La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 154

Capítulo 154:

Sus extremidades bailaban delicadamente al son de una melodía mientras se abrían las cortinas.

Las mandíbulas de los invitados se caían por la sorpresa y sus pieles se erizaban ante la visión de las bellas bailarinas desde arriba.

Todas las bailarinas se alinearon sobre el pasillo.

Los cantantes entonaban una canción de boda atemporal y clásica.

Los Sueños Se Cumplen. Finalmente, cuando la figura de la novia salió del telón, todos se dieron cuenta del trabajo real de las bailarinas.

Cuando Shantelle comenzó su paseo nupcial, las bailarinas le lanzaron pétalos azules mientras mantenían su grácil danza desde arriba.

“Ven conmigo y volaremos juntos A un lugar, donde podamos amar para siempre Toma mi mano, y veremos el mañana Sólo alegría, y no más lágrimas ni penas”

Shantelle sostenía un ramo de rosas color zafiro.

Gemas y joyas doradas adoraban las flores.

Hacían juego con el collar de gemas de zahro que llevaba en el cuello y los dedos. Sobre su cabeza llevaba una pequeña corona dorada digna de una reina.

Ella iba cubierta con un velo que brillaba en la penumbra del lugar y lo mismo podía decirse de su vestido de novia Sarah Kate, bellamente bordado con más de trescientas mil gemas blancas.

Shantelle llevaba el cabello recogido, haciendo alarde de su esbelto cuello y hombros. Su elegante rostro estaba ligeramente maquillado.

Sus brillantes ojos azules estaban jos en la pantalla LED que mostraba su paseo nupcial mientras pétalos azules seguían cayendo desde arriba.

El foco que la enfocaba se desvaneció lentamente a medida que se encendían más luces por todo el recinto.

Vio caras conocidas.

Estaban compañeros de trabajo del centro cardiopulmonar y empleados de Evan.

“Doctora Shant, ¡Qué guapa está!”, dijo una colega.

Shantelle la saludó con la mano.

Había representantes de los medios de comunicación locales, políticos y socios comerciales de Evan, a los que no conocía.

A pesar de no conocerlos, recibió los mismos elogios.

Los invitados la fotografiaban como si fuera la próxima superestrella.

Era abrumador.

Sin embargo, sonrió y asintió con la cabeza.

“Preciosa, Doctora Shant”, le dijo la Doctora Winona.

Shantelle le sonrió.

La Doctora Winona se había alegrado mucho cuando Evan la remitió a un contacto donde podría comprar otra pieza del zahro de Cachemira.

Shantelle se sorprendió al ver a sus compañeras de la Facultad de Medicina.

Al parecer, ya eran muy cercanas.

Ella no se había percatado de ello.

La animaban y sonreían como si fueran parte del mismo circulo de amigas. Solo Millet tenía el ceño fruncido.

Por todas partes, las personas se quedaban boquiabiertas.

Algunos lloraban por ella.

Cuando llegó a la sala de convenciones numero dos, se dio cuenta de que sus familiares la miraban sorprendidos.

Shantelle sonrió y asintió con la cabeza.

Esperaba que su boda les pareciera divertida y menos aburrida.

Sin embargo, a juzgar por cómo habían llenado su mesa de canapés y champaña, supuso que hasta el momento les estaba encantando.

Se giró hacia su izquierda y vio a Ariana, la tía de Evan, observándola atentamente.

Tenía la boca abierta, en evidente estado de shock, y sus ojos miraban de arriba abajo su reluciente vestido.

La primera canción ya había terminado antes de que llegaran al pasillo de la sala de convenciones número dos.

Otra melodía instrumental resonó por los pasillos.

Levantó la mirada y una sonrisa más brillante se dibujó en su rostro.

Vio a su padre, William, parado en el pasillo, esperándola.

Al igual que ella, tenía una amplia sonrisa y sus ojos brillaban de felicidad.

Cuando cruzó su brazo con el de su padre, William le dijo:

“Esta vez es de verdad. Esta vez, todo está bien”.

William abrazó a Shantelle y le dijo:

“Qué boda tan hermosa, Shanty. Me alegro por ti, cariño. Espero que Evan y tú trabajen más duro para fortalecer este matrimonio”.

Efectivamente, Shantelle también lo sintió.

Esta boda era muy diferente de la anterior.

Había mucha diferencia ahora que Evan le devolvía los sentimientos y aún más porque Shantelle sentía que esta vez el amor de Evan era mayor que el suyo.

Los videógrafos, que retransmitían en directo su paseo, la siguieron mientras ella y William se dirigían a las puertas cerradas de la sala de convenciones número tres.

A continuación, el videógrafo de adentro mostró cómo Evan esperaba pacientemente a que ella entrara en la sala de convenciones tres.

Se veía claramente en la pantalla LED a su izquierda.

Ella sonrió al ver cómo Evan no dejaba de mirar la puerta.

Justo entonces, los organizadores abrieron las puertas dobles.

Ella entró, justo a tiempo para que sonara una nueva canción.

Era una canción que había elegido principalmente para los dos.

Shantelle se sentía identificada con la canción.

Tras la experiencia de su primer matrimonio, ella y Evan trabajaban ahora juntos para hacer más fuerte su relación.

Evan corregía sus errores y ella intentaba ser madura en sus decisiones.

“Ambos sabemos nuestras propias limitaciones, por eso somos fuertes Ahora que pasamos un tiempo separados. Nos estamos guiando el uno al otro, fuera de la oscuridad. Porque ambos sabemos”

Al llegar a la sala de convenciones tres, Shantelle no necesitó una cámara para ver cómo Evan jadeaba al verla.

Él sonrió, pero era evidente por la forma en que se limpió las comisuras de los ojos, que Shantelle lo había dejado sorprendido.

Desde donde estaba, lo vio decir:

“Te amo. Eres tan hermosa”.

Los invitados se quedaron petrificados.

A algunos se les cayeron las lágrimas al ver la reacción de Evan.

Por supuesto, a los que lo conocían bien, las lágrimas ya se les habían salido por la cara.

Erick y Clara se habían estado secando las lágrimas desde que entró Shantelle.

Lo mismo ocurrió con Eleanor.

Shantelle también lloraba, pero se secaba rápidamente las lágrimas, ya que sabía que arruinaría su maquillaje.

Para ella, Evan también estaba deslumbrante con su traje de zafiro personalizado. Le pareció genial que se abriera la chaqueta para mostrar su chaleco azul en lugar de llevar solo una camisa blanca debajo.

El traje le quedaba bien y resaltaba sus anchos hombros.

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