Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1104
Capítulo 1104:
“Señorita Jones, soy yo”.
El Oficial Hughes no pudo evitar admirar al hombre por su talento cuando lo escuchó.
“¿Yo? ¿Quién?”
Del otro lado del teléfono, la Señorita Jones estaba en el extranjero. En ese momento, el cielo estaba oscuro, aunque fueran las cinco o seis de la mañana. La mujer vestía pijama y sujetaba el teléfono con una mano mientras que con la otra se ayudaba para estirarse.
Después, se apoyó en la cabecera de la cama y suspirando, preguntó enojada. No se veía encantadora ni madura, en cambio, tenía un aura adorable, un rostro redondo y regordete, grandes ojos, pequeña nariz y labios finos; además, su figura era tan pequeña que ni su pijama lo podía disimular.
Aunque se veía pequeña, parecía una estudiante de secundaria menor de edad. De hecho, la mujer tenía más de veinticinco años; esta era la nieta de Hugo, la Señorita Jones.
Sin embargo, eso no cautivó al Señor Brown porque notó que ni siquiera podía reconocer su voz; apretó los dientes y adoptó un tono más sombrío.
“Yo, el editor de Medios Ardilla”.
Cuando escuchó que era él, la adormilada la Señorita Jones finalmente recordó quien era. Se quedó pasmada por un momento antes de volverse impaciente: “¿Es usted? ¿Por qué me llama? No lo olvide, no amaneció todavía aquí. ¿No le preocupa hacerme enojar por interrumpir mi sueño?
Mientras hablaba, era el ejemplo vivo de lo que era ser una mujer egocéntrica y orgullosa. En el pasado, el Señor Brown habría reprimido su odio por tal arrogancia y la habría convencido; antes era la nieta de Hugo y este no había terminado su relación con Jared. Pero era una situación diferente en ese momento.
Jared quería atacar a la Familia Jones, lo que indicaba que sus lazos se habían roto. En cuento al Señor Brown, no necesitaba rebajarse ante la mujer arrogante.
Después de pensar en su situación actual, abandonó la farsa y le gritó: “Señorita Jones, maldita p%rra, me importa un bledo si estás complacida o no. Será mejor que me escuches. ¡No he terminado contigo!”
La Señorita Jones se sorprendió cuando escuchó que le gritaba sin piedad y solo volvió en sí un tiempo después. Su adorable rostro se sonrojó con enojo y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Al final, cruzó las piernas y respondió con voz aguda: “¡¿C-cómo se atreve a gritarme?!”
¡Me llamó maldita p%rra! Durante toda su vida, nunca la habían insultado de tal manera ya que todos la trataban como si fuera una joya; sin embargo, ese hombre se atrevía a reprenderla.
“¡Desgraciado!”
No dejaría que se saliera con la suya. Se mordió el labio y estuvo a punto de explotar de la furia mientras su pecho se inflaba. Quizá tenía mal temperamento y era arrogante, pero había recibido la educación de los ricos y famosos desde que había nacido, así que era desafortunado que no tuviera habilidades para discutir.
Incluso si quisiera gritarle al Señor Brown, no podía insultarlo porque solo conocía la palabra desgraciado. Por ende, solo podía usar esa palabra para gritarle al Señor Brown.
Este desdeño enojado porque siempre había estado en contacto con esas muchachas demasiado orgullosas y pensaba que no era propio de ellas saber insultos. Cuando escuchó que utilizaba una palabra de tan bajo nivel para insultarlo, la desdeñó.
La Señorita Jones se dio cuenta de que el Señor Brown la menospreciaba, lo que la hizo enojar aún más, pero ya que no sabía malas palabras, solo pudo chillar mientras lanzaba el teléfono en el edredón.
“Brown, ¿Tiene las agallas de ofenderme?
¿Piensa que no hablaré por usted con mi abuelo y Jared y les pediré que lo saquen de Olkmore?”
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