Entre dos CEO’s
Capítulo 50

Capítulo 50:

“Si veo tu carrito, los niños están mal alimentados Amanda”.

“Ellos están en salud, su pediatra lo puede confirmar, si quiere podemos hacer la revisión. Esto es lo que dejaré con mi madre el día de hoy, para salir a un nuevo trabajo, vine a comprar lo básico”.

Amanda trata de excusarse.

“¡Acompáñame hija!”

Es lo único que dice el Señor Ferrari y luego de unas cuantas vueltas por el mercado, allí habían tres carritos llenos de alimentos y pañales suficientes, provisiones para llevar a la nevera y también la despensa que parecía un campo de beisbol

La Señora Ferrari busca entre su cartera y destapa una nueva tarjeta y va con toda la intención entregarla.

“Aquí tienes dinero en efectivo y puedes usar esta tarjeta para lo que necesitas”.

“Perdón señora pero no puedo recibir aquella tarjeta, yo estaré bien y los bebés también”.

La Señora Ferrari levanta una ceja.

“Te puedo asegurar que si no tomas esta tarjeta, buscaré un amparo, haré una inspección en donde vives y te quitaré a mis nietos. Ellos son unos Ferraris y deben vivir como tal, así que tú decides. Elige la tarjeta o nos veremos en los tribunales”.

Amanda se exalta bastante ya que las palabras de aquella señora parecían firmes, así que extendió su mano y tomó aquella tarjeta. Luego que pasarán a facturar el Señor Ferrari fue quien pagó todo, Cada uno tomó un bebé en los brazos y estaban maravillados con aquellos preciosos bebés. Eran idénticos a su hijo.

“Ahora te escribí, me envía la ubicación donde pueda ver y supervisar a mis nietos. No entiendo porque el diablo Jhon ha permitido que sucedan estas cosas. Están muy pequeños aun Amanda”.

“¡Por favor no me quité a mis hijos! No sabría qué hacer sin ellos son mi vida”.

“Sí ya acepto nuestra ayuda y los niños están bien en tus manos, jamás alejaría a una madre de sus hijos”.

“¡Gracias por todo! Prometo mantenerlos comunicados”.

Amanda siente un gran alivio en ese momento,

Después de pasar un rato con sus nietos y estar encantados y maravillados, Amanda logra regresar a casa. Se sentía bastante nerviosa después de aquel encuentro tenia miedo de que la Señora Ferrari le quitara a sus hijos

John se encuentra en una reunión de negocios muy importante. En ese momento ve sonar su celular, no le presta mucha atención y continúa en la reunión.

Cuando vuelve y ve el celular encuentra cinco llamada perdida de su padre y un mensaje para que le devuelva la llamada con urgencia, así que pide disculpas y de inmediato le devuelve la llamada.

“Estoy en medio de una reunión importante ¿Alguna emergencia?”

Pregunta Jhon con toda la intención de terminar lo más pronto posible aquella llamada.

“¿Se puede saber por qué demonios no me los habías dicho que teníamos dos hermosos nietos?”

En su asombro solo pudo preguntarle.

“Nietos, no sé de qué hablas”

“Pues deberías saberlo”.

Le quita el teléfono la Señora Ferrari a su esposo que era quien hablaba en un inicio.

“Nos acabamos de encontrar con Amanda en un supermercado, llevaba no más de cuatro leche y unas migajas donde tiene a su cargo tres niños. Esto es inconcebible, ¿así estarás ahora? Dejando mujeres embarazada y con toda la responsabilidades a que llegue niños al mundo a pasar trabajo”.

“No sé ni siquiera de qué hablas. Amanda estaba embarazada, pero yo no puedo dar hijos, no sabía que había dado a luz, estaba esperando por eso para ir a hacer una prueba de ADN”.

“Pues yo conozco muy bien mi descendencia y esas dos pequeñas criaturas no necesitan un ADN ni ninguna prueba, con solo mirarles te puedes dar cuenta que son unos auténticos Ferraris. Así qué sal de tu zona de confort y trae a mis nietos, no me importa si ya no te interesa su madre”

Jhon estaba más que asombrado, tenía sentimientos encontrados y su cabeza iba explotar todo el tiempo, ella no lo engañó, se siente miserable y más al escuchar que siguió sola con sus bebés en la miseria.

“¡Hola! hijo ¿Estás ahí?”

“En este momento tomó mi avión y viajó a Tampa, nos vamos a ver a la noche, acabo de enterarme de lo que me están diciendo y tengo un nudo en mi garganta”.

Él termina la llamada ni siquiera vuelve y entra a la reunión que tenía, simplemente va a su oficina a recoger sus cosas importantes va a su casa por su pasaporte y luego toma un vuelo directo a encontrarse con su bebés. Tenía sentimientos distintos, pero en ese momento el más fuerte era la culpa.

Amanda como pudo llegó a casa bastante cargada, ya que tenía a su cargo los niños, más todo el supermercado que había comprado el Señor Ferrari.

“¿Qué es todo esto Amanda? ¿Te has sacado la lotería?”

Le pregunta Charo sorprendida, al ver todos los paquetes que venía cargando su hija.

“Mejor ayúdame, tengo un carro lleno allá afuera”.

Ambas entraron toda aquella comida y utensilios necesarios para el hogar, mientras conversaron organizando la despensa.

“Me encontré con padres de John. Después del gran susto, no sé si fue buena o mala suerte, ya que de verdad estábamos necesitando de estos alimentos. Los niños están comiendo demasiado”

“Elijo la opción de buena suerte. El día de hoy por recorte de personal, me detuvieron en el trabajo”.

Le comunica a Charo con su rostro cabizbajo

“Por ahora no hará falta, la Señora Ferrari me entregó esta tarjeta, más este dinero en efectivo”.

Ella le muestra mientras va conversando.

“¡Por fin decidiste tomar algo de esa familia! Al final entendiste que también son familia de tus hijos y que tienen derecho a su amor pero también a sus gastos. Siempre te dije que era mucha carga para ti sola”.

“No pensé tomarla, sabes que mañana tengo una entrevista de trabajo y pienso que con eso estaríamos mejor. Solo que me dijo, que si no tomaba ese dinero y la ayuda brindada, iba a ir a los tribunales y me quitaría a mis hijos. ¡No lo soportaría madre!”

“¡Pues en ese caso eres quien elijes!”

“No quería que esa familia supiera de mis hijos, me quería encargar sola de todo. Con mi nuevo puesto, más la entrada que tengo de ambas empresas, estaba segura que estaríamos bien”.

“Eres una chica muy admirable, tienes mucha fortaleza, cada día estoy más orgullosa de la fuerte mujer que eres Amanda. Pero también cuando te llegan ideas erróneas a tu cabeza, debes pelear con ellas y buscar la mejor manera de salir de ellas. Los gemelos están pequeños, los debes amamantar ¿Cómo piensas irte de casa 8 horas, todos los días? Es injusto para ello, Aarón se va con su papá, pero estos niños te necesitan a tiempo completo”.

“Creo que esto también va a cambiar a partir de ahora, estoy muy segura que como los padres de John conocen de la existencia de los niños, van a exigir verlos y estar presentes en su vida”.

“¿Piensas quedarte con todo el amor y el anhelo de estar con ese hombre?”

“¿Dices que debo permitir y dejarme humillar, después de desconfiar de mí? ¡Pues no madre! Yo sí conozco mi valor. He tenido dos embarazos entre lágrimas, y a ninguno de los dos, tengo pensado perdonar jamás. Jhon ya me dio la espalda y así se debe de quedar para siempre, si él viene y quiere ver a sus hijos, bien, pero yo he tomado una decisión. Cuando decida tener una nueva pareja, buscaré alguien de mi clase social, no millonarios, no CEO. No quiero nada con personas inalcanzables que luego deseen humillarte solo por tener poder y dinero, Esto es algo que ya decidí”.

Charo no podía interceder en las decisiones que su hija había tomado, así que solo decide escucharla y seguir ayudándola con las cosas de la cocina.

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