Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1426

Capítulo 1426:

Ah, ya veo. Entonces, hacer todo eso fue para evitar que el Presidente Farrell y la Señorita Reed tuvieran intimidad. Sí, son unas tontas. Ellos no hicieron nada de eso y, aunque lo hubieran hecho, nadie podría culparlos; son una pareja, después de todo. Norah y sus lacayas no tienen derecho a interrumpirlos; no puedo creer que llegaran tan lejos.

Si el Presidente Farrell y la Señorita Reed hubieran estado haciéndolo, él estaría traumatizado por los repiqueteos, por lo que su placer se habría visto afectado. Si eso hubiera ocurrido, sus familias estarían muertas.

“Los Jones otra vez, ¿Eh? No saben a lo que se enfrentan” siseó Ben.

Jared entrecerró los ojos.

“Fui demasiado indulgente. Pensé que debía mantener en secreto la pelea con ellos, ya que el Viejo Señor Jones era mi tutor.

No quería ir demasiado lejos, entonces intenté darles un poco de tiempo para tranquilizar los mercados antes de hacer el anuncio, pero desconsideraron mi amabilidad. Muy bien, misericordia revocada; haz el anuncio después de cena”.

“Sí, señor” asintió.

“Y que alguien vigile la entrada. En cuanto aparezcan los Jones, dímelo cuanto antes”. Frunció los labios.

“¿Cree que aparecerán?” Ben se sorprendió. “He revisado la lista de invitados, pero no figuraban”.

“La lista no importa. Recuerda que las tarjetas de invitación se pueden regalar”.

Jared lo miró mientras decía: “Y sus lacayas le dijeron que Amber y yo nos estábamos besando en esta habitación. ¿Crees que no vendrá?”

Ah, claro. Ben se palmeó la frente cuando se dio cuenta.

“Es mi error, me había olvidado de eso por completo”.

“Vete”. Le hizo un gesto con la mano.

“Sí, señor”. Caminó hacia la entrada antes de detenerse de repente una vez más y darse vuelta. “Presidente Farrell, si aparecen, ¿Debo dejarlos entrar?

“¿Es una pregunta capciosa?”

Frunció el ceño. “El anfitrión no los invitó, así que, por supuesto, no deberías dejarlos entrar; no quiero que lo molesten.

El asistente se acomodó los anteojos y sonrió.

“Entendido. Me voy, entonces.

Tras eso, Ben salió de la habitación y dejó a Jared solo. Daba vueltas el vaso como si fuera vino y no agua.

Curiosamente, se veía bien mientras hacía eso. Amber, por su parte, salió del baño y se acercó.

“Ah, ¿Se fue Ben?”

“Sí” asintió. “Así que, al final decidiste volver a salir” se burló.

“Es culpa tuya, ¿Sabes?” Ella tomó una almohada y se la lanzó.

Sin embargo, él la sujetó con facilidad ya que la joven no ejerció mucha fuerza. Jared lanzó la almohada a un lado, luego tiró de Amber y la acercó a él. Ella jadeó y perdió el equilibrio; tras eso, cayó en sus brazos.

Después, la sujetó con gusto por la cintura, lo cual impidió que cayera; acto seguido, la colocó sobre su regazo. Ella suspiró aliviada, pero aún estaba un poco alterada, entonces le golpeó el pecho para desahogarse un poco.

“Me asustaste, Jared. Pensé que me iba a caer”.

Él le tomó la mano y la besó; luego, dijo: “No, no te caerás. Estoy aquí, te atrapo”.

Amber puso los ojos en blanco y retiró la mano. Él estaba a punto de hablar, pero sonó su teléfono, tras lo cual frunció el ceño. La llamada lo molestó, pero liberó una mano y lo sacó sin dudarlo un instante.

¿Quién me llama? Elevó una ceja en cuanto vio la persona que llamaba, así que cortó rápido. Luego, le dio una palmada en las nalgas a Amber y le dijo que se levantara; ella se puso de pie inmediatamente.

“¿Qué ocurre?”, preguntó aturdida.

Él se acomodó el traje.

“Apareció tu objetivo”, respondió.

A ella le brillaron los ojos.

“Ah, ¿Sí? Estupendo, ahora deberíamos volver al banquete”. No podía esperar para hablar con la esposa del anfitrión.

Justo cuando estaba a punto de irse, él la tomó de la mano.

“Un momento”.

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