Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1234
Capítulo 1234:
“Ajá”. Asintió con la cabeza. “La abuela ya hizo que la Señora Murphy nos prepare una habitación antes de que llegáramos. La decepcionaríamos si no nos quedamos. Ella espera que pasemos la noche aquí y desayunemos con ella mañana”.
“¿Por qué no sabía nada al respecto?” preguntó, confundida.
“La abuela decidió que no era un asunto importante como para avisarte; quería que alguien nos trajera cuando fuera la hora de descansar. Además, es tarde, así que no se quedaría tranquila si nos vamos. Pequeña Maple, no decepcionarás a la abuela, ¿No?” La miró con los ojos entrecerrados.
Amber frunció los labios y al final soltó un resoplido.
“Estoy haciendo esto por la abuela, ¿Sí? Ni siquiera me molestaría en escucharte si fueras tú quien se quisiera quedar. Sé lo buena que eres, Pequeña Maple. Resulta que la habitación ya está lista. Vamos así aprovecho la oportunidad para decirte allí por qué te han crecido los pechos”.
Después de que habló, ni siquiera esperó a que Amber respondiera antes de doblar las rodillas y llevarla en brazos como una novia. Luego, caminó hacia la habitación que estaba más adelante. Ella solo recobró los sentidos después de que él diera unos pasos.
“¡Jared! ¿Qué estás haciendo? ¡Bájame!” gritó con los ojos bien abiertos.
“No puedo hacerlo. ¿Cómo voy a soltarte, así como si nada, después de que haberte alzado?”
La sostuvo con firmeza y continuó caminando hacia adelante con pasos firmes. Ni la postura ni los pasos se vieron afectados por el forcejeo de ella. Era evidente que no lo perturbaba, sin importar cuánto forcejeara; aun así, podía seguir sujetándola con firmeza.
En cuanto a Amber, se hubiera sentido muy segura en brazos de Jared si no fuera porque él la llevaba para hacer el amor, así que, por desgracia, no sentía nada de seguridad en ese momento, solo estaba alterada.
“Jared Farrell, te lo advierto, será mejor que te detengas, yo…
Ni siquiera había terminado de hablar cuando sintió que una superficie suave en la espalda.
De forma inconsciente, Amber se dio vuelta, solo para ver que el hombre la había llevado a la habitación mientras ella forcejeaba y, en ese momento, estaba sobre una cama grande y suave. Todo había sucedido con tanta rapidez que ni siquiera notó el trayecto. Fue solo entonces que se dio cuenta de lo cerca que estaba la habitación del pasillo en el que estaban.
Cuando Jared la vio quedarse paralizada, se acercó y jugó con el cabello de forma gentil; su voz era ronca y sensual.
“¿En qué piensas?” susurró.
Ella enseguida recobró los sentidos y miró fijo el rostro atractivo del hombre que tenía cerca.
Se le tensó el cuerpo y, por instinto, trató de acurrucarse en la cama. Sin embargo, había una manta de terciopelo que evitó que ella se alejara, así que continuó en sus brazos.
“N-no es nada. Levántate rápido, Jared.
Realmente no lo haré contigo esta noche”. Le puso las manos en el pecho y trató de empujarlo suavemente.
Tras escucharla, el bajó la mirada hacia ella.
“¿Por qué no? No lo hemos hecho…”
“¡Detente!” Amber enseguida le tapó la boca. “¿Quién te dijo que quiero hacerlo? Y no quiero saber cómo es que me crecieron los pechos, así que levántate. Estamos en la antigua mansión. La abuela se enterará si lo hacemos aquí y será muy vergonzoso”.
Si bien Jared parecía no estar nada avergonzado, ella sin duda que estaba preocupada de que la Anciana Señora Farrell se burlara de ella.
“¿Por qué te avergüenzas?” preguntó él de forma despreocupada mientras deslizaba las manos hacia la cintura.
No solo no se levantó, sino que ya no se esforzó por sostener el cuerpo y se dejó caer sobre ella. No hacía falta mencionar que el hecho de que Jared pusiera todo el peso de su cuerpo sobre ella añadía tanta presión que le costaba respirar.
“Jared, tú…”
“Pequeña Maple, ¿Por qué no adivinas el motivo por el cual la abuela nos dio una sola habitación para los dos, en vez de una para cada uno?” la interrumpió, sonriendo sutilmente, justo cuando estaba por quejarse.
Lo que dijo la tomó desprevenida y se dio cuenta de que, en efecto, la Señora Murphy no les había dado dos habitaciones. No era la primera vez que Amber y Jared se quedaban a dormir en la antigua mansión e, incluso en aquel entonces, también se habían quedado en una habitación.
La única diferencia era que, en ese momento, no estaban juntos y era por eso que, Amber no pensaba que hubiera un problema. ¿Esta es la consecuencia por acostumbrarme a dormir con él?, se lamentó en silencio.
Para ella, era tan habitual hasta el punto en el que todos, incluida ella misma, no creía que fuera un problema que se quedaran en la misma habitación, aunque no se habían vuelto a casar. No solo eso, sino que era natural que hicieran lo que habían hecho en la habitación.
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