Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1352

Capítulo 1352:

En realidad, a él no le gustaba la sopa de champiñones, ya que prefería una sopa más sencilla. Sin embargo, como a ella le gustaba tanto y reconocía sus habilidades culinarias, empezó a aficionarse por ese tipo de caldo.

Sin duda, Amber disfrutó del desayuno a su antojo, ya que por lo general solo desayunaba un tazón de sopa y unas salchichas o un cruasán. No obstante, debido a que cocinaba de forma fabulosa y que convertía una simple sopa en algo delicioso, se tomó dos tazones ademas de otros platos.

Esta comió hasta estar llena y su estómago se hinchó de tal forma que no pudo moverse de la silla. Cualquier movimiento que hiciera, la haría sentirse incómoda. A Jared le pareció muy gracioso verla así, pero al mismo tiempo se sintió mal. Luego de acariciarle el cabello, buscó dos pastillas para el estómago y se las dio.

Al instante, Amber se las metió en la boca.

Estas sabían a piña, que era dulce y ácida, por lo que sin duda parecían un caramelo.

“Toma” Le ofreció un vaso de agua cuando ella estaba a punto de tomarse las pastillas.

En lugar de rechazarlo, ella le dio un sorbo.

“Todo es culpa tuya” Se quejó.

El hombre la miró desconcertado.

“¿Yo? ¿Por qué? ¿No la disfrutaste? ¿Hice algo mal otra vez?”

Amber dejó el vaso sobre la mesa, tras lo cual se acarició el abdomen.

“Sí, es tu culpa por lo bien que me hiciste estallar el estómago”, dijo mientras se quejaba.

Jared levantó la ceja y se río entre dientes.

“Está bien, está bien. Es mi culpa. ¿Qué tal si te doy un masaje?”

Ella asintió en respuesta, lo que cual lo sorprendió. Después de todo, para ella él solo era un hombre se%ualmente frustrado que se aprovechaba de ella y masajearle el abdomen significaba intimidad física.

Ella rechazaría la oferta al pensar que él perdería el control de sus traviesas manos después de frotarle el vientre durante un rato; sin embargo, para su sorpresa, aceptó.

¿Por qué no se negó? Dubitativo, Jared no le preguntó, ya que si lo hacia ella podría arrepentirse.

“Te llevaré al sofá. Me resultará muy cómodo si te recuestas.

Luego, se inclinó para llevarla y, de forma obediente, Amber extendió los brazos y le permitió que lo hiciera.

Había comido mucho y tenía mucha ropa gruesa, por eso estaba bastante pesada, Aun así, el hombre la llevó hasta el sofá con pasos ligeros y firmes, como si fuera una pluma. Ese encanto masculino podía conquistar con facilidad el corazón de una mujer.

En esos tiempos, el concepto de ser un blandengue prevalecía en la sociedad moderna; ser capaz de levantar algo pesado bastaba para que se interesaran en uno. Por lo tanto, un hombre masculino como Jared era un hombre extraño, Ajeno a los pensamientos de Amber, él la acomodó en el sofá y se sentó a su lado.

Luego, apoyó su cabeza en su regazo para que se sintiera cómoda y una vez que estiró las manos hacia su abdomen, empezó a masajearlo. Preocupado por no hacerle daño, hizo suaves y lentos movimientos de forma circular sobre su abultado vientre.

La fuerza que ejercía sobre ella era simplemente agradable y se sentía tan cómoda que cerró los ojos para disfrutarlo al máximo.

Mientras tenía los ojos cerrados, sonrió, Lo cual demostró que estaba satisfecha. Dado que en ese momento se había convertido en su sillón de masaje, Jared no pudo contener la sonrisa. Esta chica. Me puso a trabajar para que no le doliera su abultado abdomen y me convirtió en su masajista.

A pesar de eso, Lo hizo por su voluntad. Por Dios. Nunca actúa según lo que dice. Más tarde, cuando Amber estaba a punto de quedarse dormida por lo cómoda que se sentía, abrió los ojos y parpadeó un par de veces. No fue hasta que se le paso el sueño que miró al hombre.

“¿Ya está?

“Sí, ya terminé”, asintió él con la cabeza y la empujó con suavidad hacia atrás para levantarla. “Ya se deshinchó y no se siente dura. Deberías estar bien. Levántate y dime cómo te sientes.

Entonces, se miró el vientre y se concentró en su cuerpo. Efectivamente, ya no se sentía mal por su abdomen abultado y estaba eufórica.

“SÍ. ¡Estoy muy bien!”

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