La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 255
Capítulo 255:
Acababa de recorrer la fiesta presentando la empresa de la que ahora era la única dueña y, ahora, Evan estaba desacreditando poco a poco su empresa.
Brooklyn se alegraba de estar ahí. Así podría convencer alos invitados de que utilizaran sus servicios.
Estaba segura de que la fiesta le conseguiría un cliente o dos, y todo lo que tenía que hacer era utilizar sus encantos.
Las palabras de Evan tendrían un efecto mínimo en ellos.
“Por favor, ayúdenme a darle la bienvenida a mi amigo y al nuevo Director Financiero del Grupo de Empresas Thompson, el Señor Sean Ross”, dijo Evan en el escenario.
Todos se pusieron de pie para darle la bienvenida a Sean.
Evan retrasó a propósito su entrada, pues todo formaba parte de su plan.
Las puertas del gran salón se abrieron y Sean entró, erguido y con una sonrisa que le llegaba hasta las orejas.
Sus ojos lucían vivos mientras saludaba a las caras conocidas.
Desde su asiento, Brooklyn se quedó con la boca abierta al ver a Sean parado. También lo vio dar unos pasos hacia delante, ¡Lo que significaba que Sean podía caminar!
Brooklyn jadeó. Estaba a punto de acercarse a Sean cuando Evan agregó:
“¡Y esta noche, Sean vino con su pareja, Reese Kenedy!”.
Detrás de Sean, Reese entró con un vestido de noche blanco de espalda abierta, captando la atención de todos.
A continuación, Brooklyn vio brillar los ojos de Sean mientras extendía el brazo hacia ella.
Tomó la mano de Reese y puso una mirada de satisfacción.
“No, esto no puede estar pasando”, murmuró Brooklyn en su cabeza.
Aunque recordaba perfectamente haberle regalado a Sean a Reese, claramente no esperaba que el hombre volviera a caminar.
¿No dijo el Doctor que podría perder su pierna?
Brooklyn no tuvo más remedio que mirar con envidia cómo Sean caminaba de la mano de Reese.
Miró con envidia cómo Sean llevaba a Reese a la mesa donde estaban Keith, Wendell y Shantelle.
Se puso muy furiosa, preguntándose:
‘¿Reese tomó mi lugar?”.
Después de pensarlo, decidió que no y concluyó:
“No, Sean está demasiado enamorado de mí”.
Una sonrisa se formó en la cara de Brooklyn, luego pensó:
‘Probablemente está haciendo esto para ponerme celosa’.
Sean subió al escenario para hacerles una promesa, juró que cuidaría las inversiones de todos, eso y el libro de cuentas del Grupo de Empresas Thompson.
Tras el discurso de Sean, se sirvió la cena.
Algunos invitados se saltaron la cena para hablar con un agente que pudiera representarlos con sus inversiones.
Mientras todo esto ocurría, Brooklyn encontró el valor para acercarse a Sean en su mesa. A pesar de estar delante de los amigos de Sean, gritó:
“¡Sean! ¡Sean! Estás caminando, ¡Cielos! ¡Estoy tan contenta!”.
Sean se giró hacia Brooklyn y dijo:
“Sí, Reese me ayudó en todo el proceso”.
“Oh”, reaccionó Brooklyn.
Sus ojos se encontraron brevemente con los de Reese.
“Así que por eso es tu cita: para agradecerle por el esfuerzo”.
“Brooklyn. ¿Qué quieres?”, le preguntó Sean.
“Quiero hablar. No puedo creer que nos divorciamos, ¡Pero ahora puedes caminar!”, exclamó Brooklyn.
Sus palabras enfadaron a Sean, pero lo disimuló, sabiendo lo que vendría.
Apretó la mandíbula y dijo:
“No tengo tiempo para hablar ahora, Brooklyn, pero deberías quedarte el resto de la fiesta, luego podemos hablar”.
Brooklyn lo tomó como una señal de que Sean aún la amaba.
Ella se imaginó que él hizo todo este esfuerzo por caminar de nuevo para volver a ella.
Ahora que podía caminar, Brooklyn consideraba la posibilidad de volver con Sean, sobre todo porque ahora era el Director Financiero de la mayor empresa de Rose Hills.
Así pues, ella y sus padres se quedaron hasta el final de la reunión.
…
Unas horas más tarde.
La mitad de los invitados firmaron inmediatamente para invertir. La otra mitad prometió pensárselo.
Eso era suficiente para Sean y Evan, ya que esa noche también estaba destinada para hacer justicia.
Mientras Brooklyn esperaba para tener un momento con Sean, notó cómo la gente la miraba de repente, sobre todo su padre. Las personas jadeaban y murmuraban.
“¡Cielos! ¡Ellos robaron ese dinero!”.
“La Firma de Contabilidad El Punto Equilibrio lo encubrió”.
“Con razón Sean Ross dejó la empresa y se divorció de ella”.
“¿Qué está pasando?”, preguntó Brooklyn.
Entonces, se dio cuenta de cómo todo el mundo estaba mirando sus teléfonos.
Brooklyn revisó rápidamente sus redes sociales y vio un artículo en el que aparecía su padre. Decía:
[El director del Ministerio de Trabajo de Rose Hill malversó quinientos mil dólares con la ayuda de la Firma de Contabilidad El Punto Equilibrio].
Junto con el artículo se publicaron pruebas de recibos falsos, emisión de cheques y depósitos, y el reportaje en mención tenía miles de vistas.
La noticia también mostraba cómo se decía que la auditoría del Ministerio de Trabajo fue aprobada y realizada por Sean Ross mientras estaba en coma.
Inmediatamente, el rostro de Brooklyn se puso pálido.
Su corazón se aceleró. Jadeó y se tapó la boca al darse cuenta de que Sean se enteró.
Cuando Sean estaba en coma, Brooklyn le echó la culpa de la auditoría porque creía sinceramente que iba a morir.
Levantó la vista y vio que la miraban a ella y a su padre. Se giró hacia Sean y se sorprendió al ver su expresión arrogante.
¡Brooklyn finalmente reconoció que Sean estaba ahí para vengarse!
“¡Ay cielos, papá!”, gritó Brooklyn.
“Tenemos que irnos…”
“Director Bernard”, un agente de policía entró en el salón de baile.
Presentó una orden de arresto y dijo:
“Usted está bajo arresto por malversación de fondos del estado”.
Por si fuera poco, un abogado se acercó a Brooklyn y le entregó los papeles de una demanda.
Le dijo:
“Esta es una demanda civil contra usted, presentada por Reese Kenedy y Sean Ross. Mis clientes solicitan una indemnización por daños y perjuicios de cinco millones de dólares por dr%garlos en la Casa de Playa Henderson hace cinco años”.
Un fuerte grito escapó de los labios de Brooklyn.
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