Enamorado de mi ex esposa -
Capítulo 1045
Capítulo 1045:
Después de preparar la taza de cafe,
Jimmy se la dio con las dos manos antes dar un paso atrás y responder: “Acaban de llamar, Señor Brown. Era la Señorita Reed de Compañía Goldstone”.
En cuanto dejó de hablar, al Señor Brown de repente le tembló la mano, por lo que se cayó el café encima y lo quemó.
Luego, se incorporó de la silla de un salto y tiró la taza.
¡Crac! Se escuchó un gran ruido, ya que la taza de porcelana había quedado hecha añicos. No solo se salpicó el café por todos lados, sino que las manchas contrastaban con la baldosa blanca, lo que hacía que el lugar se viera muy sucio.
Sin embargo, nada de eso era importante, sino el hecho de que el Señor Brown se había quemado. Como acababan de preparar el café, lo quemó al punto de que se le enrojeció al instante. Tras sentir el dolor de la piel, el Señor Brown comenzó a temblar, al igual que su rostro regordete.
Jimmy nunca pensó que un comentario suyo asustaría a una persona de ese modo. Después de un momento de sorpresa, por fin recobró los sentidos y buscó una bolsa de hielo con rapidez.
“Lo siento, Señor Brown. Me olvidé de decirle que el café estaba caliente. Aquí tiene una bolsa de hielo. Rápido, póngasela”.
Al ver la bolsa, el Señor Brown se la quitó y se Ja puso sobre la mano. Con la ayuda del hielo, sintió que el dolor se aliviaba mucho y dejó de tensar la expresión del rostro, pero fijó la mirada cruel en Jimmy. Si no fuera porque tenía asuntos más importantes, lo regañaría. Ni siquiera puede hacer una simple tarea.
Qué estúpido. Jimmy, que sabía que ese hombre regordete lo maldecía en su interior, frunció los labios. Maldígame todo lo que quiera, ya que, de todos modos, renunciaré. No me importa si la mujer logra mantener la compañía a flote, no me quedaré mucho más tiempo.
Como claramente todavía no había renunciado, no exteriorizó ese pensamiento.
“Debe haber llamado por el escándalo que publicamos; tal vez ya nos descubrió. ¿Qué fue lo que dijo?” preguntó presionando la bolsa de hielo que tenía sobre la mano.
Jimmy levantó la mirada hacia él.
“Nos preguntó por qué publicamos este escándalo infundado”.
“¿Eso fue todo?” el Señor Brown estaba incrédulo.
“Por supuesto que no. La Señorita Reed también preguntó quién nos dijo que lo publicáramos” continuó, sacudiendo la cabeza.
Eso asustó al Señor Brown de nuevo y pensamiento. De otro modo, este hombre regordete puede que altere mi solicitud de renuncia y no me deje ir.
“Señor Brown, buscaré los productos para limpiar el suelo”.
Hizo una reverencia sutil y se dio vuelta, pero el Señor Brown lo detuvo.
“Espera un momento, eso puede esperar. ¿Dijiste que Amber Reed de la Compañía Goldstone acaba de llamar?” el Señor Brown se sentó y se supo muy serio.
En ese momento, lucía como un jefe de redacción.
“Sí”. Jimmy se enderezó.
Tembló.
“¿Qué? ¿De verdad nos preguntó eso?”
“Se lo juro”. Jimmy asintió.
“¿Cómo puede ser?”
Tiró la bolsa de hielo y se puso de pie para caminar alrededor del escritorio con una expresión un poco graciosa, ya que reflejaba indicios de preocupación, ansiedad y miedo al mismo tiempo.
“¿Cómo supo que alguien nos dio la orden?” murmuró mientras caminaba.
Jimmy, que vio que no lo miraba, puso los ojos en blanco con descaro.
“Señor Brown, la Señorita Reed no es tonta. La noticia es falsa y no hay problemas en su relación. Que nosotros la hayamos publicado cuando su relación es tan sólida es insultarlos de forma descarada.
Y ¿Qué clase de compañía pequeña como nosotros puede atreverse a insultar al Presidente Farrell? Ya que eso fue exactamente lo que hicimos. No es muy diferente a anunciarle a todo el mundo que alguien nos apoya”.
El Señor Brown se detuvo; había empalidecido.
“No pensé en eso. ¿Qué deberíamos hacer ahora?” Miró a Jimmy con una expresión de pánico. “Si solo fuera que creamos rumores sin fundamentos, no pasaría nada, pero ahora que saben que lo hicimos por dinero, solo será peor para nosotros. Si el Presidente Farrell nos ataca, no tendremos la más mínima posibilidad de resistirnos. ¡Estamos en graves problemas!”
Jimmy sonreía en su interior. ¿Ahora tiene miedo? Entonces, ¿Por qué lo hizo?.
“¿De qué debe tener miedo, Señor Brown? ¿Acaso no dijo que lo hizo porque la mujer era muy competente?
Dijo que ella podía mantenerlo a usted y a la compañía a salvo incluso cuando el Presidente Farrell nos atacara, ¿No?
Entonces, ¿De qué tiene que preocuparse?” lo consoló, ya que no se atrevía a decir lo que pensaba.
“Si, dijo eso”. En un principio se sorprendió, pero luego se rio. “Dios mio, me asustaste con tu comentario de antes. Se me había olvidado ese detalle por completo. Sí, lo dijo, así que no tenemos que preocuparnos por nada”.
Luego, se sentó y dejó que Jimmy le sirviera otra taza con café.
“Señor Brown, ahora que no tenemos que preocuparnos por el Presidente Farrell, ¿Qué hay de Ja Señorita Reed?” le preguntó después de dejar la taza frente a él con la mirada resplandeciente.
“Ni siquiera nos vamos a preocupar por el hombre importante, así que ¿Por qué deberíamos hacerlo con su insignificante esposa? Solo es una princesa de una familia caída en desgracia; no es nada sin él. Además, incluso será una amenaza menos importante cuando el Presidente Farrell termine la relación con ella” desdeñó mientras bebía café.
“Tiene razón, Señor Brown, pero ¿Está seguro de que se separarán?” lo aduló sonriendo.
El Señor Brown movió el dedo regordete; lucía arrogante.
“Esto es algo que no sabes. No has mantenido una relación, ¿No? A los hombres les preocupa su reputación. Si bien el escándalo es falso, Amber sí entró al hotel con ese extraño llamado Cole.
Ahora que borraron las grabaciones de las cámaras de seguridad, no pueden probar su inocencia por completo. Además, de la forma en la que la noticia se está viralizando en este momento y con la ayuda de la gente que esparce nuestro rumor en internet, casi todos creen que Amber lo engañó.
Así que incluso aunque el crea que no lo hizo, las dudas comenzarán a formarse en su mente. Cuando un hombre tiene ese tipo de dudas, no podrá hacerlas desaparecer, ya que esos pensamientos se apoderarán de su mente.
Incluso aunque no se separen ahora, lo harán tarde o temprano. Solo espera y veras”.
“Entiendo. Realmente es muy sabio, Señor Brown; sabe tanto”. Jimmy le levantó los pulgares.
Como estaba de bueno humor, el Señor Brown se rio.
“No es nada. Como he vivido veinte años más que tú, es solo natural saber más. Tendrás más conocimiento de esto cuando tengas mi edad”.
“Entiendo, lo admiro, Señor Brown. Es mi referente” dijo con orgullo.
El Señor Brown, a quien de poco le gustaba lo que le decía, comenzó también a admirarlo.
“Señor Brown, siento curiosidad por algo más. ¿Quién es la mujer? ¿Cómo es que tiene la habilidad de salvar a nuestra compañía del ataque del Presidente Farrell? Nunca he oído de una mujer de una familia prominente que tenga tanta influencia” le preguntó, ya que sabía que era el momento indicado tras observarlo.
Gracias a sus halagos constantes de hacía un momento, la impresión del Señor Brown para con él había mejorado mucho, así que no se molestó en intentar esconder la verdad en esa oportunidad.
“Si realmente quieres saber, no me molesta contarte el pequeño secreto” dijo mientras bebía otro sorbo de café.
“Bueno”.
Con una mirada resplandeciente, Jimmy se metió las manos en el bolsillo del pantalón.
“El motivo por el que puede salvar a nuestra compañía no es porque tenga una familia prominente que la apoya“ continuo dejando la taza a un lado, sin prestarle atención a lo que hacía Jimmy.
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