Capítulo 211:

“¿Y?”, preguntó Milan.

Wendell sonrió, abrazó a Milan y dijo:

“Creo que nos llevaremos muy bien”.

Milan le devolvió el abrazo y respondió:

“Yo también”.

“Señorita Milan Gray, ¿Quieres ser mi novia?”, le preguntó Wendell.

Milan se separó del abrazo con la cara sonrojada y luego respondió:

“Me encantaría ser tu novia, ya estamos más o menos comprometidos”.

A Wendell se le escapó una carcajada.

Él respondió:

“Estamos comprometidos ¿Verdad?”.

Tras una intensa sesión de besos, Wendell y Milan cenaron tarde.

Después, se ocuparon de los gemelos y dejaron que las cuidadoras se tomaran sus descansos antes de volver a la habitación de Wendell.

En lugar de que Milan durmiera en otra habitación de invitados, esa noche se acurrucaron en la misma cama.

Como estaban acurrucados y el brazo de Wendell estaba prácticamente sobre el pecho de ella, volvió a tener una er%cción.

Pensando en la condición de Milan, le preguntó:

“Bueno, Milan. Sé que dijiste que aún no puedes tener se%o y no quiero apresurarte”.

“Depende del tamaño. ¿Cómo es el tuyo?”, le preguntó ella.

“Eh… ¿Grande?”, respondió Wendell.

“Mmm. ¿Cuántas pulgadas?”, preguntó Milan.

“Seis y medio, creo”, le respondió Wendell.

Milan se giró hacia Wendell, sonrojada.

Luego, contestó:

“Eh… Pensaba que eras más grande, pero eso es genial”.

“¿Te estás burlando de mi tamaño?”, preguntó Wendell, con los ojos entrecerrados.

Ella soltó una risita y reveló:

“No, es solo que estoy dilatada para un miembro de gran tamaño. Estuve practicando durante dos semanas seguidas. Si fueras más grande, tendríamos que esperar unos meses”

Wendell se quedó con la boca abierta y de repente su miembro se puso más duro que una vara de acero.

“Maldición, ¿Por qué tenía que admitir eso?”.

Ella le recorrió el pecho con el dedo y propuso:

“¿Sabes lo que eso significa? Que tienes el tamaño perfecto para mí, Solo tienes que hacerlo… Muy despacio… ¿Para qué no me duela?”.

El silencio invadió la habitación.

Wendell tardó unos segundos en reaccionar y luego dijo:

“No, creo que lo que hay que hacer es ponerte… extremadamente mojada”.

“¿Extremadamente mojada?”.

Milan levantó la ceja y preguntó:

“¿Cómo?”

A Wendell casi se le cae la boca de la cama porque no podía creer lo que estaba escuchando.

Levantó la ceja y le preguntó:

“¿Quieres decir que ningún hombre te ha probado ahí abajo?”.

Cuando sus ojos se fijaron en la zona inferior de ella, Milan finalmente comprendió.

Ella tragó saliva y contestó:

“Como mucho, un jugueteo con el dedo, pero no… probar no… ¿Wendell?”.

Wendell se levantó para encender las luces.

Se subió a la cama y agarró bruscamente sus pantalones cortos.

Tiró de ellos y se los quitó junto con la ropa interior.

Al verla desnuda, un siseo salió de sus labios.

“Hermosa”.

Dirigiendo la mirada nuevamente a Milan, notó que ella estaba tan roja como un tomate.

Él se arrastró encima de ella y selló sus labios con un beso.

Mientras lo hacía, dijo en voz baja:

“Eres tan hermosa”.

Mientras se saboreaban mutuamente, Wendell metió la mano bajo su camisa y empezó a masajear sus senos.

Agarró su camisa y se la quitó por arriba, desnudándola por completo.

Ella no llevaba sujetador para dormir, así que pudo accederá sus senos inmediatamente.

Como hace un momento; las chupó con ganas, girando la lengua alrededor de sus pezones antes de zambullirse para saborearla como un bebé.

Mientras Wendell le sujetaba el seno con una mano, con la otra empezó a tocarle el cl!toris. Milan empezó a g$mir y a retorcerse debajo de él, sus piernas contrayéndose y su cara ardiendo.

“Wendell”, Milan lo llamó Milan.

“Se siente diferente”.

“¿Diferente cómo”?”, le preguntó Wendell, soltando brevemente la mano de su seno y volviendo rápidamente a comérselo.

“Es como si no estuvieras intentando apuñalar a mi… flor”, dijo Milan.

Soltó una risita al describir su experiencia anterior con Rowan.

Una carcajada escapó de los labios de Wendell.

Se sentó y se quitó la camisa. Le abrió las piernas y contestó:

“Suavemente es la mejor manera de ponerte muy mojada”.

Le tocó el cl!toris con dos dedos y dijo:

“Justo aquí”.

Haciendo un movimiento circular suave, agregó:

“Con la cantidad de presión adecuada”.

“¡Aaahhh”, Milan echó la cabeza hacia atrás y su cuerpo se retorcía sin cesar mientras Wendell le acariciaba el cl!toris.

Ni siquiera se dio cuenta de cómo sus caderas se movían de placer.

Milan cerró los ojos, disfrutando del momento, pero pronto Wendell se detuvo.

Ella frunció el ceño y miró entre sus muslos.

Para su sorpresa, él se estaba acercando a sus labios menores.

Estaba a punto de oponerse, pero antes de que se diera cuenta, sintió su cálida lengua chupando su núcleo.

“Aaaaah… ¡Wendel!!“.

Se estremeció ante aquella sensación.

La tomó totalmente por sorpresa.

Milan acabó tocándose a sí misma, alcanzando los rizos de Wendell y tirando de su cabello.

Sus caderas se levantaron repetidamente, deseando más de su lengua contra su núcleo.

“Quiero más. Quiero más… ¡Aaahh!”.

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