Capítulo 17:

“Señor Thompson, es un placer hacer negocios con usted, y espero verlo en Rusia el mes que viene”, dijo el señor Romanov, cliente de la Naviera.

Evan le tomó la mano y respondió:

“Yo también estaré encantado de visitarlo en Rusia, Señor Romanov”.

Al ver a su asistente, Evan ordenó:

“James, por favor, acompaña al Señor Romanov al vestíbulo”.

“Sí, Señor”, asintió James.

Un suspiro de alivio escapó de los labios de Evan. Los problemas con la naviera se habían resuelto. Se desplomó sobre el sofá y dijo:

“Por fin puedo tomar un respiro”.

Evan estaba a punto de revisar sus correos electrónicos cuando su teléfono volvió a sonar. Era Nicole.

Habían pasado cuatro días desde que Nicole fue dada de alta del hospital. Nicole había estado llamando a Evan día y noche, pero Evan no contestaba sus llamadas.

Evan aún no se había enfrentado a Nicole por cómo le dijo a Shantelle que estaban viviendo juntos.

El trabajo tenía que ser su prioridad. Además, temía que no fuera capaz de controlar su temperamento delante de ella.

Desde aquel día en la villa, Evan se encontraba completamente irritado por Nicole a pesar de saber que ya daba bastante lástima, después de haber sido vi%lada y maltratada. Evitar a Nicole, por ahora, era la mejor solución que se le ocurría.

Aun así, eso no cambiaba el hecho de que se culpaba por cómo Nicole fue vi%lada en la calle, así que envió a un cuidador y a un guardaespaldas para ayudarla a sentirse segura.

Después de ignorar otra llamada de Nicole, Evan recibió un mensaje de texto de ella. Al mismo tiempo, le llegó otro mensaje de uno de sus directores.

Abrió el teléfono y vio primero el mensaje de Nicole.

Decía:

[Evan, lo siento. No era mi intención suponer nada. Estoy tan deprimida ahora. Quiero…].

Sacudió la cabeza y decidió borrar su mensaje, pero en lugar del mensaje de Nicole, ¡Borró el de su director!

“¡Maldita sea, Nicole!”. Evan maldijo mientras volvía a revisar descuidadamente sus mensajes. Cuando se dio cuenta de su error, fue a su copia de seguridad en la nube para recuperar el texto.

Evan sabía que este director estaba en un viaje de negocios importante en otra ciudad, buscando una inversión potencial.

La señal era relativamente mala debido a las condiciones meteorológicas y, por ende, solo comunicaba sus avances a través de correos electrónicos o mensajes de texto.

Evan encontró rápidamente los mensajes de texto borrados recientemente. Dio gracias al cielo por haber hecho una copia de seguridad de su teléfono con un almacenamiento en la nube. Seleccionó el mensaje importante y lo restauró.

Mientras lo hacía, vio un mensaje de texto de Shantelle. Parecía ser un mensaje con una foto.

Un ceño fruncido se formó en su cara cuando pensó en los últimos eventos. No había borrado ninguno de los mensajes de Shantelle, pero, ¿Por qué estaba este mensaje en su copia de seguridad en la nube?

Abrió el mensaje de Shantelle. Primero leyó el mensaje en el que le decía que no quería el dinero de la pensión. Luego miró detenidamente la captura de pantalla.

Pasó un segundo.

Pasaron dos segundos.

Pasaron tres segundos.

La mano de Evan golpeó con fuerza la superficie de su mesa. Todo su cuerpo tembló al comprender el contenido de la captura de pantalla. Era una foto suya tomando café dentro del apartamento de Nicole.

Esa misma foto se la había enviado a Shantelle con un único propósito: hacerla enfadar.

Leyó la respuesta de Shantelle en la captura de pantalla:

[Así que fuiste tú todo el tiempo, Nicole. Nunca lo habría adivinado. Bueno, puedes quedártelo. Acepto mi derrota).

Con la mandíbula apretada, Evan dijo:

“Nicole. ¡Nicole!”.

No había nadie más que pudiera haber tocado su teléfono ese día. Nadie más se acercó, y nadie más podría atreverse a hacerlo.

Evan recordó la última vez que fue al apartamento de Nicole y el día en que leyó la carta de Shantelle. Ella le había enviado un mensaje. Eso era lo que ella había dicho, ¡Pero alguien lo borró a propósito!

“¡Nicole!”.

¡Evan no podía creerlo! Pensaba sinceramente que Nicole era una simple e inocente bibliotecaria.

¿Quién iba a saber lo que llevaba dentro?

La rabia se apoderó de su corazón. Estaba a punto de salir de su oficina y reprender a Nicole por lo que había hecho cuando James entró empujando con fuerza las puertas de su oficina.

“Señor”, llamó James.

“Llamó el guardaespaldas del apartamento de la Señorita Lively. Ella… La Señorita Lively, ¡Intentó quitarse la vida! Intentó s$icidarse. ¡El cuidador y el guardaespaldas la llevaron al hospital!”.

“¿S$icidarse?”. Evan no sintió ningún remordimiento.

“Quiero una investigación de los antecedentes de Nicole Lively. Todo lo que puedas averiguar sobre ella, ¡Y lo quiero en cuanto antes!”, ordenó Evan a su agente por teléfono.

Caminaba de un lado a otro en una zona apartada del pasillo del hospital.

“¿Y cómo va la investigación de la vi%lación? ¿Averiguaron algo?”.

“Señor, tenemos pistas, pero no han sido concluyentes. Aún tenemos que revisar varios videos de vigilancia alrededor del club, a unas manzanas de distancia y yendo hacia el centro”, dijo el hombre al otro lado de la línea.

Evan había contratado a un investigador privado desde la semana anterior. No quería precipitarse, pero sabiendo lo que sabía ahora, Evan tenía prisa por encontrar respuestas.

“Verá, Señor Thompson, encontramos un vídeo de vigilancia en el que se ve a la Señorita Lively yéndose con unos adolescentes justo delante del club. No coincidía con su historia, así que me tomé la libertad de indagar más”, dijo el investigador.

Evan aceptó. Nicole dijo que había caminado sola varias manzanas con la esperanza de conseguir un taxi.

Lo pensó detenidamente y supuso que tal vez ésa era la razón por la que ella nunca había querido presentar cargos.

Un siseo escapó de sus labios. Luego ordenó:

“Por ahora, dé esa información a la policía. También haré una llamada para que las autoridades estén al tanto del caso”.

“¡Y envíeme una copia del vídeo!”, añadió él.

Después de hablar con el investigador privado, regresó a la habitación de Nicole. Un Doctor salió y rápidamente encontró a Evan.

“Señor Thompson, la paciente está descansando. No pensé que hubiera perdido tanta sangre, pero su cuerpo debe de estar débil. Sigue inconsciente”, reveló el Doctor.

“Es normal que las víctimas de vi%lación tengan tendencias suicidas. Es bueno que la Señorita Lively tenga a alguien como usted para ayudarla a superar esto”.

El Doctor agregó:

“Me retiro. Es mejor dejarla descansar por ahora”.

Evan no contó las horas que estuvo allí. Ni siquiera podía trabajar. Dudaba de sus decisiones sobre Nicole y empezaba a odiarse a sí mismo.

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