Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1256

Capítulo 1256:

“¡Así es! ¿No crees que exageras?” asintió Amber de forma apresurada.

Dios sabe lo impresionada que se quedó al oír la descripción que Jared hizo del caldo. Al principio, ella nunca consideró eso, pero sus palabras resonaban en su mente y pensó de repente en la imagen de que la sopa era ese agua; por tanto, Amber no sabía cuál debía ser su respuesta. A un lado, él le clavó los ojos antes de girar de nuevo hacia la Anciana Señora Farrell.

“No me digas que no te parecen iguales”.

“No lo son”. La expresión de la anciana se desfiguró ante sus palabras.

“La Señora Murphy me ayudó a pedirle a la cocinera de la familia que preparara esto. ¿Cómo te atreves a degradarlo? Está hecho con varios ingredientes y mucho trabajo”.

“¿Eh?” Elevó las cejas. “Abuela, dime ¿Qué tiene el agu…, quiero decir, la sopa nutritiva? ¿Por qué huele extraño?

“Bueno, está…”

Antes de que la Señora Murphy pudiera decirlo, la Anciana Señora Farrell tiró de sus pantalones por debajo de la mesa de piedra para detenerla. Con ese gesto le comunicó lo que estaba pensando, así que la mujer desvió rápido la mirada antes de sonreír.

“Hay ingredientes simples, pero hemos añadido algunos órganos de animales. Tienen muchas calorías y son buenos para los hombres”.

“La Señora Murphy tiene razón. Basta ya de tonterías, bebe el caldo”. La Anciana Señora Farrell frunció el ceño e instó con impaciencia a Jared; sonaba como si fuera a darle todo el cuenco de sopa de un trago si dudaba más.

Amber giró hacia él y le tiró de la manga.

“¿Por qué no la bebes? En efecto, tiene un aroma extraño y no creo que su sabor sea tan bueno. Sin embargo, sin duda no es el agua con la que limpió la cacerola; eres su nieto y ella no te haría daño”.

“La Señorita Reed tiene razón. Joven Maestro Jared, debería bebería. Es buena para su salud” añadió la Señora Murphy asintiendo con la cabeza.

La Anciana Señora Farrell no habló, pero miró fijo a su nieto. Como las tres mujeres lo observaban, él no tuvo otra opción más que ceder.

Entonces, agarró el cuenco con el ceño fruncido, tomó aire antes de cerrar los ojos y dio el primer sorbo. Decidió arriesgarse; después de todo, no importaba la apariencia porque la sopa era un gesto amable de su abuela. Por lo tanto, debía beberla, más allá de los ingredientes.

Mientras Jared la bebía, las tres mujeres lo observaron con más atención. Contrariamente a las expresiones de alivio de la Anciana Señora Farrell y la Señora Murphy, Amber estaba preocupada por él; en realidad, le inquietaba que el líquido no identificado pudiera hacerle mal. Espero equivocarme. Mientras apretaba con fuerza la cuchara, observó de manera expectante.

Entretanto pensaba en ello, lo oyó hacer ruido y escupir la sopa, por lo que se sorprendió al verlo en ese estado.

“¿Qué ocurre?” Se inclinó hacia delante para ver cómo estaba.

Jared tenía el cuerpo medio inclinado hacia ella; tenía una mano alrededor de la garganta y con otra se agarraba al costado de la mesa. Estaba escupiendo lo que había bebido y el malestar que sentía hizo que se sonrojara, lo que indicaba que no estaba en su mejor momento.

Amber pudo ver cómo sujetaba la mesa con fuerza mientras las venas del dorso de la mano se hinchaban, lo que demostraba que no se encontraba bien. Además de Amber, las mujeres también se sorprendieron por su reacción.

La Señora Murphy, por su parte, se acercó y le preguntó preocupada: “Joven Maestro Jared, ¿Se encuentra bien?”

Aunque la Anciana Señora Farrell no decía nada, su mirada delató su preocupación; al fin y al cabo, era su nieto mayor y ella no era tan despiadada como para querer verlo sufrir. Sin embargo, él no se sentía bien en ese momento y no podía responderle.

Al ver su rostro contorsionado por el sufrimiento, Amber se sintió mal por él, así que se quedó a su lado y le acarició la espalda, igual como había hecho él hacía un momento. Al ver como se desarrollaba la escena, las mujeres se miraron.

“Señora, cometimos un error, ¿Verdad?” dijo la Señora Murphy con sentimientos encontrados.

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