Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1447

Capítulo 1447:

Chloe sabía que Amber sentía repulsión por el estado de sus piernas y se había asqueado; sin embargo, Amber luchó contra las ganas de vomitar porque no quería herir a Chloe, así que por eso reaccionó así. Aun así, Chloe no se enojó por su reacción.

Quizá era verdad que al principio le costaba aceptar que los demás reaccionaran de esa forma. Si lo notaba, se enojaría y comenzaría a pelear; no obstante, después de verse con el tiempo, se acostumbró y en un punto podía caminar sin permitir que le afectara.

Después de todo, ¿De qué servía enojarse?

¿Recuperaría sus piernas? Además, en lugar de molestarle por la reacción de la gente, se dio cuenta que era mejor enfocarse en su salud mental.

“Es repugnante, ¿No es así, Señorita Reed?” Se bajó la falda con tranquilidad para ocultar las piernas.

Amber respiró profundo un par de veces para componerse. Su mirada era compleja mientras observaba a Chloe. Asintió con suavidad y dijo: “Me sorprendí un poco. Tus piernas…”

“Makenna Gardner hizo esto”. Chloe mantuvo su semblante e informó quien era la culpable.

Amber asintió.

“Lo imaginé. Dijiste que odias a Makenna y cuando me mostraste las piernas, no fue difícil adivinar quien lo hizo; pero ¿Por qué?”

“¿Qué otra razón puede haber? Envidia, por supuesto” soltó Chloe.

“Todo pasó hace algunos años. Tenía siete u ocho años creo. Una vez, salimos a hacer unas compras con Makenna y le gustó un pequeño vestido negro de Dior. Era un vestido corto al cuerpo, que marcaba la figura.

Cualquiera que no tuviera la figura ideal, se vería desastroso, pero Makenna lo amaba e insistió en probárselo de todas formas. Sin embargo, la vendedora le dijo que sus piernas eran cortas y se veía algo regordeta, así que el vestido no le quedaría. Estuve a su lado todo el tiempo y la vendedora dijo que mis piernas se velan bien y que a mí me quedaría bien.

Solo por el comentario de la vendedora, Makenna me miró de inmediato con resentimiento; no hizo nada en ese momento, pero cuando llegamos a casa, lanzó una tetera con agua hirviendo sobre mis piernas”.

En ese momento, Chloe tenía los ojos rojos y su mirada reflejaba el odio que sentía por Makenna. Amber podía imaginar cuanto le había dolido y las quemaduras que le había provocado el agua hirviendo.

Sintió un poco de pena por Chloe.

“Sabe, Señorita Reed, casi muero por las quemaduras. Si no hubiera sido porque apareció de pronto una criada y Makenna temió que la culparan por mi muerte, estoy segura de que no habría llamado a una ambulancia.

Habría amado verme morir así. Cuando estaba tirada en el suelo llorando de dolor, se paró al lado mío y se rio. No sentía ansiedad ni arrepentimiento por lo que había hecho; por eso supe que me quería muerta.

Ese día me llevaron a la sala de urgencias y estuve un mes en terapia intensiva antes de que me dieran el alta. Cuando, por fin, salí del hospital, Makenna fue a verme con lágrimas de cocodrilo e insistió en que no lo hizo a propósito. Dijo que se le resbaló la tetera por accidente y me pidió que la perdonara. ¡Ja! ¡Qué gracioso!”

Chloe apretó la mandíbula y continuó: “¿Cómo podría resbalarse una tetera de ese tamaño tan fácilmente? Además, si hubiera sido un accidente, habría llamado a la ambulancia desde un principio e intentado ayudarme con el dolor. ¿Por qué se paró ahí riéndose de mí?

Sin embargo, y aunque sabía que lo hizo a propósito, no podía contarle a nadie. Intenté convencerme de que no lo hizo adrede porque sabía que mi familia dependía del apoyo de los Gardner. Mis padres podían usar esa oportunidad para obtener más beneficios.

De cualquier forma, siempre me sacrifiqué por la gloria de mi familia, así que estaba dispuesta a perdonarla si eso significaba que obtendríamos un beneficio, pero nunca pensé que Makenna no tuviera intención de dejarme ir”.

“Solo le eché un vistazo a tus cicatrices, pero puedo darme cuenta de que tienes otra clase de heridas. Son cicatrices de puntos, ¿No?”, respondió Amber.

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