Esposo infiel -
Capítulo 29
Capítulo 29:
Le da el primer empujón, haciendo que choque contra la pared.
“Creo que esto se saldrá de las manos muy pronto ¿Por qué no solucionamos las cosas como personas adultas?”, digo, poniéndome entre ambos
“Es un hijo de p%ta”, espeta.
“Entiendo. Pero, ¿Qué tal si llegamos a un acuerdo? Estás molesto y lo entiendo, pero en el almuerzo, Adam, cuando nos llevaron la comida, el mozo movió las copas, quizás ahí se hizo el intercambio”, le digo a Adam.
“¿Lo dices en serio?”, me mira con el ceño fruncido.
“Sí, y entiendo que estés molesto, pero todo tiene solución. ¿Qué dices?”, le digo.
“¿Qué propones?”, dice al cabo de unos segundos, exhala, completamente molesto.
“Dos puñetazos. Limpios, y Nick no se defenderá”, hago la pensativa unos cuantos minutos para luego mirarlo.
El susodicho me aniquila con la mirada, sin embargo, se mantiene en el papel levantando ambas manos.
“Soy un imbécil y me lo merezco. Adelante, golpéame y te prometo que no lo haré de nuevo. Me enfocaré en mi trabajo y…”, admite.
“Cierra la boca, hablas demasiado”, Adam lo deja en la silla de un puñetazo. Su hueso en contacto con el rostro de Nick, hizo un sonido bastante extraño que de seguro no olvidaré pronto.
Me siento mal por Nick, pero como dije, esto no es gratis y él se ofreció, yo le daré el dinero y aunque no lo necesita, lo tomará para decir que fue parte del daño producido al gran Adam Byrne, quien siempre pareció intocable ante sus ojos. Por eso se aguanta, porque su deseo de venganza es casi tan grande como el mío.
“Termina de una vez”.
“Con mucho gusto. Te lo mereces”, masculla mi esposo, lanzándose a por él con un segundo puñetazo que lo deja casi inconsciente
Justo cuando creo que no puedo tener más mala suerte, Kim entra corriendo a la oficina, con su cara de yo no fui, fingiendo que esto tiene que ver con ella, lo veo en sus ojos. Adam ni lo resiste.
“Le estoy enseñando a no meterse con mujeres”.
Casi me siento A por la mirada que pone, por el brillo que toma sus ojos, como si aquello hubiera sido porque salió a cenar con ella sin saber que no tiene nada que ver en esta situación.
Siempre es lindo bajar a las personas de sus nubes de fantasía. Por eso doy un paso al frente, acariciando la mano de Adam, la cual se encuentra roja.
“Te dije que no era necesario que me defendieras”, susurro, sintiendo cómo cambia el aura en la oficina.
“Kim, ¿Podrías traerme el botiquín de mi baño?”, ordeno.
Su tono triste y lamentado me hace sentir bien, aunque no lo demuestro. Beso la mano de Adam, queriendo que toda su atención esté en mí y no en ella, que regresa sin que él la detalle.
“Aquí tiene”.
Lo recibo, obligando a mi esposo a tomar asiento en la otra silla mientras Nick se las arregla para salirse sin tener demasiado protagonismo.
“Quiero despedirlo”, gruñe.
“No podemos, ya te lo dije, tiene contrato, además ¿Por qué dejaríamos a Kim sin su nuevo novio?”, comento.
“¿De qué estás hablando?”, aquello capta su atención, logrando que frunza el ceño.
“Oh, ¿No lo sabías? Nick no tiene su atención puesta en mí, sino en ella. Dejemos que los jóvenes se enamoren, en una de esas y terminan casados”, sonrío, disfrutando de ver cómo parece que le están estrujando todo por dentro
Él la analiza, con una furia casi infinita en sus ojos.
“Yo no… no quiero casarme con nadie, Señorita Ava. Además, tengo novio y…”, tartamudea.
“Creí que habían terminado. Es dueña de hacer con su vida lo que quiera, parece que no le debe nada”, le dice él.
Tengo que fruncir los labios para no carcajearme.
“No estoy con él porque le deba algo sino por amor. Y la salida con Nick fue solo para cenar algo, de trabajo, nada más”, digo.
“Qué bien, ojalá a tu novio no le moleste que se pasee con otros hombres por la ciudad”, Adam le sonríe, a través de su enfado.
“Sabrá entender, no fue más que una indiscreción”
“Quizás no. No todos los hombres son iguales”, hace una mueca.
“Gracias, amor mío, nadie más que tú para enloquecerme de esta forma”, dice, poniéndose de pie, tomando mi rostro con ambas manos.
“Sé que sientes celos de alguien más tocándome, pero eso jamás pasará, este cuerpo es solo tuyo”, le sonrío, acariciando sus manos.
“Lo sé, cariño, por eso tú eres mi esposa”, besa mi mejilla.
Touché, p$rra. Touché.
POV Adam.
Tener a mi esposa cerca me impide hacer muchas cosas, sin embargo, me mantiene a raya con respecto a Kim.
Desde ese día, esa discusión con Nick que resultó en una revelación sobre el estado civil de quien creí me amaba, acepto hacer de todo con tal de no estar cerca de ella ni de darle la posibilidad de hablar conmigo, acerca de nada.
La entregué por completo a mi esposa para que sea su asistente de forma permanente, cosa que pareció no agradarle para nada. Más que nada porque ahora tiene un trabajo de verdad, cosa que me importa poco, porque no supo aprovechar las oportunidades que le di.
A este punto, tendría que haber obtenido su titularidad ya, pero se quejó. de que tenía demasiado trabajo e incluso quería que contratase una secretaria para ella, que de por sí cumplía ese rol. Y por poco lo hago, estaba tan cegado que por poco lo hago solo para tenerla feliz, pero entonces Ava apareció en el cuadro y las cosas cambiaron.
Demasiado.
Ahora la tengo en la misma habitación y sé que está mirándome. Siento sus ojos quemarme la nuca, intentando captar mi atención porque durante los últimos días no he sido capaz siquiera de mirarla, y continúo con mi postura al ver que Nick le lanza algunas sonrisas de vez en cuando.
Eso me asquea. Pensar que primero estuvo detrás de Aa y ahora de Kim me hace pensar de inmediato que este tipo va detrás de mis p%tas sobras, lo cual es gracioso y demasiado turbio. Aunque, para hacerlo con intensión tendría que saber la relación que había entre Kim y yo, y no creo que nadie haya dicho nada al respecto, porque ni siquiera Ava lo sabe.
Estamos todos sentados alrededor de la mesa de conferencias, con mi esposa a la cabeza, intentando contener a todos los presentes para que por fin cierren la boca y dejen de dar sus opiniones al respecto, porque pierden el tiempo ya que Ava está decidida a hacer lo que se le venga en gana.
“Este sábado es la fiesta de aniversario y oficialmente, lanzaremos el proyecto Miami Suprime Building. Cada uno tiene un propósito esa noche, lo cual especifiqué en las hojas que Kimberly les entregó”, menciona, siendo toda una profesional.
“Los dueños del edificio a construir pusieron toda su confianza en nosotros. Confían en nuestro trabajo así que lo han dejado a nuestra imaginación. Tendremos reporteros de todo el país, quienes también tendrán una exclusiva con el video en tercera dimensión sobre nuestros planos”, dice también.
“¿Queremos que se filtre a la prensa y a nuestra competencia lo que haremos?”, Nick levanta la mano.
“Queremos. Más bien, los dueños quieren. Dicen que despertará el interés en los futuros compradores y esperan que la prensa sea la responsable de visualizar todo el duro trabajo que hemos hecho estas semanas”, Ava sonríe.
“¿Ya se confirmaron las asistencias?”, pregunto, captando la mirada de mi esposa sobre mí.
“Kim se encarga de eso. Se supone que todos los invitados debieron de confirmar hasta ayer”, dice.
Todos voltean a verla, excepto yo. No tengo intenciones de darle esperanzas vacías.
“¿Y bien?”, pregunta Ava.
“Todavía tenemos doce personas sin confirmar, jefa”, le responde.
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