Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 130 - Enseñandole a montar

Capítulo 130: Enseñandole a montar

Frente a los ojos claros de Amber, por alguna razón Jared no se atrevió a mirarla directamente.

Como si temiera que ella viera algo, se apartó ligeramente,

«¡No eres apta para montar a caballo con ese rostro tan pálido!»

Los demás sonrieron e inmediatamente miraron el rostro de Amber.

Cole fue el primero en hablar: «Sí, nena, estás pálida. ¿Aún sientes mareos?»

Amber se tocó el rostro, «¿Estoy realmente pálida?»

«Un poco». Contestó Stella.

Amber sonrió: «Estoy bien. Puedo montar».

Al escuchar estas palabras, las cejas de Jared se torcieron, su expresión llena de desaprobación.

Realmente no tenía la más mínima conciencia del hecho de que estaba embarazada.

¿Era más importante el bebé, o montar?

Justo cuando Jared no pudo evitar impedir por la fuerza que Amber montara en el caballo, Cole habló: «Nena, ¿Por qué no vuelves y sigues descansando? Sería molesto en caso de que te siguieras mareando».

Jared asintió ligeramente, pensando que esta vez Cole por fin había hecho algo bien, ya no se limitaba a obedecer a Amber.

Sin embargo, Amber se mostró terca y sonrió: «Está bien, he venido, ¿Por qué debería volver? No te preocupes, iré despacio y no me precipitaré».

«De acuerdo entonces». A Cole le pareció bien y estuvo de acuerdo, luego llevó a Amber a las caballerizas para elegir un caballo.

Jared miró las espaldas de los dos, con el rostro ensombrecido.

Acababa de sentir que Cole había hecho algo bien, pero al minuto siguiente descubrió que estaba equivocado.

¿Qué veía en un hombre con tan poca firmeza?

«¡Hermano, ven a correr!» En las lejanas caballerizas, Logan hizo un gesto de trompeta con las manos y gritó a Jared.

Jared le dirigió una mirada a su hermano, lo ignoró, se subió a su caballo y se dirigió al otro lado de las caballerizas.

Pronto, Amber y Cole eligieron sus caballos.

Ella eligió una yegua blanca.

La yegua era preciosa, y de pie con Amber, que se había puesto un traje de montar rojo, la imagen era extremadamente bonita, y uno no podía evitar querer hacerle una foto.

Hayden se deslizó sobre su caballo y silbó a Amber: «No está mal, no note que fueras tan valiente».

«Amber, eres muy bonita». Logan sólo podía usar las palabras más simples para halagarla.

Y el lenguaje más sencillo era el más directo, era a menudo el que más posibilidades tenía de hacerla feliz.

Así que, aunque Amber ya no quería prestar atención a la Familia Farrell, le sonrió en ese momento: «Tienes buen gusto». Logan también sonrió.

Amber finalmente le habló.

No muy lejos de allí, Jared estaba sentado en su caballo, mirando impasiblemente a las tres personas que hablaban entre sí, su corazón se sentía bastante incómodo, e incluso tenía el impulso de alejar a Hayden y Logan de Amber.

En ese momento, Cole salió en el caballo que había elegido y fue a la carrera con Hayden, Logan y Stella.

Amber llevó su caballo al otro lado de las caballerizas para no estorbar en la carrera.

Como hacía años que no montaba a caballo, Amber estaba un poco oxidada en su postura al montar el caballo, no se pudo subir la primera vez y casi se cae.

Jared frunció el ceño mientras la observaba y se acercó a ella. «Cuando subas con el pie izquierdo, sujeta la silla de montar al mismo tiempo, luego pisa fuerte hacia arriba y gira el pie derecho al mismo tiempo».

Amber se volvió para mirarle: «¿Me estás enseñando?».

Jared no se comprometió: «Intenta lo que he dicho».

Amber guardó silencio durante unos segundos, sin negarse.

Después de todo, se suponía que estaba aquí para montar, y naturalmente era mejor que tuviera a alguien que le enseñara.

Así que realmente no había necesidad de ser pretenciosa en nada.

Amber recordó lo que Jared acababa de decir, y luego hizo lo que le habían dicho.

Pero, lamentablemente, aún así no pudo subir correctamente.

Algo salió mal cuando volteó la pierna derecha sobre el lomo del caballo, los ligamentos no se estiraron lo suficiente y no pudo subir la pierna derecha, y lo más vergonzoso, no logró retraerla.

Entonces su cuerpo perdió su peso y cayó hacia atrás.

Al ver esto, la expresión de Jared cambió ligeramente, e inmediatamente se bajó del caballo, extendiendo el brazo para atraparla.

Amber esperaba caer sobre la hierba, y estaba preparada para ello.

No esperaba que no sintiera dolor, pero en su lugar percibió un leve aroma a menta.

Amber abrió los ojos con desconfianza, sólo para descubrir que estaba siendo sostenida en los brazos de Jared.

Se sonrojó al instante: «Tú… suéltame».

Jared bajó la vista ante su mirada tímida, una ligera sonrisa brilló en sus ojos, y se agachó para ponerla en el suelo, pero no le quitó la mano de la cintura, «Quédate quieta, te empujaré hacia arriba».

«¿Qué? ¿Me has empujado hacia arriba?» Amber lo miró sorprendida.

Jared asintió: «Pisa con el pie izquierdo».

Amber, inconscientemente, hizo lo que le dijeron y puso el pie izquierdo en el estribo.

«Sujeta la silla de montar». añadió Jared.

Una vez más, Amber hizo lo que le dijeron.

Jared le soltó la cintura y se inclinó ligeramente, apoyando una mano en su trasero y levantando su pierna derecha con la otra, elevándola.

Amber estaba avergonzada por sus acciones.

«Bueno… ¿Puedes quitar tu mano derecha ahora?» Giró la cabeza y susurró al hombre que estaba detrás de ella.

Jared miró su mano derecha en la cadera de ella, entendió lo que estaba pasando, y levantó las cejas.

Para ser sincero, había estado tan concentrado en llevarla al caballo que no se había dado cuenta de dónde había puesto la mano.

Pero ahora que se había dado cuenta, debía soltarla.

Pero la elasticidad de sus manos le hizo negarse inexplicablemente a soltarla.

Finalmente, sin embargo, Jared cambió su mano de la cadera de Amber, a su muslo.

Aliviada por ello, Amber se abrió paso hasta el caballo mientras él la empujaba hacia arriba.

No muy lejos, Makenna salió del baño y buscaba a Jared, pero no esperaba ver esta escena.

Al ver que Jared y Amber se movían íntimamente uno al lado del otro, sus ojos se pusieron rojos de celos.

Ella sólo sabía que dondequiera que Amber apareciera, Jared se sentiría atraído por ella.

Mirando la pequeña botella que tenía en la mano, Makenna esbozó una sombría sonrisa.

La última vez que empujó a Amber por las escaleras, no consiguió que la mataran a ella ni al maldito hijo que llevaba en su vientre.

Esta vez, creía que podría tener éxito.

Con un resoplido frío, Makenna les dirigió una última mirada a las dos y volvió al área de descanso, y mientras se alejaba, abrió la botella que tenía en la mano, vertió un bulto negro de ella y lo arrojó en un lugar cerca a las caballerizas.

Después de hacerlo, juntó las manos y sus labios se curvaron en una sonrisa antes de continuar su camino.

Ni Amber ni Jared se habían dado cuenta de que Makenna los había visto.

Con la ayuda de Jared, y sus propios esfuerzos, finalmente logró sentarse en el caballo.

«Uf, eso fue mucho para asimilar». Amber sujeto las riendas y dejo escapar un enorme suspiro de alivio.

Al oírlo, Jared levantó la mano y se secó el sudor de la frente.

Fue bastante duro, en efecto.

«Gracias, Señor Farrell». Amber sonrió y dio las gracias a Jared.

No las habituales burlas y mofas, sino una sincera sonrisa de gratitud.

Los ojos de Jared entraron en trance por un momento.

No la había visto sonreírle así en lo que parecía una eternidad, ni siquiera después del divorcio.

No esperaba volver a verla así.

El corazón de Jared latió más rápido por un momento, y su manzana de Adán se deslizó ligeramente, dejando caer los párpados, con la voz ligeramente ronca al responder: «No importa».

Amber no se dio cuenta de su diferencia y miró el césped que tenía delante: «Señor Farrell, pasearé con el caballo».

«De acuerdo». Jared asintió con la cabeza.

Amber sujetó sus piernas alrededor del vientre del caballo y éste se puso a trotar.

Al ver que la velocidad no era realmente rápida y que Amber no se balanceaba demasiado, se sintió aliviado.

A este ritmo, debería estar bien.

Montó en su caballo y se dirigió de nuevo al área de descanso.

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