La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 233

Capítulo 233:

Sean ya no tenía cuidador en el turno nocturno ya que Brooklyn lo despidió.

“Maldición, ojalá estuviera allí”, gruñó Evan.

“Oye, yo cuidaré de Sean. Tu familia necesita estas vacaciones. Se lo merecen”, respondió Keith.

“Hablaré con él. Odio que esté tan enamorado de esa p%rra, pero con el tiempo, se dará cuenta de que se merece algo mejor”.

“Mándale mis saludos a Lucas”, le dijo Keith.

El hombre respiró hondo y respondió:

“Lo haré”.

La familia de Evan ya estaba en un avión privado rumbo al Caribe, donde pasarían una semana de vacaciones.

Hendrick Grant, el nuevo socio de Evan para la empresa de Ventas Caribeñas, les consiguió una casa de vacaciones en una isla.

Era una propiedad que abarcaba dos islas, la isla principal tenía una casa familiar con una piscina enorme, construida justo enfrente de la playa y con capacidad para doce personas.

En la isla colindante, había una casa para parejas. Estaba pensada para que Evan y Shantelle se alojaran en ella siempre que quisieran algo de privacidad.

Ambas partes de la familia estaban de viaje: los padres de Shantelle y los de Evan. Por supuesto, los cuidadores también estaban con ellos, Miguel, y los gemelos.

Después de un vuelo de cuatro horas, llegaron al aeropuerto, donde, una vez más, tomaron una lancha de lujo hasta la remota isla.

Todos descansaron en sus respectivas habitaciones durante las dos primeras horas, incluyendo Evan y Shantelle.

Cuando se despertaron, todos juntos disfrutaron de una comida deliciosa. Después de eso, Evan y Shantelle partieron hacia su retiro de pareja.

Su alojamiento era una enorme villa con una piscina infinita. Era una casa de cristal tintado con solo cortinas y persianas cubriendo sus vistas del océano. Tenía una chimenea, un enorme baño con jacuzzi y una cama enorme.

Había espejos a su alrededor, todos de tamaño natural.

Cuando llegaron a la habitación principal, Evan dijo con atrevimiento:

“Entonces, querida esposa, ¿Nos bañamos juntos o vas tú primero?”.

“Tú primero. Tengo una sorpresa para ti”, respondió Shantelle antes de reírse.

“¡Apúrate!”.

La pareja se bañó por turnos. Evan entró primero y luego Shantelle.

Cuando Shantelle salió del baño, llevaba una bata sobre el cuerpo y una botella morada en la mano.

“Sea lo que sea, ya me gusta”, dijo Evan.

Estaba recostado en la cama, completamente desnudo, poniéndose duro.

Shantelle hizo una pose.

Sostuvo la botella y dijo:

“Es una recompensa por ayudar a Lucas a superar el momento más difícil de su vida”.

Evan ya estaba siseando, totalmente excitado por su imaginación, pero cuando Shantelle dejó caer la bata al suelo, el hombre g!mió y comentó:

“Maldición. Quiero eso. Quiero cogerte, maldición”.

Una risita salió de los labios de Shantelle antes de dar un giro completo y enseñárselo todo a su esposo.

Llevaba ropa interior vendada que formaba tiras alrededor de su trasero y sus pechos, pero no cubría sus partes íntimas.

En cambio, los tirantes hacían que los pechos de Shantelle se vieran más grandes y firmes. Lo mismo podía decirse de nalgas perfectamente redondas.

Lo mejor era que Shantelle estaba completamente lisa ahí abajo, casi sin rastro de sus rizos púbicos.

Cuando Shantelle se acercó a Evan, el hombre no tardó en extender su mano hacia su v!entre.

La tocó con los dedos y dijo: “Te lo voy coger tan fuerte que no podrás caminar mañana”.

Shantelle estaba juntando aceite en el pecho de Evan cuando lo desafió:

“Cumpla su palabra, Señor Thompson. Cumpla su palabra”.

“Ay, haré más que eso”, le aseguró Evan.

“Te daré más de lo que te prometí”.

Una carcajada escapó de los labios de Shantelle mientras se sentaba sobre él.

Dijo: “Primero, déjame que te tome el cabello”.

Shantelle bajó.

Mientras estaban tocándose piel con piel, lo besó, y mientras se recostaba sobre él, el hombre le agarró el trasero.

Entonces, ella empezó a frotarse contra él.

“Maldición”, jadeó Evan. Sintió la piel suave de su esposa creando fricción.

Tenía el pecho contra el suyo y las piernas entrelazadas con las de él y el abdomen apretado contra su miembro.

También apreció el aroma del aceite, una mezcla de lavanda y almendras.

“Me encanta”, admitió Evan.

Le sujetó la cara, le abrió más la boca y luego selló sus labios contra los de ella, provocando un beso más apasionado.

Sus cabezas se movieron rápidamente de un lado a otro.

Sus ojos se cerraban mientras se concentraban en aquel beso abierto y lleno de lengua.

Al hombre le encantaba cómo el aceite que rodeaba su cuerpo lubricaba los movimientos de Shantelle.

Ella se deslizaba arriba y abajo, y lo frotaba en los lugares adecuados con su guía.

Cuando Shantelle se incorporó, enterró su miembro entre sus labios inferiores.

Ella no le permitió p%netrarla, simplemente masajeó su miembro con su parte íntima y poniendo su peso sobre él.

El hombre volvió a maldecir.

Entrecerró los ojos al ver cómo la punta de su p%ne se asomaba entre él y su esposa. Disfrutó especialmente de la vista de Shantelle moviendo sus labios y empapando su miembro.

“Me estoy volviendo loco. Te amo tanto, Shanty”, dijo Evan antes de extender el brazo para jugar con su cl!toris.

Pronto, Evan la puso de lado y acarició sus senos.

Sus movimientos eran tan implacables que su leche materna se salió.

“¡Evan!”, g!mió Shantelle, pero el hombre se inclinó y se llevó la leche a la boca.

“Los gemelos tendrán que aprender a compartir con su papi”, propuso Evan antes de agarrarse por completo a su pecho.

A partir de ahora, a Shantelle le tocó llorar de placer:

“¡Aaah! Evan, extrañé tanto esto”.

Shantelle cerró los ojos mientras Evan le chupaba alternativamente los senos y le llenaba el cuello de besos.

Llenó su cuello de mordiscos y sus manos no dejaban de agarrarla por todas partes.

Evan no tardó en llegar a su cl!toris.

Tras un sonoro g$mido, los ojos de Shantelle se abrieron de par en par y su mirada se clavó hacía arriba.

Se sorprendió al ver un espejo en el techo.

“Hay un espejo encima de nosotros”, dijo Shantelle levemente.

El hombre respondió:

“Lo sé”.

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