Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1157

Capítulo 1157:

La expresión del Viejo Señor Jones cambió, mientras que, tras ser reprendido por la Anciana Señora Farrell, Germán, quien no se atrevía a abrir la boca, se puso pálido.

Inmediatamente, la miró con pánico.

Estamos acabados. ¡Estas dos mujeres saben lo que Norah siente por Jared!

Aún con miedo, el Viejo Señor Jones tenía experiencia en su larga vida lo que lo ayudó a calmarse y apretó el puño antes de esbozar una sonrisa.

“Bromeas, Anciana Señora Farrell. ¿Cómo crees que puedo pensar así?

“Ya basta. Ya que hemos llegado a este punto, no tiene sentido seguir fingiendo.

Hace tiempo que sabemos lo que esa nieta suya siente por el Señor Jared.

¿Cómo no vamos a saberlo, viendo que no le quita los ojos de encima cada vez que se la encuentra? Hasta un ciego podría darse cuenta”. La Anciana Señora Farrell puso los ojos en blanco.

“Además, es sabido que usted, Viejo Señor Jones, adora a su nieta y haría todo lo posible por satisfacer sus deseos y necesidades; claro que apoyaría que su nieta esté enamorada del Joven Maestro Jared. Pero como él y la Señorita Reed están juntos, usted quería instigar a la señora y utilizarla para separarlos.

Así, su nieta tendría la oportunidad de conseguir lo que deseaba, ¿No?”

Aunque ambos, padre e hijo, intentaron responderle, eran incapaces de contradecirla. Supusieron que ellas habían dado en el blanco, sin embargo, nunca predijeron que en verdad supieran que Norah estaba enamorada de Jared desde hacía tiempo; en ese caso, eso significaba que lo que les habían dicho a las mujeres era lo más ridículo que se podía decir.

De repente, el Viejo Señor Jones sintió verguenza y arrepentimiento al pensar que se había precipitado demasiado. Era tal como lo había mencionado la Anciana Señora Farrell; su objetivo al ir allí era persuadirla para que dijera unas palabras a favor de la Familia Jones y la mejor táctica sería persuadir a Jared y Amber, lo que también significaba que la tarea más urgente sería limar asperezas con Jared primero.

En cuanto a que la pareja se separara, no tenían ninguna prisa por conseguirlo.

Sin embargo, no pudo evitar hablar mal de Amber, pues pensó cuán perfecto sería si la Anciana Señora Farrell podía convencer a Jared para que terminara su relación con ella, ¿No?

Lo que él no predijo fue que la Anciana Señora Farrell le guardaba mucho cariño a Amber; aunque, lo más importante era que la anciana sabía desde hacía tiempo que a Norah le gustaba Jared, por lo que no solo sus palabras dejaron al descubierto sus intenciones, sino que también dejó una muy mala impresión en la Anciana Señora Farrell.

Esta vez sí que estoy jodido.

Justo cuando el Viejo Señor Jones se arrepentía de sus actos, la Anciana Señora Farrell agarró el bastón que le había entregado la Señora Murphy y le dijo: “Además, ¿De verdad creía que no sabía lo que habían publicado en Internet?”

¿Qué? el Viejo Señor Jones y Germán quedaron paralizados una vez más y el primero se encontró con la mirada burlona de la anciana.

“Solo fingí no saber porque quería escuchar lo que iba a decir, viejo tonto.

Pero ¿Qué dijo? Mintió. Sé muy bien lo que sucedió; no crea que soy una vieja que se queda en su casa todo el día.

Tengo una red de información muy bien establecida y esa nieta suya estaba calumniando a Amber en Internet. No quería defender a Jared, lo hizo porque le gustaba y quería que terminara su relación con así que, así que inculpó a Amber e hizo parecer que lo engañaba, todo eso solo para estar con él.

Y usted, viejo tonto, lo ha tergiversado todo para que parezca que ella trataba de defenderlo. ¡Ja!”

“No solo es una ironía, sino que nos trata de tontas, señora” la Señora Murphy apiló al resentimiento de la Anciana Señora Farrell mientras miraba al Viejo Señor Jones con desdén.

Con una expresión pálida y horrible, el las miró desolado.

“Ustedes dos lo sabían, pero fingieron que no. ¿Todo para verme hacer el ridículo?”

“¿Verlo hacer el ridículo? No estoy tan aburrida” la Anciana Señora Farrell se burló: “Solo quería ver si era sincero. Si lo hubiera sido desde el principio, tal vez lo hubiera valorado más el hecho de que venga en persona a disculparse.

Pero mintió e incluso tergiversó todo, tratándonos como tontas. ¿Por qué debería importarme lo que piensa? Váyase. No voy a acceder a su petición y convencerlos de que lo perdonen.

Todavía tengo orgullo”.

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