Entre dos CEO’s -
Capítulo 9
Capítulo 9:
“Así deberá ser, tengo algo que contarte ya que me siento muy feliz”.
“¡Bien te escucho!”.
Por fin después de muchos meses él decide hablarle en otro tono.
“Ayer reuní el valor y en una reunión que tuve con Ada, le conté sobre tu embarazo y todo el proceso”.
Él la tomó de la mano y la mira a los ojos.
“Necesito que te mantengas firme en decir que alquile tu v!entre”.
“No tengo problema ¿Pero y que dirá, ya que no es su óvulo y no es su hijo?”
“No te preocupes. El hijo es tuyo, pero lo importante es que ha nacido”.
Ella se sentía devastada. Ada regresó a la empresa solo quince días después, su mirada era recia y sentía de alguna manera culpa cada vez que se chocaba con ella en los pasillos de la empresa. Solo quería salir de aquel lugar, ella se sentía incómoda, tanto, que su rendimiento había bajado y ya no era la misma.
“¿El embarazo te ha quitado mucho rendimiento amiga?”
“¡Ay Yuli! tengo un tobogán de emociones y siento que me voy ahogar en él”.
“Debes estar feliz, tienes una casa nueva, tu madre está llevando el tratamiento y ya puede ser algunas cosas que no hacía antes, tu hermano está excelente en la escuela, y pronto tendrás un bebé. Aunque no sé quién es el padre tu vida a mejorado bastante”.
“No es cómo se pinta Yuli esto es bastante delicado. Te invito a mi casa, ¿Me puedes escuchar?”
Ella muy contenta acepta y se va con Amanda, pero ella frente a su casa detiene el auto y sin motivo aparente empieza a llorar.
“Amanda el embarazo te tiene muy susceptible, debes de controlar tus emociones, ya te falta solo un mes para tener a tu bebé”
“No Yuli, nada está bien, me siento horrible. Prométeme que sí te cuento eso no lo sabrá nadie, ¡Por favor!
“¿De qué habla? No entiendo nada”.
“El bebé que llevo en mi v!entre es nuestro jefe, este bebé es de Carlos”.
“¡¡Qué!! Ósea que tú le alquilaste tu v!entre después de ello haber buscado tanto, ¿Eso me quieres decir?”
“No Yuli, yo fui aún más estúpida, yo no le alquilé mi v!entre, yo le entregué mi v!rginidad y en esa primera vez logré quedar embarazada. Después nunca me miró con otros ojos, me enamoré sola, tú sabes cómo he sufrido en todo este tiempo de embarazo”.
“¡No puedo creer lo que estás haciendo! esto para mí de verdad es algo nuevo”.
“No soporto estar en ese lugar, se me quema el alma cada vez que siento su mirada pesada sobre mi cuando ella me mira. No sé qué será de mí ahora, siendo madre de ese bebé y ni siquiera siento afecto por él”.
“¿Qué dices Amanda? ¡Es tu hijo!”
“Es como si no lo fuera, este hijo es de Carlo y quizás de su esposa”.
“Estás muy confundida, cuando des a luz, tu mente pensará de otra manera y estarás estabilizada, yo sé que estará bien. Ahora necesitas dormir y descansar, te veo muy desmejorada amiga”
Yuli por alguna razón no quiso seguir indagando en el tema que Amanda había iniciado. Ella entró a la casa, la acompañó un rato más y luego se marchó. Amanda seguía sufriendo, tenía muchos pensamientos juntos y esto no la ha dejado estar tranquila, ni siquiera la dejaba dormir. Tenía sentimientos de culpa y algunos que ni siquiera conocía.
…
Entre lágrimas, dolor, tristeza, y culpa Amanda llegó al fin de su embarazo. Ese día en la empresa comenzaron fuerte sus dolores de parto. Llamaron a emergencias y pronto llegó una ambulancia, se la llevó a toda velocidad. La doctora que siempre estuvo a su cuidado, de inmediato la recibió para atenderla.
Carlos disimuladamente junto a su esposa se presentó en el hospital poco después.
“¡Bueno días! Enfermera ¿Dónde llevaron a la Señora Amanda? Ella llegó con dolores ambulancia la ha trasladado a este lugar”.
“¡Buen día! La tienen en sala de parto, ella llegó con mucha dilatación y muy pronto tendrá a su bebé”.
“Por fin un dolor de cabeza menos en mi vida, estoy feliz Ada”.
“Yo también me siento muy feliz por ti, a quien no veo muy feliz es a la mamá del bebé”.
“Solo necesito que mi bebé nazca con bien, la doctora dijo que el mal humor y el cansancio de ella era debido a su embarazo y que pronto pasará”.
Ada aunque pelea con los sentimientos de su corazón, allí se encontraba, en sala de espera dando apoyo incondicional a su esposo y esperando a su bebé, un bebé, que para su esposo significa poder y estabilidad. Pero se arrugaba su corazón ya que ella no fue capaz de darle familia, siendo este su sueño más anhelado.
“¡Felicidades Señor Andrew! Usted acaba de tener un varón, él está en excelente salud. Pueden pasar al cristal y conocerlo”
Él se acerca al cristal y conoce su pequeño bebé, sintiendo gran emoción y ternura. Por fin su sueño de ser padre se había realizado, a solo semanas de que su padre volviese a presentarse en la empresa. De alguna manera se sentía realizado y tranquilo”.
“¡Muchas felicidades amor!”
Ada abraza a su esposo y le da un beso.
Luego de un rato cambiaron de habitación a Amanda y la llevaron junto a su bebé. Ella se negó a amamantarlo culpando al dolor que sentía, la doctora muy pronto busca la manera para que el pequeño fuera alimentado.
“Amanda acaba de nacer él bebe, aun es pequeño, está en salud, y no veo la felicidad en tu rostro ¿Qué sucede hija?”. Le pregunta su madre una vez que nota la tristeza e inconformidad en su rostro aquella tarde.
“No sé ni siquiera sí quiero ese bebé a mi lado, me recuerda aquel error tan inmerecido para mí”.
“Mírame muy bien señorita, hoy yo estoy de pie y puedo decir que duermo tranquila, gracias a ti, ¿Y quién eres tú? ¡Mi hija! Tu hijo hoy es un pequeño inofensivo bebé y mañana puede ser el futuro brillante que tanto necesitas. Tú eres más que eso Amanda, ¿Cómo no vas a sentir amor por tu hijo? los errores lo cometiste tú, no lo puedes culpar a él”.
Escuchar esas palabras movieron su corazón por completo y ella se derramó en lágrimas en los brazos de su madre. Charo se aproximó a la cuna, tomó el pequeño y lo colocó en el pecho de Amanda, donde él muy rápido comenzó a alimentarse hasta quedar dormido profundo.
“¿Dónde está Carlos, el aún se encuentra en este hospital?”
“Necesito que tengas presente algo Amanda. Aquí lo principal siempre es la familia, y tu familia somos ese bebé, Junior y yo. Carlos te ha dejado muy claro desde siempre, que él es casado y que desea estar con su esposa”.
“Eso me quedó claro desde un principio madre, solo quiero hablar con él, necesito plantearle algunas cosas”.
“Acabas de tener un bebé ¿Lo recuerdas? Necesitas reposo. En unos días cuando te sientas mejor puedes sentarte y hablar con él. Por ahora necesitas estar tranquila, recuperarte, y a ese pequeño bebé debes darle mucho amor, haz orgullosa tu madre como siempre lo has hecho”.
Amanda necesitaba escuchar esas palabras para regresar a la realidad, y aceptar lo que la vida le había puesto en su camino. Desde ese momento empezó a aferrarse al amor de madre y olvidar aquel amor imposible.
Ella había sufrido su primera desilusión y odio aquello que llamamos amor, ya que para ella, solo fue una ilusión más fugaz que una estrella en el cielo.
…
“¡No me dirás que estás molesta por el nacimiento de mi heredero! Cuando estabas tan feliz y de acuerdo a todo lo que estaba sucediendo”.
“No, muy a lo contrario amor, no puedo ser tan egoísta de verte feliz y que eso me otorgue tristeza, pero bueno siéntate a mi lado tengo algo que decirte”.
Él se sienta a su lado un poco intrigado por la mirada de su esposa.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar