Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1239
Capítulo 1239:
Al final, la Anciana Señora Farrell desistió de la idea de disciplinar y enseñarle a su nuera a comportarse como una verdadera mujer adinerada; tal vez fue porque para la anciana era evidente que era imposible que aprendiera a medida que pasaba el tiempo.
La anciana señora sería capaz de soportar lo que fuera con tal de que esa mujer no causara problemas y ridiculizara a la Familia Farrell. Sin embargo, ni siquiera ese pequeño deseo pudo cumplirse.
Alguien, con una personalidad como la de Shonna, estaba destinada a no permanecer tranquila. Sin duda, la Anciana Señora Farrell escuchaba de vez en cuando que causaba problemas, que hacía el ridículo o gastaba mucho dinero en tonterías, entre otros asuntos.
En definitiva, la salud de la mujer quizás se había deteriorado debido al constante dolor de cabeza que le produjeron las excentricidades de su nuera en los últimos diez años. Fue también por esa razón que su rechazo hacia ella era cada vez mayor.
La Anciana Señora Farrell no podía entender cómo una persona tan única como Shonna existiera, pero era exactamente esa mujer de la que se había enamorado su hijo. Justo cuando la anciana señora estaba sumida en sus pensamientos, oyó el sonido de pasos apresurados antes de que la voz de su nuera resonara desde atrás; sonaba como si tratara de halagar a la Anciana Señora Farrell.
“Buenos días, señora”.
El rostro de la anciana se ensombreció cuando se dio vuelta. De repente, estaba muy molesta al ver que Shonna estaba bastante fornida.
“Parece que has aumentado de peso” comentó mientras la observaba.
Efectivamente, había engordado bastante; la última vez que se vieron fue hacía unos dos meses. A pesar de que la mujer siempre fue un poco robusta, al menos todavía podía abrir grande los ojos; esa vez, sin embargo, no podía hacerlo por completo.
Al notar el aspecto de la mujer, la Anciana Señora Farrell se dio cuenta de cómo había cambiado en solo dos meses.
Más allá del peso, ¿Qué demonios sucede con su ropa?, se quejó para sus adentros.
Shonna había aumentado de peso y se notaba en toda su figura. Aun así, llevaba ropa ajustada que dejaba a la vista los pliegues del cuerpo; era como si temiera que la gente no pudiera ver lo fornida que estaba.
Sin tener en cuenta la ropa ajustada, ¿Qué es esa horrible combinación de colores que lleva? Shonna lucía al menos seis o siete tonos distintos de la cabeza a los pies y combinaba su atuendo con un abrigo de piel; era sorprendente cómo podía usar ropa tan espantosa en público.
Como no sabía que la Anciana Señora Farrell se quejaba y la desdeñaba, esbozó una sonrisa tímida cuando oyó a la suegra comentar que estaba más robusta.
“Solo subí un poco de peso”.
i¿Un poco?! la Anciana Señora Farrell quedó estupefacta por su descaro.
“Mira tu rostro, se mueve cuando hablas. ¡Me temo que ni siquiera podré verte los ojos si sigues aumentando de peso!”
“Sin duda, está exagerando, señora”. Bajó la cabeza para mirarse.
Admitió que había engordado en el último tiempo, pero que no ganó tanto peso. De todos modos, tenía fe en que no aumentaría mucho más.
“Está bien, si tú lo dices. De todas formas, no puedo decirte lo que tienes que hacer. Haz lo que quieras, pero no te quejes cuando tengas alta la glucemia y la presión arterial alta; tampoco busques a Jared. No creas que no sé cómo te ha instado a perder peso y a ir a los controles de manera regular con los médicos y el equipo de profesionales que dispuso.
Tú, por otro lado, le ocultas que no haces lo que él te ha pedido. De hecho, ¡Despediste a todos después de que él se mudara de la Residencia Farrell, ya que no puede vigilarte!” resopló la Anciana Señora Farrell de manera tajante.
Al oir aquello, Shonna bajó la cabeza por la culpa.
“Yo… tampoco quise hacer eso, Después de todo, Jared lo hizo porque tenemos un lazo familiar, Señora, ¡Si supiera el plan para bajar de peso que me habían preparado esos desalmados! Realmente hacen lo que puedan para que no pueda comer cualquier alimento.
Me quedé sin energía después de consumir eso durante tres días; además, el equipo médico me obligaba a hacer yoga a diario, ¡Tanto que casi se me quebraban los huesos!
Por eso yo…”
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