Entre dos CEO’s -
Capítulo 5
Capítulo 5:
“Bueno, yo necesito algo, y tú también. No daré más rodeo ya que no soy un hombre de mentiras. Tengo 35 años pero también la experiencia suficiente para saber las cosas, solo hace unos pocos días que te vi y después de tantos años despertaste un interés, por así decirlo”.
Ella arruga sus cejas ya que la duda había llegado, y teme ser acosada
“Tu compromiso es tu hermano haré cargo de tu compromiso pero necesito algo a cambio”.
Ella sigue sin emitir palabras, se queda sorprendida ante aquella propuesta.
“Señor Carlos no lo entiendo. Desde los 16 años he trabajado en toda clases de lugares, he sido humillada y sido pateada, hasta escupida, solo por llevar las riendas de mi hogar, para que mi madre tenga sus medicamentos y mi pequeño hermano después que nació no le faltará nada. Tampoco le he dicho que quiero descansar de mi responsabilidades y no le he pedido ayuda”.
“Yo sí necesito ayuda Señorita Amanda y desde que te vi, de alguna manera te elegí. Así que no quise dejar pasar mucho tiempo y hacerte la propuesta”.
“¡Lo escucho!”
“Como te dije antes, yo me haré cargo de tu hermano, que estudie en los mejores colegios, que tenga paga su educación hasta que la termine, y a tu madre no le faltará medicamentos ni atenciones médica. Yo estaré a cargo de todo”.
“¿Y qué tendría que hacer a cambio?”. Aunque no lo demostró, esa propuesta la dejó deslumbrada.
“Yo necesito que me un hijo de ambos”.
Ella siente como una brisa fuerte la golpea en el rostro, ni siquiera supo cómo tomar aquella propuesta, se sentía molesta y ofendida.
“Creo que se está equivocando con el tipo de persona que soy, usted es casado, y yo tengo un compromiso familiar, esto me ofende mucho”.
“¡Entiendo! aunque no sabía que me ibas a despreciar tan deprisa, pero te lo voy a explicar de esta manera. Si aceptas, buscamos un doctor y tú me alquilas tu v!entre, por la propuesta que ya te he ofrecido, no tienes que intimar conmigo, simplemente seguirás tu vida diaria, solo que con un embarazo. Las únicas personas que sabrán que el embarazo es mío, será mi madre, mi padre, tú y yo; sí le cuentas a tu madre tendrá que guardar el secreto”.
“¡Pero no entiendo!”. Responde ella un poco curiosa.
“Su esposa, ella podría darle hijos, es joven aún”.
“Por eso estoy aquí contigo ahora, mi esposa no puede darme hijos y aparte últimamente siento como si ya no quieres estar a mi lado. Por eso lo estoy haciendo de esta manera Amanda, necesito un hijo para asegurar mi futuro”.
Ella piensa en la propuesta ya que está algo descabellada, aunque era una esperanza para la salud de su madre y su pronta recuperación, ya que podría llevar su tratamiento que hace años no se había iniciado por la parte financiera. Y su pequeño hermano ya ha cumplido los 7 años y aún no ha podido Ingresar a ninguna escuela, cosa que también a ella le perturba la mente y solo podía mirarlo.
“La propuesta me tiene un poco confusa ya que es repentina ¿Debo responder ahora?”
“Tengo un año para tener un embarazo o mostrarle un nieto a mi padre, he hablado con él antes de tomar esta decisión y él me apoya”.
“¿Y me has elegido a mí? Te lo digo porque en estos casos para el alquiler de un v!entre. Se solicita una persona que no sé conozca ¿Me está diciendo que luego que nazca mi hijo lo cuidarán usted y su esposa?”
“Te elegí a ti porque eres una mujer hermosa, te elegí a ti porque llamaste mi atención, te elegí a ti porque me diste confianza. ¡Y no! por eso no está mi esposa aquí con nosotros, ese bebé será solo nuestro”
Amanda cada vez se sentía más confundida, era como un tobogán de emociones, jamás propuesta como esa, pero se escuchaba tan mal.
“¿De verdad no me traería problema?”
“No te traerá problemas, te daré un lugar más cómodo para vivir, tendrán más espacio donde tú y tu familia podrán estar tranquilos y puedas tener un embarazo pleno, en paz y tranquilidad”.
“Solo algo más, no sé qué dirá el doctor cuando me revise, ¡En caso de que acepte claro! porque aún no lo doy por hecho, ya que continúo confundida y necesito asimilar un poco”.
“¡Te escucho!”
“Yo nunca he estado con un hombre, aún soy v!rgen, en ese caso no sé si le podría servir para lo que usted me ha solicitado”.
“¿Eres v!rgen?”. Le pregunta él con su cabeza nublada de curiosidad. Ya que de alguna manera escuchar esas palabras fue interesante. Amanda desde el primer momento fue de su agrado y al parecer venía con una sorpresa incluida.
“Tú tranquila, mañana me pondré en contacto con un doctor, él es de Colombia, yo le daré a conocer lo que me acabas de decir, en cuanto me responda, iniciare con mi parte del trato”.
“Carlos, mi madre tiene problema severo en los huesos, su tratamiento es muy costoso, aunque me he matado trabajando, nunca he podido comprar su tratamiento completo y quizás por eso es que no le está haciendo efecto. Yo sí necesito la propuesta que me estás haciendo, ¿Qué me confirma que tú vas a cumplir?”
“Yo soy un hombre de palabra ahora mismo llamo mi abogado para que redacte un contrato dónde este escrito todo lo que acabo de prometer. Yo de alguna manera quero ayudarte porque ya o has hecho conmigo”.
“¿Y sí acepto cuándo iniciaríamos?”
“Esta misma noche, contactaría al doctor porque no tengo información exacta de que tiempo se levaría todo el proceso. Y solo tengo un año, el tiempo ya está corriendo y lo necesito”.
“Tengo más preguntas. ¿Si es una niña, si no cumplo? Esto ha sido inesperado y tengo muchas preguntas, quisiera irme o cerrar el tema pero es algo un poco complejo. Carlos yo también necesito lo que me acabas de proponer sería mi sueño logrado”.
Él con su mano, acaricia su pelo y lo coloca detrás de la oreja.
“Me encanta que sea una mujer de mente abierta y que conozca los negocios, ´los buenos negocios` pero esta propuesta no la veo simplemente como negocio, un contrato o un acuerdo. Lo veo como una oportunidad de conocernos. Puedes estar tranquila, una vez que yo comience a tener familia puedo pedirle más tiempo a mi padre, te digo en caso que sea una niña”.
“¿Y eso quiere decir?”
“Que lo tendríamos que seguir intentando, me encanta la persona que eres, has llamado mucho mi atención”
“¡Pues acepto! Solo que hoy toca hablar con mi madre y explicarle todo. Pero por el bien de ellos llegaría a un pacto con el mismo diablo”.
“¡Perfecto! No estás haciendo un pacto, estás haciendo un contrato para mejorar tu vida. Desde mañana te enviaré algunas casas a tu correo, allí podrás elegir la que gustes para qué inicie El contrato, teniendo un lugar más cómodo”.
“¿Y el contrato cuando lo firmaría?”
“¡Mujer de negocio, me gusta! mañana mismo comenzaré a redactar aquel contrato, cuándo elijas la casa y vayamos a conocerla lo firmas y cerramos el acuerdo”.
Ella le tiende la mano para cerrar el acuerdo, pero él al sentirla tan cerca y su aroma lo había hipnotizado desde que ella subió aquel auto, aunque peleó con sus ansias perdió ante ellas y robó sus labios en un beso suave y cautivador. Sus labios parecían nubes, se complementaron tan bien en un solo beso, que ni siquiera se dieron cuenta el largo rato que duraron envueltos. Con aquel beso, se había sellado un inicio favorable para ambos.
Ellos entraron al restaurante y cenaron, ambos decidieron no seguir hablando sobre el tema, ya que Carlos sentía cierta incomodidad en el rostro de Amanda. Cenaron y pasaron una noche normal, de jefe y empleada. Él luego procede a llevarla hasta su casa.
“¡Buenas noche Amanda!”
“Lo del beso…no…”
“¡Shhh! no quiero que te pido una disculpa por el beso”.
“¡Ah no! No me digas que retractar. Tenemos un acuerdo”
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