Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1424

Capítulo 1424:

Todos eran adultos allí y debían asumir la responsabilidad de lo que habían hecho; esas mujeres hicieron algo malo, así que debían asumir las consecuencias. Amber lo hacía por el bien de ellas, para enseñarles una lección de afrontar responsabilidades.

Jared había estado vigilándola para ver cómo trataba a esas mujeres; sabía que era amable y bondadosa. Cualquier situación emotiva la conmovería, así que quería ver si dejaría ir a esas mujeres después de que casi los lastimaran.

Si la joven sentía compasión por ellas y decidía dejarlas libre, él haría lo que ella quisiera, incluso si no estaba de acuerdo con su forma de proceder.

Cuando las dos muchachas se libraron del agarre de sus captores, Ben quiso decirles a los guardias que volvieran a capturarlas. Si no fuera porque se dio cuenta de que Jared le había lanzado una mirada, la cual le indicaba que se quedara callado, las mujeres no habrían llegado tan lejos.

Por suerte, ella no lo decepcionó; él vio compasión en los ojos de Amber, pero, aun así, ella no dijo que las dejaría ir. Al final, la joven apartó la mirada y señaló: “Señor Britos, llévalas. Están haciendo mucho escándalo aquí”.

Oh, haciendo escándalo, ¿Eh? Jared sonrió y enseguida le tapó los oídos.

Amber lo miró perpleja y él le devolvió la mirada con amor.

“¿Acaso no dijiste que están haciendo un escándalo? Así que te protejo de eso”.

“Buena idea”. Curvó los labios y sonrió.

Luego, Jared miró a Ben mientras le tapaba los oídos a Amber.

“No te quedes ahí parado. Ya la oíste, así que llévalas” ordenó impaciente.

El asistente salió del trance y respondió: “¡Sí, señor!” Entonces, les dijo a los guardias que las llevaran.

Incluso después de todo eso… luego de abofetearnos y arrastrarnos ante ellos, aún no nos dejarán ir.

Finalmente, sintieron desesperación.

Cuando los guardias las acorralaron, la desesperanza se apoderó de ellas y sus súplicas se convirtieron en gritos que se escucharon en todo el lugar. Jared tapó aún más fuerte los oídos de Amber y su rostro se ensombreció bastante.

“Tápales la boca y llévalas”.

“¡Sí, señor!” Ben les indicó a los guardias que hicieran lo que el jefe decía.

Enseguida les taparon la boca y se las llevaron a rastras sin vacilar. El silencio volvió a reinar en la habitación y solo entonces Jared liberó sus manos.

“Ahora ya está todo bien”.

Amber se masajeó la sien.

“Por fin algo de paz. Seguro que a ti también te parecían insoportables”.

Aunque Jared la protegió tapándola, seguía escuchando los gritos; por lo tanto, le hizo zumbar los oídos. Debió pasarlo mal. Él se acomodó las mangas y respondió con calma: “No sucede nada, me acostumbré”.

“¿Qué quieres decir con que te acostumbraste?” Se quedó atónita cuando lo escuchó.

“Señorita Reed, permítame que le explique. El Presidente Farrell dirige una gran compañía y a menudo tenemos algunas ratas de alcantarilla que perjudican el sistema de vez en cuando.

Cada vez que atrapamos a una, pedían clemencia de la misma manera que lo hacían esas mujeres y algunas eran incluso más escandalosas. Con el tiempo, se acostumbró, así que eso es un asunto común para él” le explicó.

Ella crispó un tanto los labios.

“Ya veo. Debe haber sido duro”. Miró a Jared con compasión.

Pasar por eso una sola vez ya era bastante molesto para ella, pero él lo había vivido tantas veces que ya se había acostumbrado. Sin duda, sintió pena por su amado.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar