Esposo arrepentido
Capítulo 25

Capítulo 25:

Dentro de mí, creo que sé la respuesta, creo que tengo lo que tanto estoy buscando en otros, pero me niego a creerlo.

Sin tener una confirmación, aunque tampoco sé si estoy listo para esto.

Ava y yo mantuvimos vidas separadas durante mucho tiempo.

Creí siempre que fue por necesidad mental el mantenerme alejado, pero ahora mismo comienzo a pensar en cómo terminamos separados en primer lugar.

¿Y si esto fue parte de su venganza?

¿Y si en realidad el ocultarla lo hizo a propósito?

Con miles de emociones cruzando por mi mente, tomo aire presionando el botón que me lleva a abrir el archivo donde tengo muchos papeles de diferentes niños.

Rebusco entre ellos el archivo de Brooklyn, abriéndolo de inmediato cuando lo encuentro.

Leo su fecha de nacimiento, recibiendo de nuevo ese golpe, acompañado de uno peor cuando veo una fotografía de ella, de pequeña.

De apenas unos cuantos añitos la cual me llena los ojos de lágrimas.

Sus pequeños ojitos azules, su carita regordeta y la sonrisa que tiene… me duele, me queda y me lástima hasta tal punto en que las lágrimas arden cuando bajan por mis mejillas mientras mi mente no deja de gritarme que me he perdido de todo, y más que nada, gritándome que Ava Dawson y yo… tenemos una hija.

POV Ava.

Una semana despues…

Eso es lo que tuve que esperar

para que Adam finalmente decidiera hablar conmigo.

La llamada duró poco, pero lo suficiente para que me diera la fecha, lugar y hora en la que me estaría esperando.

Para eso queda oficialmente, una hora.

Los nervios, que tengo en el centro del estómago son tan grandes que no he comido nada en todo el día esperando este momento.

Me siento flotando, realmente no he pensado en mucho desde que me desperté, más allá de que este momento iba a llegar en algún punto, y ahora que me miro al espejo, vestida, lista para salir, mis pies se niegan a moverse.

Tengo miedo.

Observo hacia atrás, a la niña que juega sobre la cama y me digo que todo esto es por ella.

Siempre se ha tratado de ella, de su bienestar y estoy segura de que Adam será una buena contribución, pero aún así, tengo miedo de romper la pequeña burbuja que ha sido mi familia durante este tiempo.

“Mami, ¿Voy contigo?”, pregunta Brooke, observándome.

Inhalo profundo, negando con mi cabeza.

“No, cariño, mami debe salir sola”

Hace un puchero.

“¿Y yo?”

“Te quedarás con los abuelos, pero regresaré pronto”, espero.

“Bueno. Quiero helado”

Brooke y sus ocurrencias a cualquier hora.

Básicamente, a mi hija poco le interesa lo que la rodea porque no comprende, y su ligereza y sinceridad de niña son las que me mantienen sonriendo todo el día, todos los días, como ahora.

Se baja de la cama, lleva consigo a su muñeca, y sale de la habitación en busca de la cocina.

Sé que no llegará a abrir la nevera, también sé que mis padres están abajo esperando por ella así que no me preocupa que se quede sola.

Para cuando pasan diez minutos más, me veo en la obligación de bajar las escaleras.

Siento las piernas temblorosas, estoy muerta del miedo de tener que decir todo lo que hice durante este tiempo y miedo a su reacción, pero también sé que si no le digo todo ahora, no lo haré jamás.

Para cuando llego a la primera planta, busco a mi hija en la cocina.

Como no está ahí, camino hacia la sala donde la encuentro sentada en el sofá junto a mis padres, mirando obligadamente Frozen.

Su película favorita por Olaf.

Mi niña se ríe a carcajadas con la escena de Olaf cantando, mientras mis padres observan la televisión completamente confundidos.

Supongo que jamás hicieron esto, lo cual es gracioso y me aliviana la carga un poco.

“Me voy”, les digo, captando la atención de los tres.

“Adiós, amor. Te veré en pocas horas. ¿Si?”

Me acerco a ella, besándole la frente para luego alejarme hacia la puerta, con mi madre acompañándome.

“¿Estás bien?”, pregunta, cuando estamos a una distancia prudente de Brooklyn.

“No, pero no puedo retrasarlo más ¿Cierto?”

Suelta un suspiro.

“Podrías huir, cariño. Ambas podrían huir a Londres o a cualquier lugar del mundo que quieran, sin necesidad de meterlo a él en el medio”.

Bajo la mirada, a sabiendas de que iba a decir algo como esto pronto.

A mi madre jamás le agradó, si bien lo trató como un hijo antes fue solo porque era mi esposo, pero siendo un infiel, a mi madre se le olvidaron hasta los buenos modales con ese chico.

Y no lo quiere cerca, ni de mí, ni de Brooklyn.

“Mamá…”

“Nosotros te ayudaríamos. Podríamos enviarte dinero cuando te haga falta”.

“El dinero no es problema, lo sabes”.

“¿Entonces por qué lo haces?”, inquiere.

“Lo hiciste bien hasta ahora, él no podrá con esta responsabilidad. Es un maldito, ni siquiera pudo ser un buen esposo, eso es…”

“Es su padre”, le corto.

”Por eso lo hago, porque ya le he robado demasiado y no soy Dios, mamá. No puedo juzgarlo por siempre, ni tenerle resentimiento por algo que pasó hace años. Él me mintió, pero yo le hice más daño y lo sé, lo entiendo. Acepto mi destino y las consecuencias, y nada podrá hacerme cambiar de opinión”

Ella rueda los ojos, exasperada.

“De acuerdo. Ve y cuando regreses, hablaremos de lo que haremos”.

“¿Haremos? ¿De qué hablas?”

“Tendrás que hablar con un abogado para poner límites. Si quiere estar en su vida. No puedes simplemente decir que sí a todo lo que él pida, porque pedirá cosas, Ava. Las pedirá y te juro que no te gustará lo que va a pasar”.

Niego con la cabeza.

“Resolveremos esto como adultos, mamá. Ya lo verás, todo irá bien”.

Ella suelta un suspiro.

“Bien, ve que se hace tarde. Te veo en unas horas”.

Mi madre me besa y me despacha de la casa.

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