La boda del heredero
Capítulo 109

Capítulo 109:

“Eso es una fortuna”

Concedí agradecido y enfadado a partes iguales.

“¿Cómo se deshizo de ellos?”

“Pues tomó su arma y disparó un poco, luego tuvo que responder a la policía del pueblo, pero al parecer ya están buscando a los agresores y…”

“¿Hugo tiene un arma?” pregunté asombrado.

“Sí, ha trabajado por años en los viñedos, a veces hay problemas… gracias a Dios nunca ha tenido que usarla, bueno… hasta ahora”

“Bueno… supongo que es un alivio saber que tiene cómo cuidarse”

“Sí, pero… Emmett, esto es nuestra culpa, ¿Cierto? Por todo lo que estamos haciendo… por investigar sobre D’vine y esos accidentes, entonces… papá…”

Su voz se quebró y empezó a llorar.

Me levanté de inmediato para abrazarla y consolarla.

“Hey, calma… Irina, te prometo que nada malo le pasará a Hugo, hablaré con Caspian, te aseguro que para esta misma noche tendré a un par de hombres cuidando las afueras de la casa”

“Una de las rocas llevaba escrito: ‘Tú sigues aquí’“

“Maldita sea… ¿Y eso qué significa?” pregunté entre dientes.

“No lo sé, creo que tal vez… Es una forma de recordarle que aunque a nosotros no nos pueden tocar… a él sí lo tienen al alcance, no lo sé, pero estoy muy asustada”

“Descuida, ahora mismo llamaré a Caspian, trata de calmarte”

La guié hasta el sofá, donde se sentó y ocultó el rostro entre sus manos.

“No puedo creer que Damien esté llevando esto tan lejos, atentar contra mi padre es muy bajo, incluso para él”

Torcí el gesto y respiré profundo antes de hablar.

“No creo que sea Damien, Irina… a estas alturas me temo que estábamos equivocados y siempre ha sido Nadine detrás de todo”

Irina alzó la cara y clavó sus ojos en mí.

“¿Nadine?”

“Sí, creo que ni el mismo Damien es consciente de todo lo que ha hecho, y sé… al menos estoy muy seguro de que no fue él quien contrató a Harold para matarme”

“¿Contratarlo?”

Suspiró profundo, al recordar que no le había dicho nada de eso a Irina, y con resignación supe que había llegado la hora de decir la verdad.

“Hay un testigo que vio a Nadine entregarle un fajo de billetes a Harold Williams el día que yo tuve el accidente”

Su boca se abrió y resopló incrédula.

“¿Y por qué no se le dice eso a la policía? ¿Qué más pruebas quieren?”

“El testigo no es confiable, necesitaríamos la confesión del mismísimo Williams para conseguir que la impliquen y para eso tendríamos que hablar con el infeliz, pero… eso quizás sea complicado de lograr”

Irina se mantuvo en silencio un rato pero de pronto empezó a sacudir la cabeza y me miró enfadada.

“¿Sabías que Nadine le había pagado al hombre y no me habías dicho nada?”

Respiré profundo, no había forma de librarme de aquello.

“Eso fue lo que me dijo Caspian cuando me pidió ir al bar, pero no quería mortificarte más”

“¿Entonces soy una tonta que no puede manejar la información importante?”

“No, solo pienso que…”

“Eres muy impulsiva e imprudente”

“No era adecuado decirte lo en ese momento, estabas al borde de una crisis nerviosa”

“¿Y te crees el indicado para decirme cuándo es demasiado estrés para mí? ¡Tú acabas de despertar de un puto coma, Emmett!”

“Lo sé, lo sé… créeme que estoy deseando que todo esto acabe para gastar miles de euros en terapia, pero por ahora solo que queda soportarlo, y justo ahora necesito que tú también te enfoques, debemos encontrar la forma de atrapar a Nadine”

“¡¿Y eso cómo lo vamos a hacer?!” exclamó Irina, sacudiendo sus manos al aire.

“¿Cómo sabemos que esa mujer no está ya tramando borrarnos del mapa?”

“No creo que esté haciéndolo justo ahora, no tiene por qué sentirse amenazada, hasta ahora nada apunta hacia ella directamente, en parte por eso necesitamos a Williams, pero debemos darnos prisa, porque será cuestión de tiempo antes de que la policía llegue a él y entonces sí se tornará peligrosa la situación. De momento no pisaremos más la mansión familiar y nos mantendremos alejados de ella”

“Emmett…”

Irina empezó a sollozar, rompiendo un poco mi corazón, odiaba eso…

Se sentía en peligro, incluso estando a mi lado.

“Hey, te prometí que todo estaría bien y así será, ¿De acuerdo?”

“¿Cómo lo sabes?” preguntó con ojos rojos llenos de lágrimas.

“Temo tanto por nuestro futuro, por el futuro de nuestros hijos…”

Mi corazón latió con fuerza al oírla, que en medio de todo aquel caos ella estuviese pensando en tener más hijos conmigo, me pareció conmovedor y emocionante…

Y una motivación más para no dejar que la desalmada de Nadine ganara.

“No lo sé aún, pero lo descubriré… Te juro que lo haré” respondí envolviéndola con fuerza entre mis brazos, pero justo en ese momento los hermanos Roux entraron al salón una vez más.

Me puse de pie de un salto, dejando a Irina en el sofá.

“¿Qué ocurre?”

“Recuerda que le hablé sobre nuestros contactos en la policía?” comentó Nicolaj, yo asentí y él sonrió.

“Pues nos dieron la ubicación de Williams justo ahora”

“¿Qué?” preguntó Irina poniéndose de pie tras de mí.

“Ellos necesitan que el juez les firme una orden para poder proceder, sin eso no pueden moverse, ya que aún no han hecho ninguna acusación formal; ya sabe, el jodido protocolo que a veces entorpece más que ayudar, pero el hecho es que…”

“Nosotros ya no necesitamos una de esas, señor Lefebvre”

Terminó Edmond por él, mirándome con una ceja arqueada mientras me mostraba las llaves del auto, agitándolas sutilmente a la altura de sus hombros.

Nuevamente sentí el corazón palpitarme en los oídos, pero comprendí lo que querían decirme…

Lo que tenía que hacer.

La adrenalina se disparó una vez más en mi organismo hasta que sentí que la cabeza me daba vueltas, pero debía resistir.

Miré a Irina, me solté de su agarre antes de inclinarme y besar su frente.

Ella empezó a llorar, pero no era el momento de detenerme por eso; seguí a los hermanos Roux para ir una vez más en búsqueda de Harold Williams, el hombre que había intentado matarme un año atrás.

Media hora después me encontraba de vuelta en el auto, esta vez en compañía de Edmond, que iba al volante, con la vista fija en la carretera.

Me había negado a dejar a Irina y a Elliott desprotegidos, pero tampoco quería que vinieran con nosotros, así que Nicolaj decidió quedarse con ellos ya que era su hermano quien conocía más detalles sobre la ubicación de Williams y la situación con la policía.

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