.
“Me temo que sí, Shanty”, admitió William.
“Bueno… “
Shantelle apretó los dientes. Miró hacia donde estaba Miguel, recostado en la cama y recibiendo tratamiento, y luego hacia Evan. Sus ojos también se posaron en Keith. Él la había estado observando todo el tiempo.
“¡No dejaré que ganen!”, dijo.
“Shanty, necesito saber. ¿Viste a la persona que te empujó dentro de la habitación?”, preguntó Evan.
“Si”, respondió Shantelle.
“Era Peter Haris”.
Shantelle operó a quien realmente correspondía el corazón, y no, no dejaron pasar a Briana West por delante, Permaneció en la lista de espera de donantes de corazón.
Ya que Evan seguía en el hospital recuperándose, fue Keith quien denunció el incidente ante la policía en los días siguientes. Luego de la declaración de Shantelle, Peter Haris fue puesto tras las rejas antes de que terminara la semana.
Los West negaron su implicación y armaron que Peter Haris actuó por su cuenta. Si algo bueno salió del incidente fue el hecho de que Keith y Evan trabajaron juntos. Utilizaron los recursos de ambos para mantener a Peter Haris en la cárcel.
Evan trajo a los mejores abogados del país, mientras que Keith utilizó sus conexiones para conseguir la mayor cantidad de personas con información privilegiada dentro de la comisaría.
Keith recibió informes del jefe de policía de que alguien poderoso estaba intentando liberar a Peter y de que el comisario de policía había intentado desestimar el caso de Shantelle.
Shantelle, Andy, Keith y Mark discutieron esto en la habitación de Evan en el hospital. El pobre Miguel estaba en otra habitación siendo atendido por su colega, Duane.
“Creo que estamos tratando con alguien de mucha influencia en Warlington”, describió Keith.
“Evan, amenacé al jefe de policía con su reclamación del seguro, pero me dice que su trabajo está en juego”, agregó Keith.
“Además, mencionó que el comisario parecía angustiado también”.
“Así que lo que estás diciendo es que quien está detrás de Peter Haris es alguien por encima del comisario de la policía”, dijo Evan.
“Eso parece”, confirmó Keith.
“¿Crees que es el alcalde? Después de todo, fue allí donde empezó todo. ¿Era su evento, no?”, preguntó Evan.
Shantelle y Keith intercambiaron miradas.
“El alcalde parecía interesado en las cirugías de trasplante de corazón. Lo dijo claramente durante nuestra conversación”, dijo Shantelle.
Tanto Keith como Evan fruncieron el ceño.
“Si él es el responsable de todo esto, entonces tenemos que ser cuidadosos”, señaló Keith.
“Dicen que los Morgan están metidos en el bajo mundo”.
“¿Bajo mundo?”, preguntó Shantelle.
“Drogas ilegales”, respondió Keith.
“Claro que nadie se atrevería a investigarlos, con el alcalde de su lado”.
“Shanty, de esto es de lo que he estado hablando. Con lo que sabemos ahora, se está volviendo cada vez más peligroso”, dijo Evan.
“Y cuanto más investiguemos, nos encontramos con una situación más peligrosa. Si seguimos, llamaremos la atención del enemigo”, agregó Keith.
“Tienes que regresar a Rose Hills”, concluyó Evan.
“Por favor, piénsalo bien”.
Keith miró a Evan y luego a Shantelle.
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