Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1588

Capítulo 1588:

“Le envié a todo el mundo y, como eres mi esposo, no me olvidaría de ti. No te preocupes. El tuyo es el más exclusivo y grande”, mencionó ella.

“¿En serio?”.

Se le iluminó la mirada.

Amber no reveló mucho. Él abrió de inmediato el regalo y la figura que apareció era significativa para él. Estaba eufórico porque, a pesar de que no estaba familiarizado con la jerga popular de Internet, sabía el significado que tenía: amor eterno.

“¿Estás feliz ahora?”. Amber miró a Jared.

Él tosió levemente.

“Es aceptable. Te enviare uno también”.

Se apresuró a tocar la pantalla del teléfono.

En seguida, ella recibió una figura que significaba amor eterno. Comparada a su confesión de amor, la de él era mucho más grande. Ella negó con la cabeza mientras sonreía.

“Gracias, cariño”.

“Dilo de nuevo”.

Jared se entusiasmó al escucharla. Sin duda, le agradaron esas palabras de cariño.

Después de todo, que ella le dijera “cariño” indicaba que lo había aceptado por completo como su esposo. Amber miró su expresión entusiasmada y no pudo evitar sonreír resignada. Luego, cumplió su pedido y volvió a llamarlo con dulzura. El hombre comenzó a agitarse y su voz se volvió ronca.

“Repítelo”.

“Cariño”.

“Una vez más”.

Esa vez, ella le puso los ojos en blanco, molesta.

“No soy un disco rayado. Es suficiente por ahora”.

Se dio la vuelta y se fue.

Sin embargo, Jared confirmó que le dio timidez porque las puntas de las orejas se le habían enrojecido. Él la siguió mientras maniobraba la silla de ruedas.

“Querida”.

Siguió repitiendo eso, dado que ella se negó a seguir llamándolo “cariño”, él tomó el mando y comenzó a llamarla “querida”. Como tal, se pegó a Amber y la siguió a donde quiera que fuera.

La llamó hasta que se sonrojó, avergonzada.

A pesar de eso, ella no consiguió hacerlo callar.

‘Si eso es lo que le gusta, dejaré que lo haga. Está bien, siempre y cuando sea feliz’.

Con ese pensamiento en mente Amber lo dejó continuar. Después de algo de tiempo, ella dejó de sentirse tímida y se acostumbró.

“Querida”.

Después de que ella ordenó el lugar y se recostó en la cama, Jared de pronto se acercó y hundió el rostro en su cuello. Le habló con una voz bastante baja y ronca; ni siquiera se molestó en ocultar su seducción.

“Otra vez… Está sucediendo otra vez”.

Ella puso los ojos en blanco y lo apartó con gentileza.

“No, ni siquiera lo pienses. No te has recuperado por completo, así que será mejor que te olvides de esos pensamientos sucios. Igual sería un no, aunque estuvieras recuperado porque estoy embarazada. No tienes permitido tocarme”.

Por su parte, Jared escuchó lo que dijo, pero no planeaba dar marcha atrás, así que la abrazó con más fuerza.

“Entendido. Es solo que no puedo contener mis impulsos. ¿Puedes ayudarme?”.

“No”.

Se sonrojó y lo rechazó.

El siguió mirándola fijo y ella se sintió mal al ver su mirada suplicante. Estuvo a punto de ceder porque él rara vez hacía un pedido así. Quizás hubiera dicho que sí si hubiera sido otro su deseo, pero no podía obligarse a aceptar eso.

“Querida”.

Jared notó que Amber aún vacilaba, así que hundió la cabeza de inmediato en el pecho de la mujer y lloriqueó.

Atónita por el intenso impacto visual de ver a un hombre lloriqueando frente a ella, sintió que la cabeza le daba vueltas. Sin siquiera darse cuenta, asintió de manera instintiva y accedió.

Era demasiado tarde cuando Amber volvió en sí y se dio cuenta de su error. Él la tomó de la mano con fuerza y ella no pudo evitar retroceder. Exasperada, estaba molesta con el hombre excitado a esas alturas.

‘¡Dios! Otra vez me deslumbró con su ardiente mirada. De lo contrario, no habría accedido aturdida a su pedido’.

Esa noche, Jared estaba contento, pero Amber no. Estaba bastante tentada a echarlo de la cama al verlo profundamente dormido después de quedar satisfecho; a pesar de que lo pensaba, en realidad, nunca lo haría.

Él estaba en proceso de recuperación, así que, si le hacía eso, al final, se sentiría mal.

‘No tiene sentido hacerlo’.

Hizo una leve mueca de descontento y se recostó. No obstante, ella le dio la espalda y ni siquiera se molestó en mirarlo.

Jared pareció percibirlo, así que se acercó y la abrazó por la espalda en cuanto ella se recostó. A esas alturas, Amber estaba exhausta, así que se sumió en un sueño profundo poco después de acurrucarse en sus brazos.

De repente, el hombre que al principio estaba dormido abrió los ojos de par en par y, a juzgar por su mirada brillante, no parecía tener sueño en lo absoluto. En realidad, había estado despierto todo el tiempo; solo fingió estar dormido.

Él sabía que ella por lo general era tímida, así que después de saciar sus impulsos, fingió de inmediato que se había quedado dormido para darle un momento para que recobrara los sentidos.

De lo contrario, sin duda, le costaría mirarlo a los ojos. Por lo tanto, disimuló y permaneció dormido todo el tiempo. Después de asegurarse de que ella estaba descansando, al fin se sintió tranquilo y despertó.

“Muchas gracias, querida”.

Jared la abrazó con fuerza y se inclinó hacia adelante para besarla en la mejilla. Al final, cerró los ojos con satisfacción.

Era el primer día del año. Después de que Amber se cambió de ropa y se refrescó, llevó a Jared al comedor para desayunar. Luego, también recibió los regalos monetarios de los mayores.

Rosa y María le dieron a la pareja sobres colmados de dinero que indicaban una buena cantidad por lo abultados que eran. Además de ellas, Jorgelina también le obsequió uno a Amber.

Sin embargo, la muchacha sabía muy bien que no se lo daba por voluntad propia, sino porque no tenía opción.

A fin de cuentas, todos le dieron regalos a Amber, así que Jorgelina se vería mal como persona mayor si no hacía nada. Sin importar lo reacia que estaba, no tuvo más remedio que entregarle a Amber un sobre con dinero.

Esta acepto el regalo y consideró que era una retribución de Jorgelina por las joyas que le obsequió el día anterior. Además, estaba más que feliz de aceptar el regalo al ver la expresión de descontento de la mujer. Fue bastante divertido mientras estaba frente a ella.

Después del desayuno, la pareja se despidió de los demás porque se suponía que Jared no podía estar afuera durante demasiado tiempo por el estado en el que se encontraba.

En realidad, debería haber regresado al hospital después de la cena de la noche anterior. Sin embargo, él y Amber estuvieron de acuerdo y sintieron que rara vez tenían la oportunidad de hacerles compañía a los mayores durante Año Nuevo.

Como resultado, llamaron y le informaron a Timoteo que regresarían al hospital ese mismo día.

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