Esposo infiel
Capítulo 113

Capítulo 113:

“Tranquila, Ava ¿Podría comenzar diciéndonos cómo terminaron envueltos con estas personas en primer lugar? Quizás, comenzando desde el principio le sea más sencillo”, me pide el otro detective, quien hasta este momento no había dicho ni una sola palabra.

Tomo aire varias veces intentando calmarme. La ira que siento me está volviendo loca, pero este es el momento en el que puedo decir todo lo que estoy sintiendo y lo tomaré, porque no pienso dejar que se quede libre de castigo.

“Kimberly llegó a la empresa como interna. Una pasante. Se enredó con mi esposo en una relación durante tres años y yo… conocí a Nick cuando trabajaba para mi padre en la empresa Doble A Arquitectura, de la somos dueños ahora por herencia. En ese momento estaba en nuestra sede, pero por problemas de celos de mi esposo, lo enviamos a trabajar en la sede de Londres”, le comento.

“¿Por qué lo pidió de nuevo?”, me mira con el ceño fruncido.

“Porque sabía que a mi esposo no le agradaba Nick. Estaba siempre detrás de mí, queriendo acostarse conmigo y solo lo traje para darle celos cuando me enteré de su infidelidad hace unos meses atrás”, digo.

“De acuerdo. ¿Qué pasó entonces?”, dice.

“Cuando su relación con Kim salió a la luz, decidió terminarla o creo que fue antes, no lo sé bien, a decir verdad, pero con Nick jamás pasó nada. Quiso besarme una vez, pero le dejé en claro que no estaba lista para algo así”, respondo.

“Porque usted y su esposo intentaban continuar con su matrimonio”, comenta el detective.

“Algo así. Teníamos que quedarnos juntos por un proyecto futuro, así que lo hicimos. Entonces sucedió el ataque a nuestro hogar, de donde tuvimos que salir casi corriendo”, me encojo de hombros.

“Tenemos el registro de eso”, uno de ellos asiente.

“Teníamos una boda aquí, en una de las islas, así que decidimos adelantar el viaje para poder alejarnos de Nueva York, pero entonces ellos vinieron aquí. Mi esposo estaba sospechando de Nick después del ataque, yo de Kim, así que decidimos poner un investigador privado que los siguiera en la ciudad para cerciorarnos que no vinieran hasta aquí, aunque claramente no funciono”, espeto.

“El investigador nos dijo que estaban en la ciudad. Para intentar averiguar qué estaba pasando, intenté acercarme a Nick y lo noté diferente. Ya no tenía la misma sensación de calidez, sino que… me hizo sentir extraña”, comento.

“¿Cómo es eso?”, pregunta.

“Al mirarlo a los ojos, podía ver su ira hacia nosotros y no solo hacia Adam, sino también hacia mí. No quería creerlo al principio. Pensé que Adam estaba volviéndose loco intentando buscar culpables solo porque sí, pero fue ahí cuando me convencí de que algo no estaba bien”, expreso

De repente tengo un nudo en la garganta pues la culpa que siento al no haberle dado la razón antes, me está matando. De haberlo sabido, de haber previsto que algo como esto podría llegar a pasar, nada hubiera sucedido en realidad. Adam estaría bien y no tendría que haber peleado por su vida.

“¿Tiene alguna idea de por qué terminaron juntos Kimberly y Nick? ¿Hicieron alguna conexión?”.

Sacudo la cabeza, intentando tranquilizar mi cabeza.

“Si. Nuestro investigador logró obtener registros suyos que datan de tiempo atrás. Décadas atrás. Se conocieron en un orfanato, luego fueron adoptados y suponemos que siguieron siendo pareja En el barco ella dijo que… que él la controlaba, que siempre la subestimó, aunque no sé bien a qué se refería”, susurro.

“De acuerdo. Díganos, ¿Cómo terminaron en el barco?”, dice el detective.

“En la fiesta de bienvenida que hicieron los novios, salí a la terraza. Está sobre un pequeño acantilado. Salí a respirar y me encontré con Kim. Ella… intentó hacerme daño, creo que más bien, intentó amenazarme para que la siguiera y me defendí. Cuando se acercó a mí, me defendí. Terminó por caer desde el acantilado, aunque claramente parece que tiene más vidas que un gato”, trago grueso, soltando un suspiro.

“¿Usted la arrojó del acantilado?”, el detective frunce el ceño.

“Quería hacerme daño y no iba a permitirlo. En el forcejeo terminé por lanzarla desde ahí. Adam llegó, me vio, miramos para ver si seguía allí y no estaba. Fueron solo segundos, pero pudo salirse de eso ilesa”, asiento sin importarme si puede ser un crimen o no.

“¿Qué hicieron entonces?”, me pregunta.

“Nos dimos cuenta de que la isla ya no era segura para nosotros. Sabíamos que Nick estaba invitado y creo que él agregó el nombre de Kim a la lista de invitados que podía entrar a la isla. Estaban cerca y solo queríamos salir, pero Adam y yo discutimos mientras hacíamos las maletas”, digo.

“¿Por qué discutían?”.

Sonrío con tristeza.

“Encontró unos papeles de divorcio. Él pensaba que estaba dispuesta a olvidar los tres años de infidelidad, pero no. Quería el divorcio, discutimos, nos gritamos cosas, algunas verdades. Luego firmó y salimos. Creo que fue eso, el… el estar tan emocional, lo que nos impidió percatarnos del peligro”, susurro, con mi voz quebrándose al final.

Recordar aquella noche, las cosas tan horribles que le dije, no me hacen sentir bien a mí misma, y mucho menos orgullosa.

“De acuerdo. ¿Qué pasó en el muelle?”, me pregunta.

“Vimos el barco. Adam se acercó a hablar con el hombre que le aseguró que era un barco transporte, que nos traería a la ciudad de regresó y no lo pensé. Fue mi error el subirme si siquiera haber esperado un poco. Cuando puse un pie dentro, ese fue el fin. No pudimos escapar”, respondo.

“¿El hombre al que vio es este? Él es el dueño del barco. Tiene suerte de estar con vida. Por lo que nos dijo, llevaban horas en su barco. Cuando llegó a limpiarlo, porque al día siguiente tenía una aventura preparada con sus hijos, se dio con que estaban ellos ahí”, me enseña una fotografía. Asiento apenas la veo.

“Eso es horrible”, digo.

“Lo es. Continúe, por favor”, insiste.

“Adam entró porque Nick me agarró. Me tenía y no iba a dejarme sola, así que subió, dejando sus maletas en el muelle. No tenía idea de que Kim estaba con Nick allí, pero fue ella quien lo electrocutó. Adam cayó noqueado y a mí me llevaron a otra habitación donde Nick me golpeó”, confieso.

“Bien. Entonces, hasta ese momento, ¿Jamás los habían visto juntos?”.

“Como la pareja que eran, no. Jamás”, sacudo la cabeza.

“¿Y qué quería de ustedes?”, pregunta.

“Nick quería que vendiera mis acciones de mi empresa en la bolsa de valores y luego transfiriera el dinero a una cuenta que él iba a darme. Me golpeó hasta que accedí, y luego siguió, hasta que perdí la consciencia”, respondo.

Anotan cada palabra que digo. Me preguntan si pueden tomar fotografías de mis heridas. No puedo negarme, mi rostro, las heridas de Adam y Nick mismo, son pruebas de que ellos mismo tramaron todo y de que aquí, las únicas víctimas, somos mi esposo y yo. Cuando terminan de tomarme fotografías, me piden que continúe con mi relato.

“Desperté cuando Adam ya estaba en la misma habitación que yo. Intentábamos zafarnos de nuestras ataduras y fui la única que pudo porque me tenía atada con las manos hacia adelante, así que pude ayudarme con la boca para desatar los nudos y quitar la cinta adhesiva. Quería ayudarlo, estaba por levantarme cuando Nick entró hecho una furia conmigo porque el tiempo límite para la venta de las acciones había pasado y me lanzó a la cama. Él…”, guardo silencio, recordando esa horrible escena.

“¿Qué pasó, Ava?”.

“Quiso abusar de mí. Estaba quitándose el pantalón, quería tomar lo que yo me negué a darle y… Adam. estaba vuelto loco. Quería asesinarlo, se lo gritaba, yo… podía sentir su piel, su tacto, era espantoso. Y entonces Kim le disparó”, susurro.

“¿Así nada más?”.

“Le disparó y caí al suelo. Nick cayó del lado de la cama, yo me alejé porque la sangre de su cabeza comenzó a esparcirse y estaba demasiado cerca de mí. La escuché decir que era un egocéntrico. Que sin importar cuánto le hubiera dado a través de los años, nada fue suficiente para él y que yo debí de haberle prestado atención, debí acostarme con él para que la dejara en paz, porque él, lo único que quiso, fue a mí”, asiento.

“¿Estaba obsesionado con usted?”, pregunta.

“Eso creo. Después de eso, Kim quería asesinarme. Adam sabía que era una mujer manejable, así que le hizo creer que retomarían su relación si permitía que él fuera quien me asesinara”, respondo.

“¿Por qué le dijo eso?”, pregunta también.

“Para quitarle el arma”, aseguro.

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