Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1498
Capítulo 1498:
Después de que Ben terminó de contarle todo, no reaccionó y solo respondió: “No les prestes demasiada atención. Solo sigue las indicaciones que instruí antes. En cuanto a esas dos mujeres, no debes decirles que se vayan al extranjero. Si hacemos eso, ¿Cómo le pondremos una trampa a Norah?”
Ben entendió las intenciones de Jared.
Ah. El presidente quiere usarlas contra Norah.
Cuando se trata de conspiraciones, él es el rey.
“Entendido, presidente”.
Asintiendo, Jared respondió.
“Qué descanses”. Después, cortó la llamada.
Guardando el teléfono, Jared no fue a la habitación de inmediato, sino que permaneció frente a la ventana y observó la vista mientras parpadeaba ante la luz y la oscuridad.
Nadie podía saber en qué pensaba. Estuvo de pie allí hasta que su cabello se secó. Entonces, lanzó la toalla a un sillón y se dirigió a la habitación, en la que abrazó a la mujer que estaba profundamente dormida.
Al próximo día, ya eran las nueve cuando Amber se despertó. El lugar poco familiar la sorprendió. Se sentó y quitó la sábana para mirar su cuerpo. Al notar una bata grande que no era suya, se asustó y tuvo un mal presentimiento.
Sin embargo, después de examinar su cuerpo, notó que no le dolía nada, lo que la tranquilizó.
Bien, no creo que nada haya sucedido. Pero ¿Dónde estoy?
Moviendo las colchas, salió de la cama y se colocó unas pantuflas esponjosas que estaban al lado de la cama. Poniéndose de pie sobre la alfombra de cachemira roja, miró alrededor con expresión seria. La habitación era gigante; estimaba que era de cien metros al cuadrado sin incluir el baño y armario. Sin embargo, no había nada salvo la cama y las dos mesas de luz. Sin decoración, parecía un espacio frio y vacío.
Eso le hizo pensar que si hablaba, escucharía su eco.
Entonces, ¿Dónde estoy? Y, ¿Por qué estoy aquí? ¿Dónde está mi ropa, bolso y celular?
Ansiosa, Amber comenzó a buscar sus pertenecías por la habitación. Al final, no las encontró, pero vio algo en la mesa de luz. Era un vaso de agua y una nota debajo de este. Moviendo el vaso, apresurada, tomó la noto y cuando vio la caligrafía familiar, se tranquilizó.
Resultaba que ese lugar le pertenecía a Jared. No había sido secuestrada ni encerrada en ese lugar, sino que Jared pensó que la residencia Bahía del Mar quedaba demasiado lejos, así que decidió que pasarían la noche allí; eso se debía a que ese lugar quedaba más cerca del hotel. Suspirando aliviada, se sentó en la cama y sonrió.
“En verdad me asustaste”.
Frotándose los ojos, colocó la nota en la mesa de luz y se estiró antes de caminar afuera de la habitación. Jared decía en la nota que debía reunirse con un cliente importante del extranjero esa mañana, así que se había retirado temprano, pero, antes de irse, había preparado su desayuno, que estaba en la cocina, así que le recordó que lo comiera cuando se despertara.
Además de eso, había preparado la ropa que necesitaba arriba del sillón de la sala de estar junto con su bolso y teléfono. Era tan atento que la enterneció. Caminó hacia la sala de estar y notó que se veía igual que la habitación.
A pesar de los aparatos electrónicos esenciales, no tenía mucho más en términos decorativos. Como era de esperarse, combinaba con su estilo pasado, ya que se podía percibir la frialdad del lugar.
Frotándose los brazos, Amber encontró en el sillón unas bolsas con ropa y su bolso arriba de todo. Se acercó y miró las bolsas, inspeccionando la ropa, pero no las sacó.
Después de mirar un poco, tomé su bolso y saco el teléfono para ver si tenía llamadas perdidas o mensajes. Después de todo, ya eran las nueve y no estaba en su oficina.
Quizá alguien necesitaba de ella con urgencia.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar