Entre dos CEO’s
Capítulo 34

Capítulo 34:

“Para toda la vida”

“Jhon Ferrari, te entrego mi corazón, solo no lo lastimes”.

“Prometo ser tu compañero y amigo más fiel, estaré para ti en todo momento. Pero también debes prometerme lo mismo. Yo también tengo miedos e inseguridades”.

Ella se coloca de pie y mientras lo mira dirección a los ojos desabotona su vestido, haciendo que este cayera al suelo. Luego se lanza sobre él y es recibida con una enorme sonrisa. Así que va prometiendo mientras sella con besos.

“Prometo respetarte”

Un beso

“Prometo ser tu compañía en todo momento”

Un beso

“Prometo ser solo tuya”.

El desabotona su camisa ya que el fuego lo había poseído después de ver a su novia sin ropa y dispuesta a recibir amor.

“¡Me vuelves loco Amanda!”

Él la carga y la lleva a su habitación entre besos y caricias. Sus cuerpos pedían ser encontrados, él disfruta de su desnudez siempre que la tiene entre sus brazos. Disfruta de lo caliente y apretada que siente en su interior. Es imposible resistirse y no llegar al org%smo, la mezcla de los movimientos más el g$mido se vuelve el punto débil que llueva a la cima del placer.

“Esto cada vez es mejor”

Comenta Amanda aún con su respiración un poco cortas”

“Tú eres quien cada vez lo haces mejor. Es que me gusta todo de ti novia mía”.

“Ahora es oficial. Soy la novia de mi jefe”

“Quiero que deje de ser así. Tengo una pequeña empresa que vengo subiendo y tú serás la presidente y encargada de todo”.

“¡Noo!”

Responde ella casi de inmediato.

“No tienes otra opción. En cuanto Yuli regrese del extranjero, vas a reunir tu personal e iniciarás de inmediato”.

Ella besa sus labios.

“No es necesario, te he dicho que no debes darme regalos lujosos, ambos disfrutamos estos encuentros. Así que, no es necesario”.

“No te estoy preguntando”

Responde Jhon mientras le entrega unos folder con algunos documentos.

“No tienes que leerlo ahora, tienes todo el tiempo que desees”.

“¿Es feo que el jefe y su empleada tengan un romance?”

“Es feo estar con una persona de tu mismo estatus social y que no seas feliz. El amor no tiene rango ni posiciones”.

“¿El amor dices?”

“Piensas que la atracción y el deseo pueden desencadenar tantas cosas”.

Le responde mientras toca su nariz

“Cuéntame qué cosas estoy desencadenando a parte del cierre de tu pantalón”.

Amanda estaba deseando escuchar lo que Jhon tenía para decirle.

“Esto no es nuevo en mí. Te he perseguido desde mi adolescencia, he admirado tu fortaleza e inteligencia. Fueron muchas las noches que me mast%rbe gritando tu nombre. ¡Esto ahora es solo un sueño cumplido!”

“De haberte notado te entrego todo. Mi vida, mi corazón y hasta mi v!rginidad.

“Aún llegaste a tiempo. Ya regaste tu v!rginidad, solo falta que te decidas y me entregues tu vida y corazón”.

“Jajajaj no era v¡rgen, como boba entregué mi pureza antes de llegar a ti”.

“Las dos primeras veces que estuvimos juntos, yo te hice mía y eso fue para siempre. No quiero que recuerdes el pasado”.

“¿Mi hijo forma parte de eso?”

“No, ni mencionarlo. Aarón es como mío, estoy tratando de ganar su atención para que pueda quererme”.

“Todo es tan difícil…”

“¡Shhhh! Todo será mejor. No quiero que estés triste pensando cosas sin sentido”.

“Ya me has dicho que no soportas a Carlos cerca de mi”

“Eso debes arreglarlo tú. Si te digo que no siento celos, te miento, pero debes poner condiciones y días. No te sigas perdiendo fechas importantes, los bebés son de su madre primero que de todos”.

Esto llenó mucho la cabeza de Amanda, ella sabe que es muy cierto lo que dice Jhon. Ellos permanecen en la sala abrazados hablando y pasando un rato agradable.

Al día siguiente Carlos se despierta y no encuentra a su esposa por ningún lado. Después de la conversación de la noche anterior, no supo más de ella. Él regresa a la cama, toma Aarón que acaba de despertar y va hacia el comedor a desayunar.

“¡Buenos días Señor! El desayuno está listo y servido

Lo recibe la señora del servicio.

“¡Buenos días!”

Responde mientras observa en toda dirección buscando a su esposa

“Ada ¿Dónde se encuentra?”

“Ella… ella”

La señora del servicio tararea, y en eso Ada le responde.

“Aquí estoy”.

“Te busque en cuanto abrí los ojos y no te encontré”

“Anoche cuando fui a la habitación, estabas durmiendo con tu hijo, y al no encontrar un espacio para mí, me fui al cuarto de huéspedes”.

Él la mira y la invita a sentarse a su lado. Le entrega el niño a la sirvienta y pide que los dejen solos.

“No era necesario, solo debiste llevarlo a su cuna, sabes bien que no despierta durante la noche”.

“Solo no quiero molestar y quitarte tu tranquilidad”.

“No molestas, eres mi esposa ¿Lo recuerdas?”

“Siento que a veces lo olvidas o no te importa”.

“No digas eso. Siempre me haces culpable, pero quién ha establecido una gran distancia entre los dos, ha sido tú. Siempre reclamando, celosa, insegura. Solo haces que esto sea más difícil para mí mientras me dejas solo”.

“No me miras igual, siempre me dejas con la palabra en la boca. Desde que esa mujer Amanda, llegó a tu vida, yo pasé a segundo plano”.

“Tú te pasaste a segundo plano. Lo único nuevo que llegó a nuestras vidas fue Aarón. Me reclamas por todo, pero no te veo queriendo a mi hijo, al contrario, lo ves como un obstáculo, cómo si él fuera el culpable. Te molesta incluso que su madre este rehaciendo su vida. Si no querías continuar está relación, debiste dejarme justo en el momento que te conté como vino mi hijo al mundo”.

“¿Me estás culpando?”

“¡No! No te estoy culpando, estoy diciéndote como me siento. Quizás piensas que soy muy feliz ¡Pues te confieso que no! Y si me la paso con mi hijo, es por qué él, es quien está dispuesto a ser mi compañero sin cuestionarme”.

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