Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1349

Capítulo 1349:

“Buenos días”. Jared se dio cuenta de que ella ya se había acostumbrado al entorno, así que quitó la mano y le entregó la ropa junto a ella.

“Escogí tu atuendo para hoy. Pruébatelo”.

Ella se sentó en la cama y tomó la ropa.

“Por lo general tienes buen gusto, así que estoy segura de que el atuendo que escogiste será excelente”.

Ella colocó la ropa sobre su regazo, pero no se cambió de inmediato. Mientras tanto, se estiró con pereza y bostezó.

“¿Qué hora es?”

“Son las ocho y media de la mañana”. Jared levantó la mano y le dio un vistazo a su reloj.

Amber parpadeó en respuesta.

“No es de extrañar que haya tanta luz afuera.

¿Hace cuánto te despertaste?”

“Hace bastante. Vamos, cámbiate. El desayuno está listo. Si no quieres mover ni un dedo, no me importaría ayudarte a cambiarte”, dijo mientras veía la ropa en su regazo y el deseo en su mirada era evidente.

Amber se rio entre dientes y se apresuró a tomar la ropa.

“No, no puedo confiar en ti, podrías intentar algo extraño si me ayudas. Así está bien. Ahora sal y no entres mientras me visto. Solo vete”.

Ella agitó las manos en el aire repetidas veces para sacarlo de la habitación.

Sabía que, si él la ayudaba a cambiarse, terminaría de hacerlo al mediodía. Después de todo, ese hombre vil sin duda se aprovecharía de la situación con el pretexto de ayudarla.

Amber le insistió a Jared para que se marchara porque no quería que la ayudara a vestirse. Arrepentido, él se levantó mientras la miraba fijo y se marchó.

Mientras se alejaba se veía tan solitario y pesaroso que a ella le hizo gracia.

“P%rvertido”, murmuró en voz baja al pensar en la expresión de decepción del hombre cuando este se marchaba; no obstante, no pudo evitar reír.

Si eso hubiera ocurrido algunos meses atrás, nunca se habría imaginado que Jared fuera tan expresivo; pero en ese momento parecía una persona común y corriente.

El hombre indiferente, sin emociones e inexpresivo había desaparecido hacía ya tiempo. Luego de que cerrara la puerta, ella no lo pensó demasiado y levantó rápidamente la manta para ponerse la ropa. Por supuesto, se examinó de pies a cabeza antes de vestirse.

La noche anterior había sido intensa. Sin tener en cuenta lo cansado y adolorido que sentía el cuerpo, así como sus partes íntimas, las marcas de su cuerpo bastaban para hacerla sonrojar.

Mientras miraba tanto las marcas pequeñas como las grandes, que ese hombre le había dejado, Amber se sintió avergonzada. Al parecer, dejarle marcas era su fetiche, ya que seguía haciéndolo. Si no le hubiera advertido que no lo hiciera en el cuello, dado que sería vergonzoso, estaba segura de que no dejaría ninguna parte de su cuerpo sin marcar.

Al verlas, suspiró con impotencia. Amber aún podía ver Las que le hecho hacía dos días y, además, había nuevas de la noche anterior.

Si eso seguía así, Jared podría morderla en los mismos lugares de siempre y los moretones nunca desaparecerían.

Tengo que encontrar una manera de cambiar esa costumbre. He oído que es malo dejar este tipo de marcas en el cuerpo, ya que los capilares podrían romperse…

Ya me decidí. Voy a hablarle sobre este problema. Puede que cambie después de ver los hechos. O si no… Entrecerró sus seductores ojos mientras se reía con desdén. Será mejor que no me culpe por herir su miembro. Mientras tanto, Jared estaba sentado en el sofá de la sala de estar con las piernas cruzadas de forma elegante.

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