Entre dos CEO’s
Capítulo 13

Capítulo 13:

A la mañana siguiente llegan a la oficina y acomodan todo a su propio gusto. Entran al sistema y de inmediato realizan el primer informe con todos los pormenores que encontraron en el sistema.

“¿Viste lo mismo que yo?”

“¡Así es! Las irregularidades más extrañas que he podido encontrar. Hasta parecen creadas”

“¡Ay Amanda! ¿Jhon está ciego?, ¿Lo recuerdas?”

“No me gustan estás cosas”

“¿Qué hacemos?”

“Lo que procede en estos casos, no olvides guardar el archivo antes de reiniciarlo”.

Ellas continúan arreglando y colocando las cosas en su lugar para trabajar más cómodas.

“Tengo listos el informe que le entregaremos a Jhon para reiniciar con la fecha de nuestro ingreso”.

“Yo misma se lo voy a entregar para aclararle unos puntos en cuanto a mi persona”.

Expresa Amanda un poco molesta.

Ella se coloca de pie y dejando a Yuli en la oficina se dirige a presidencia a encontrarse con Jhon.

“¡Hola Megan! Por favor dile a tu jefe que quiero hablar con él”.

“¡Buenos días Amanda! Nuestro jefe no está en las instalaciones. Justo en este momento me dirigía a su oficina a informarle que él espera por una de ustedes en su mansión”.

“¿Por qué hasta allá?”

“Si no le han informado Señorita Amanda el jefe la mayor parte del tiempo trabaja desde de su casa. Él solo se mantiene en la empresa cuando Robert no está disponible y ahora que ustedes entraron a su pequeño círculo de confianza”.

“En conclusión, para tener una reunión con Jhon ¿Debo ir hasta su casa?”

“¡Afirmativo! Abajo está su chofer, imagino que sus nombres están incluidos en el acceso”

“¡Rayos! ¿Cuándo e o jefe se volvió impenetrable?”

“Él no solo ha cerrado el acceso también cerros sus labios para una sonrisa y su corazón colapso ante el desamor y desilusión que ha sufrido en las manos de Mónica su ex mujer. A veces pienso que es un poco exagerado”.

“¿Algunas vez sufriste un desilusión?”

Pregunta Amanda sin apartar su mirada de la secretaria.

“No señorita, llevo 5 años con mi compañero de siempre y gracias al cielo nos llevamos espectacular”.

“Pues no opine sobre lo que no le ha tocado vivir, reserve sus comentarios”.

Ella queda fría antes aquella respuesta.

“El chófer se llama Paúl, lo consigue en la recepción. ¡Permiso señorita!”

Mientras la secretaria se aleja Amanda coloca sus ojos en blanco por la falta de respeto. Luego se dirige al ascensor y pronto está en el vestíbulo.

“¡Hola! ¿Eres Paúl?”

“¡Buenos días señorita! Así es soy Paúl ¿En qué puedo servirte?”

“Soy Amanda Castro, necesito entregar unos informes a mi jefe y me han enviado con usted. ¿Estoy incluida en la lista?”

“Claro que sí, de hecho ya estaba esperando por usted o su amiga. Él me informó que irían a verlo”.

Amanda entra al auto y solo a tres cuadras entra a una hermosa mansión. Llamo su atención los jardines y la decoración.

“Hemos llegado señorita”.

Él se desmonta y le abre la puerta.

“El jefe es un poco desconfiado y mal humorado. Deberá tener un poco de paciencia”.

“¿Todos le temen?”

“Puede pasar señorita”.

Ella agradece y entra hasta la Lo busca en la oficina de Jhon. Lo busca en la oficina, pero lo encuentra sentado a punto de iniciar su desayuno.

“¡Buenos días Jhon!”

“Amanda, que bueno que estás aquí, pasa adelante y cuéntame de qué trata tu visita”.

La recibe con amabilidad pero su rostro es serio

“¡Trabajo! Tengo unas preguntas que hacerle, para saber si de verdad voy a trabajar con usted”.

Su tono es fuerte y definitivo, cosa que John no supo interpretar en ese momento. Así que rápido levanta una ceja.

“¿Sabes que hablas con tu jefe cierto?”

“Encontré una cifras de más en la nómina de la empresa, al igual que este costoso reloj en unas de las gavetas de los archivos. ¿De qué trata? ¿Ah…y el jefe debe ganarse el respeto brindando respeto?”

“¿Y si te despido en este momento?”

“Busco empleo en otro lugar o creo una página web. Le aseguro que de hambre no voy a morir, pero robando tampoco es como pienso sobrevivir”.

“Entiendo tu punto pero la forma en que lo expresas no…”.

“Ahora le haré una pregunta ¿Piensa que esas cosas iban a desaparecer?”

“Señorita estoy ciego, cualquier error en administración puede ser normal”.

“Aquí le traje los arreglos en un informe y en el USB. También traje su reloj”.

“Gracias señorita”.

Él está tratando de comer su comida, pero lo derrama y se enoja.

“¿Lo puedo ayudar?”

“Como llegaste gritando y dando órdenes pensé que me ibas a entrar la cuchara a la fuerza por venganza”.

“Tampoco soy un ogro. Sí, me puedo enojar y aclarar malos entendidos, porque no los tolero”.

“Gracias Amanda, no sé por qué pero tú y tu amiga me regalan tranquilidad”.

“Ambas daremos lo mejor como siempre lo hacemos”.

“¡Lo sé! Ahora me siento mojado, que torpe”.

“¿Me puedes traer una camisa de mi armario?”.

“¡Claro que sí!”

Ella entra a la habitación siguiendo los pasos que le había dado su jefe, después de encontrar la camisa regresa y se encuentra con Jhon de pie y sin camisa. Su reacción rápida fue ponerse de espalda.

“Amanda… ¿Estás ahí?”

“Sí, aquí estoy”.

“Dame la camisa para cubrir mi pecho y evitar un resfriado. ¡Hola! ¿Te has marchando?”

“Aquí estoy”.

Ella se acerca y le entrega la camisa, luego lo ayuda con los botones. Después de acomodarlo, lo ayuda a llegar hasta silla.

“Sí que eres buenas en esto Amanda. ¡Muchas gracias!”

“No es nada Señor Ferrari ¿Dónde está el personal que lo atiende?”

“Hilda, viene dos veces por semana o cuando la contacto, solo que prefiero estar solo en mi casa. Después de mi experiencia le temo hasta los insectos que me rodean”.

“No es conveniente que estés solo”.

“Es mejor que te apuñale el enemigo, que la persona que siempre está a tu lado”.

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