Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1357

Capítulo 1357:

Parece que Amber no quiere que nadie se entere de lo que acaba de hacer, pero no hizo nada malo en el auto, ¿No?

Al pensar en eso, Jared enarcó las cejas; pensó que debía dejarlo atrás y marcharse después de no haber conseguido averiguar la razón de la extraña reacción de la joven.

No obstante, no sabía que la huella del lápiz labial aún se le podía notar claramente en la mejilla, si tan solo mirara por el espejo retrovisor.

Sin embargo, Jared estaba tan ensimismado con los ojos fijos en la carretera. Además, como no había otros autos detrás, no había motivo para que mirara el espejo retrovisor, por lo que la marca del lápiz labial había pasado desapercibida incluso hasta que llegó a Grupo Farrell.

Después de estacionar el auto, se desabrochó el cinturón justo cuando el aparcacoches se acercó a abrirle la puerta.

“Presidente Farrell”. El muchacho se inclinó de manera cortés ante él y lo saludó, con una mano en la puerta y la otra en el borde del marco.

Jared respondió con un gruñido y se agachó para salir del vehículo, tras lo cual le arrojó las llaves al joven para que lo estacionara. En cuanto el aparcacoches las recibió, se sentó enseguida en el asiento del conductor, pero cuando enderezó el cuerpo, al instante le llamó la atención una marca de beso de lápiz labial en la mejilla de Jared.

“Presidente Farrell, su…”. El muchacho se quedó estupefacto.

“¿Qué ocurre?” Frunció el entrecejo.

Intimidado por la indiferencia del hombre, el aparcacoches no sabía qué decir, así que solo sacudió la cabeza y dijo: “N-nada”.

El Señor Farrell se arregló el traje y exigió: “Ve y estaciona mi auto entonces”.

El joven respondió asintiendo con la cabeza mientras miraba con disimulo la marca que tenía Jared en el rostro. Al mismo tiempo, frunció los labios en un intento de mantener una expresión seria sin reírse. Temeroso de que el hombre lo descubriera, agachó rápido la cabeza y cerró la puerta antes de marcharse.

Por otro lado, Jared, que estaba parado, se acercó a la entrada del edificio después de arreglarse el traje.

“Bienvenido, Presidente Farrell”.

“Buenos días, Presidente Farrell”. Los empleados con los que Jared se encontró se detuvieron para saludarlo.

A pesar de la indiferencia de Jared hacia ellos, no solía dejarlos de lado e ignorar sus saludos; al contrario, contestaba con una inclinación de cabeza o un gruñido en señal de respeto.

Cuando oían que respondía, sus empleados solían marcharse y ocuparse de su trabajo sin quedarse demasiado tiempo a su lado. Sin embargo, esa vez se quedaron, incluso después de que oyeron la respuesta, mientras los miraban sorprendidos como si hubiera algo extraño en él.

Pronto, Jared comenzó a sentirse desconcertado tras notar cómo los empleados se comportaron a su alrededor. Cuando recordó en la reacción similar del aparcacoches, a quien había visto antes, no pudo evitar preguntarse qué iba mal.

Podría estar pensando demasiado si solo uno o dos de ellos actuaran de forma extraña, pero ¿Por qué todos reaccionan como si yo fuera alguien totalmente extraño?

Al pensaren eso, entrecerró Los ojos y sintió curiosidad por averiguar qué le ocurría. No obstante, no cedió a su curiosidad y no les preguntó, sino que decidió averiguarlo por sí mismo cuando regresara a la oficina.

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