Entre dos CEO’s
Capítulo 63

Capítulo 63:

“Será el último trabajo con ustedes. Ahora sí terminaré de poner mi negocio propio y fluiré, espero que tu jefa pueda lograr lo que se ha propuesto y salga de prisión”.

Se despiden.

Ella llegó hasta la mansión y observó que Amanda y su madre estaban en el jardín junto a los niños, así que entró sin que la vieran. La sirvienta la recibió y mientras fue por Amanda, ella se adelanta a la cocina, sacó los biberones de la bolsa y los puso en el calentador, lo hizo bastante rápido, luego abrió la puerta tomó su taxi nuevamente y se marchó. Cuando la sirvienta le dijo Amanda lo que sucedió se lo encontró bastante extraño.

“¿Dices que quería verme y luego se marchó?”

“Ella vino aquí exigiendo que la porque la habían despedido, fue lo único que y luego dijo que la fuera a buscar y que igual ella irá a recursos humanos”.

“¡Bastante extraña está mujer! Yo me daré un baño para esperar que la cena este lista”

Amanda sabía que esa mujer, no solo iría hasta aquel lugar a preguntar por ella. Ella desconfió bastante todo lo sucedido. No le gustó su presencia allí. Solo que Aarón vino corriendo y enseñándole nuevas cosas que ha aprendido y se distrajo disfrutando de su pequeño.

“Vamos a darte un baño pequeño, estás hermoso y grande. Ya mañana tu padre vendrá a visitarte y quedará enamorado de lo que has aprendido”.

Ella se va al baño con sus bebés y las sirvientas para darle un gran baño.

Carla dentro del taxi revisa la bolsa y siente que tiene algo dentro, así que la curiosidad le gana y se dirige a saber de qué se trata. En ese momento vio unas indicaciones de algo bastante tóxico y las instrucciones de cómo usarlo, ella se alteró bastante, porque en ese mismo instante logró deducir que aquellos dos biberones estaban adulterados con veneno.

Su corazón empezó a latir muy deprisa y su respiración se agitó, no podía creer lo que aquella mujer planeaba hacer. Están a punto de morir bebés inocentes. Ella con su mano chocó tres veces su frente, se sentía miserable por lo que acababa de hacer.

No quería ponerse en peligro desafiando las órdenes de su de quien le pagaba dinero, bastante dinero, pero tampoco quería que dos bebés inocentes perdieran la vida, es nunca se lo perdonaría a ella misma, en la vida.

Así que cambió la ruta de su camino y volvió a la empresa. Subió a toda velocidad y fue a recursos humanos, donde le imploró a Estela que dejara ver a Jhon, pero esta se lo negó por todo lo que había ocurrido, más ella salió corriendo y llegó hasta el frente de la oficina donde hizo un gran escándalo.

“¡Por favor jefe! Necesito hablar con usted, esto es de vida o muerte”.

Los de seguridad la tenían agarrada ya que una vez que salió, John ha ido su entrada cuando la llevan al ascensor, ella vio a Yuli y Jhon salió de su oficina, debido al escándalo.

“¡Favor necesito que me escuche, si no me escuchan, alguien va a morir esta tarde, yo no soy una asesina, yo soy inocente…!”

Al escuchar esas palabras, brotó muy rápido su curiosidad. Aquella chica estaba roja y su respiración estaba entrecortada, pero por todo el escándalo también había salido dispuesta a poner esa mujer en su lugar.

“Es increíble que arme tal escándalo Señorita Carla ¿Qué quieres, ir a prisión?”

“¿Por favor, por favor? Vaya a su casa llámela, que no le den los biberones a los niños, que no le den los biberones a los niños”.

Repite.

“¿De qué estás hablando? Habla claro”.

Le dice Yuli que es quién más cerca está.

Ella trata de hablar pero no lo puede hacer claro, ya que está muy fatigada y asustada. Darse cuenta de lo que le enviaron hacer le afectó bastante y la sacó de sus cabales.

“¡Mónica, Mónica envío dos biberones envenenados!” Están en el calentador de los niños ¡Por favor llame a su casa que no alimenten a los niños, los niños van a morir!”

Yuli abrió los ojos bastante sorprendida, no podía creer lo que estaba escuchando ¿Acaso esta mujer está loca o será uno de sus trucos? Jhon no quiso esperar a saber si era verdad o una mentira.

Él juntos Robert salieron a toda velocidad, encontrándose con una gran detención de vehículos en el camino, cosa que dificulta su avance. Jhon se estaba volviendo loco, de sus ojos salían lágrimas ya que llamaba y llamaba… y nadie respondía

“Estoy llamando asistencia de carretera para que nos saquen de este tránsito. Confía en que todo va a estar bien, esperemos que si ellos tocan esos biberones sea una mentira de esa mujer”.

Como le había dicho, llegó asistencia de carretera y pudo sacarlos rápidamente y llegaron a la mansión, pero encontraron Amanda junto a la sirvienta alimentando a los niños. Ambos tenían los biberones en la boca, Jhon sintió que su mundo se cayó al piso y que moría lentamente”

“Quiere decir que todo este tiempo, estuviste de infiltrada aquí en la empresa, llevando información a esa mujer de todo lo que sucedía aquí. ¡Eres una maldita!”

Yuli estaba bastante alterada al tener aquella mujer al frente.

“Yo simplemente tenía que seducir al jefe. Está era la única misión, que ella dejó que hiciera. De lo demás se encargaba ella. ¡Juro que es lo que siempre repetía!”

No podía para el de llorar, toda aquella situación para ella fue más que perturbadora. Solo pensaba en aquellas criaturas, aunque deseaba que estuvieran bien y esperar a que no le sucediera nada malo. Ella se sentía culpable, se daba golpe de pecho, tanto, que hasta cayó desmayada.

Tuvieron que asistirla los paramédicos después de su desmayo. Todo sucedió en la misma oficina, ya que Yuli no permitió que ella saliera de ese lugar. Después que despertó, inició a llorar, no podía detener sus lágrimas.

John corre a toda velocidad hacia los niños y agarra los biberones y los tira al piso. Los niños en ese momento inician a llorar con gran escándalo y Amanda se queda sorprendida ante la actitud de él.

“¿Qué sucede? No ves que estás asustando a los niños. ¡Por favor reacciona!”

Él revisó las lenguas de los niños, los ojos, buscó por todos lados, estaba desesperado y los niños no paraban de llorar ante la actitud de él. Estaban asustados, por cómo habían quitado el biberón de sus bocas.

“¿Esa mujer Carla estuvo aquí en esta tarde, de verdad ella estuvo aquí?”

Preguntas bastante exaltado y fuera de control. Quién le responde es la sirvienta para tratar de controlarlo y entender todo lo que está sucediendo.

“Ella vino a este lugar, pero preguntó solo por usted. Cuando fui por la señora Amanda ya se había marchado”.

Él coloca las manos en su cabeza mientras ve a los niños. En ese momento entra Robert después de acomodar el vehículo. Él es, quien pone tanto a las mujeres que están ahí de lo que está sucediendo, tuvo que explicarlo de manera rápida, ya que si los niños ingirieron aquel presunto veneno, debían ser trasladados

“Esa chica Carla, fue a la empresa y nos dijo que introdujo biberones envenenados en casa, que no sabía que estaban venenos, hasta después de leer una pequeña nota con la descripción de todo lo que está sucediendo”

“Cuando fui al calentador, encontré dos biberones un poco extraños aunque los niños tienen biberones parecidos, Amanda los usa, solo para té, nunca para la leche. Me pareció bastante extraño, los saqué del calentador y los dejé en la cocina, hasta consultar con ella”.

Expresa Charo cuando se entera de lo sucedido.

Al escuchar a su suegra, Jhon pudo respirar, pero de sus ojos salieron lágrimas, estaba destrozado, si algo les sucedía a esos pequeños, por una irresponsabilidad suya, él no sabía si podía seguir respirando. Aquellos bebés y Amanda, se habían convertido en su vida.

Después de tranquilizar lo exaltada que había quedado Amanda, tras escuchar lo que estaba sucediendo en su propia casa y el peligro que corrieron sus hijos. Tuvo que explicarle de mil maneras, como sucedieron las cosas.

Después de dejarla algo tranquila se marchó a la cárcel por un permiso que obtuvo, y fue directamente a esa mujer y la agarró por el cuello. De no ser porque intervinieron, hasta le había quitado la vida.

“¡Todo esto te lo buscaste tú… todo esto te lo buscaste tú!”

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