Entre dos CEO’s
Capítulo 1

Capítulo 1:

Mi nombre es Amanda Castro, tengo 24 años de edad. Mi vida ha sido un poco diferente a la vida de una chica de mi edad, debido a que soy el sustento de mi hogar y quién lleva las riendas. Mi madre está enferma de los huesos y tiene un niño pequeño que ha quedado a mi cargo, después que mi padrastro decidió salir huyendo para evadir responsabilidades.

Estudié administración, pero debido a las responsabilidades, no pude especializarme en ninguna área. Cuando intenté encontrar trabajo, me di cuenta de que no tenía la experiencia necesaria ni cumplía con otros requisitos en ese momento. Por lo tanto, me vi en la necesidad de recurrir a trabajos rápidos pero honrados para que llevar el pan a la mesa.

Hasta que gracias a una amiga de la universidad logré entrar a una prestigiosa empresa Automotriz como secretaria. Yo estaba feliz ya que también me ofrecieron la oportunidad de ejercer mi profesión más adelante.

Lo más importante para mí en ese momento era el pago, con mi sueldo tenía la estabilidad que mi hogar necesitaba para mantenerse de pie. Nos acomodamos en nuestros puestos asignados y crecimos cómo empleadas, ganando experiencia muy rápido. Solo que no fue larga nuestra estadía en aquel lugar.

Salimos de esa empresa, y logramos entrar a otra llamada Andrew Company, en nuestros mismos puestos y con muy buenas recomendaciones, gracias a nuestro antiguo jefe.

El Ceo de la empresa Automotriz, llamado Carlos Andrew es un hombre un poco inmaduro por su edad, pero muy dedicado a su cargo, solo que aún no adquiere la experiencia que exige ser el director general, cosa que a él lo inquieta, ya que no quería perder la confianza que su padre había depositado en él, cuando lo nombró en su puesto.

Él tiene su esposa, Ada Soto, la cual no podía darle hijos, siendo esa una de las peticiones que su padre le había demandado y hasta lo estipuló en un contrato, una vez que él se unió en matrimonio con Ada. Ambos guardan el secreto, debido al temor de ser separados ya que se aman y no están dispuestos a poner en riesgo su relación.

“Ada, en una semana mis padres visitarán la empresa. ¿Estamos preparados? Aún no hemos completado la contabilidad, la necesitamos con urgencia”.

Hizo pausa.

“¿Qué pasa con esto? ¿Por qué aún está vacío el puesto? ¡Explícame, Ada!”, interroga.

“Recuerda que quién estaba a cargo de esa área renunció sin dar detalles y por ese motivo está vacante el puesto. Lo que me tiene preocupada es que los pagos de este mes van atrasados, no sería beneficioso recibir a tus padres sin antes tener ese asunto resuelto”.

“Amor, recuerdo que me hablaste de una chica que tiene ese conocimiento y está en otra área. ¿Crees que ella nos podría ayudar? No quiero que mis padres encuentren irregularidades y menos de tal tamaño”.

“Sí amor, la tenía pendiente, está sería la oportunidad para conocer sus habilidades. Ya mismo le hago saber para que comience a trabajar de inmediato”.

Ella se va con la secretaria y Amanda de inmediato se pone a trabajar ya que no tiene mucho tiempo. Pasa la semana y Carlos estaba muy ansioso por la llegada de sus padres, con el temor de que no encontrarán las cosas en orden.

“Tranquilo amor, todo está muy bien, esa chica Amanda logró resolver el problema de Administración con mucha facilidad. ¡Nos ha caído del cielo!”

“¡Buenas tardes! ¿Cómo están?”, entra la madre de Carlos y los encuentra conversando en la oficina.

“¡Madre!, qué gusto verte siempre”. La abraza y recibe la bendición.

“¿Cómo ha sido su viaje?, ¿Dónde está mi padre? ¿Acaso no ha venido contigo?”

“El viaje es un poco largo, sabes que nunca nos ha gustado estar viajando y menos a tu padre ya que llega de mal humor y estresado. Él está inspeccionando la empresa, sería bueno que lo alcanzarás”, Carlos asiente. Cuando se dirigía a la puerta para acompañar a su padre, él lo detiene saludando a los allí presentes.

“La empresa está muy bien cuidada, al parecer estás aprendiendo a mantener tu puesto hijo. ¡Oh! Saludos familia”, le dice con su rostro muy serio y sin expresión.

“Padre, que alegría verte también, y si, después de su última visita yo he estado más al pendiente de todo. Solo quiero que estén complacidos con su hijo”.

Él entra a la oficina caminando despacio y toca el abdomen plano de su nuera Ada, luego toma siento.

“¿Aún sin señales de un bebé? no quiero que te sigas excusando con esas cosas hijo. ´Necesito un nieto` y no me mires así, eso también está estipulado en el contrato y el acuerdo, así que ambos deben cumplir. Es extraño, ya deberían tener más de un niño con todo el tiempo que llevan juntos. ¡No logro entender que sucede!”

“Padre lo seguimos intentando pero aún no hemos tenido éxito”. Todos empiezan a entrar para integrarse a la reunión que había pautado el Señor Andrew.

Él no responde nada y se sienta a leer las novedades de la empresa. Todos entregan sus informes dejando al Señor Andrew complacido, cosa que Carlos había logrado por primera vez después de casi dos años siendo el Ceo de la empresa.

“Cómo has mejorado con los cambios, tardaré un año completo para regresar, pero debes esperarme con un nieto para que el abuelo lo consienta, o mínimo un embarazo adelantado. De lo contrario te sucederá ‘Ángel’ tu hermano menor”.

“Pero padre, estoy haciendo todo bien, no es justo que me condenen por algo tan natural como tener familia”

“No te estoy condenando, solo te recuerdo la cláusula que firmaste para convertirte en Ceo, siendo tú el tercer hermano, y pasando por sobre tus dos hermanos mayores, solo porque confío en ti. Así que si es una cosa tan natural, en un año no les será imposible”.

“Amor cálmate un poco, aún sigues de mal humor por el viaje, estoy segura que cuando regresemos, ya Ada estará embarazada. Ustedes deben ir y hacer lo posible para que suceda. Con las modalidades del nuevo milenio todo es más fácil”. Su madre lo mira mientras le guiña un ojo.

“Gracias madre por la sugerencia, Ada y yo nos dedicaremos a buscar ese bebé para que mi padre este complacido”.

“Parece mentira que a todos mis hijos le está costando tanto trabajo lo que dicen todo ser tan natural, son una bola de…”.

“Amor yo pienso que lo estás tomando muy deprisa, debemos dejarlo fluir. Quizás tu interés es lo que lo hace más prolongado, tengamos fe y calma hasta nuestro regreso”.

“¿Más? Después del tiempo pautado sino hay un embarazo, ellos podrán esperar el tiempo que deseen, pero ya estará roto el convenio, ¡Es lo último que debo decir!”

Él le lanza una mirada muy seria a su esposa, no quiere discusión. Luego se pone de píe y sale de la oficina con un mal humor muy notable, dando pasos largos y su mirada hacia el suelo,

“Ustedes deberían tener noticias sobre un bebé, llevan años juntos y aún no sucedió ¿Acaso ocultan algo?”, les pregunta la Señora Rosa mientras alza una ceja, mirando fijo hacia dónde está sentada Ada.

Ese día decidieron contarle a Que no soportan la presión del silencio. “Madre, hacen unos años nos hicimos la prueba por el mismo tema de salir de las dudas, y resulta que Ada no desarrollo un útero normal y por eso y otras cosas, la doctora le explicó que ella no podría concebir bebés”. Rosa se torna sorprendida.

“¡Hijo! como le he dicho, estamos en tiempo de facilidades, adopten, alquilen un v!entre, busquen la forma para que puedan estar juntos y seguir cumpliendo sus sueños”. Ella se acerca a dónde se encuentra Ada.

“Debes seguir luchando por la estabilidad de tu matrimonio, no te dejes derrumbar. Esta noche los espero para cenar en familia, así que no pueden faltar. Ahora me iré con tu padre que cómo pudieron observar está insoportable”. Ella sale y de inmediato Ada comienza a llorar inconsolable.

“Amor cálmate, no te pongas así, encontraremos alguna solución”.

“Me siento inferior, no poder darte un hijo me hace una mujer incompleta, no sé cómo me sentiría sí perdieras tu puesto y todo lo que hasta ahora has logrado con tanto trabajo y sacrificio”.

“Ada, todo tendrá una solución, tú solo quédate tranquila, cuando a mi padre le pase el enojo yo hablaré con él, pero por favor, no quiero que estés mal”.

“¿¡Acaso no has escuchado!? Él no quiere más excusas, él quiere un nieto, algo que yo no puedo darle Carlos, ¿Aún no lo entiendes?”

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