La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 105
Capítulo 105:
En un segundo, Shantelle sintió una cálida lengua contra su v%gina. Evan la estaba lamiendo como si estuviera hambriento, chupando sus labios inferiores y chasqueando la lengua contra su cl!toris. Mientras lo hacía, alcanzó su seno con la mano y lo acarició.
“Maldición, te amo y te extrañé tanto”.
Evan la lamió desde la entrada hasta el cl!toris.
“¡Esto sí que lo extrañaba!”.
“¡Qué bien sabes! No puedo parar”, agregó después de habérsela comido a fondo.
Shantelle se estremecía en la cama. Sus caderas no paraban de moverse y su espalda se arqueaba repetidamente.
Evan la acariciaba sin descanso. Tenía tanta hambre de ella que juraba que podría pasarse toda la noche complaciéndola y haciendo el amor con ella.
“Evan, yo… no puedo, no puedo”, anunció Shantelle.
Estaba a punto de llegar al clímax y se sentía totalmente avergonzada de lo rápido que se había dejado llevar por el placer, pero, ¿Qué podía hacer?
Había pasado mucho tiempo para ella. Cada momento que pasaba acostada en aquella cama sentía que la acercaba más al paraíso.
Efectivamente, Shantelle no había estado con ningún otro hombre, pero ahora estaba compartiendo este preciso momento íntimo con Evan. Todo le resultaba familiar, como si toda la emoción que solía sentir al hacer el amor con él volviera corriendo a su cabeza y a su corazón.
“¡Ahhh! ¡Evan!”.
Con ese pensamiento, Shantelle acabó viniéndose. Su v!entre palpitó y su cuerpo se convulsionó ligeramente. A pesar de su reacción, Evan siguió chupándola, bebiéndose todo su jugo de amor.
Después de complacer a Shantelle, Evan volvió a subir para besarla. Lo hicieron apasionadamente. Pasaron unos segundos y la mirada de Evan volvió a fijarse en su parte inferior. Sus ojos estaban nuevamente llenos de deseo. Estaba a punto de sentarse y quitarse los pantalones cuando Shantelle lo detuvo.
“No… yo… yo también quiero besarte”.
Al principio, Evan se quedó confundido, pero pronto se dio cuenta a qué se refería en el momento que Shantelle intentó darle la vuelta. Por desgracia, Shantelle no lo logró, así que Evan se rio.
“¡Coopera conmigo!”, le advirtió Shantelle.
Evan se movió hacia el otro lado de la cama y se recostó boca arriba.
Shantelle se subió encima de él, a horcajadas sobre su zona Íntima, con el cuerpo completamente desnudo y a la vista de Evan.
“Ay por cielos, esposita. Eres tan hermosa. Qué bien se siente cuando estás encima de mí. Muévete un poco para mí… cielos, ha pasado tanto tiempo”, comentó
Evan, cerrando los ojos y disfrutando del momento. Poco después, Evan sintió que Shantelle le besaba el pecho. Rápidamente sintió escalofríos al pensar que ella estaba haciendo algo tan atrevido.
No era algo nuevo para Evan, Shantelle solía besarlo en el pecho a menudo cuando hacían el acto en su tiempo de casados. Pero esta vez, era diferente.
Cuando estaban casados, él se negaba a reconocer cualquier excitación que sintiera por ella, especialmente cuando estaban en la cama. Pero ahora, Evan se expresaba, ya que sabía lo mucho que se había perdido durante tanto tiempo.
“¿Evan? ¿Juras que no has estado con ninguna otra mujer que no sea yo?”, preguntó Shantelle, con los ojos fijos en él mientras bajaba sus senos contra el pecho de él.
El hombre la miró a los ojos.
“Te lo juro. No podría. Solo pienso en ti”, respondió Evan.
Se tapó la boca con las manos en puño mientras se aclaraba la garganta.
“Yo… pienso en tí cuando… ya sabes… me vengo”, admitió.
Los ojos de Shantelle reflejaban un atisbo de deseo mientras le besaba el pecho. Volvió a mirar a Evan.
“¿Cómo? ¿Qué te imaginas cuando piensas en mí? ¿Algo así?”, preguntó de manera pícara.
Evan asintió.
Tragó saliva.
“Tú, yo besándote, haciendo el amor contigo. Tú chupándomela. Tus labios perfectos alrededor de mi p%ne”, respondió.
Los ojos de Shantelle se entrecerraron. Besó repetidamente el pecho de Evan, dejándole marcas, tal y como ella había prometido. Pronto su mirada bajó a sus pantalones. Le volvió a ver la cara.
“¿Quieres que lo haga?”, le preguntó.
“Ay, sí por favor. Muchísimo”, suplicó Evan.
En aquel momento, cada segundo era importante para Evan. Cuando Shantelle le desabrochó los pantalones, su corazón se aceleró. Cuando le ayudó a quitarse los pantalones, su excitación se disparó. Después de años de tener sueños eróticos con su exesposa, ¡Por fin se estaba haciendo realidad! Evan juró que se le salió líquido pre seminal antes de que Shantelle pudiera siquiera sostener su miembro.
No tardó mucho en dejar su ropa interior en el suelo. Su p%ne estaba erecto y duro como una vara de acero.
La delgada mano de Shantelle envolvió su miembro y la tocó brevemente.
“Eres tan grande, Evan”, declaró.
“¡Aaah!”. Evan g!mió en cuanto los labios de Shantelle tocaron la punta de su p%ne.
Pronto sintió que su boca calentaba la mitad de su miembro completo.
“Maldición, sí”.
Shantelle sintió que le ardía la cara mientras devoraba su miembro. Evan sabía divino. Todo en él le producía oleadas de placer.
Mirar y sentir su cuerpo la deslumbraba. Evan tenía la cantidad perfecta de músculos y a ella le encantaba su cintura plana pero firme. Con ropa, cualquiera podía ver su atractivo cuerpo varonil, pero sin ropa, era aún más seductor.
Ahora, mientras lo envolvía con su boca, se deleitaba con la suavidad de su piel y se complacía con lo duro que estaba. Ella le provocó esto. Él estaba muy excitado gracias a ella.
Cuando Evan le reveló cómo se había masturbado pensando en ella, ella no supo por qué, pero la emocionó. Shantelle no era una mujer sexual, pero la idea de que Evan pensara en ella durante aquellos años encendió de algún modo el fuego de sus deseos.
Su yo interior deseaba hacer lo que Evan describía: revivir los momentos más íntimos que había tenido con él cuando estaban casados.
Yendo arriba y abajo, la cabeza de Shantelle se balanceaba entre las piernas de Evan, pero con todo lo que habían hecho aquella noche, el hombre estaba a punto de explotar.
“Shanty, me vengo”, advirtió Evan.
Shantelle se echó para atrás. Evan se masturbó delante de ella, disparando su s%men en su pecho y un poco en su cara.
“Maldición, qué bien se siente. Qué tan bien se sentirá cuando entre en ti”, dijo Evan jadeando.
“Te juro esposita, que probablemente lo hagamos toda la noche”, declaró con convicción.
Como Evan no estaba satisfecho, mientras tocaba la suave piel de Shantelle, le pidió que se duchara con él. Mientras estaban en la ducha, se besaron y tocaron mutuamente sus cuerpos.
Después, Evan llevó a Shantelle de nuevo a la cama y la tumbó suavemente sobre las sábanas. Le tapó la boca con sus labios, asaltándola como si no lo hubiera estado haciendo durante la última hora. Su mano recorría sin control el cuerpo de Shantelle.
Pero no era solo él. Evan se enorgulleció del hecho de que Shantelle no dudó en pasear sus manos por su pecho, espalda y, sobre todo, el trasero que ella decía ser perfecto. Shantelle solía hacerlo mucho cuando estaban casados. Evan recordaba cómo a ella siempre le había fascinado su cuerpo.
Pero lo que Shantelle no sabía era que a Evan le ocurría lo mismo, solo que él nunca lo expresó. Ahora corregiría para siempre sus errores y llenaría a Shantelle de todos los cumplidos que se merecía. Descendiendo hasta su cuello, Evan agregó más marcas de besos en su piel.
“Qué hermosa. Tu piel es tan suave como la seda”, comentó.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar