Enamorado de mi ex esposa
Capítulo 1037

Capítulo 1037:

“Soy un buen jefe”. Jared levantó levemente el mentón con expresión presumida.

A Amber se le crispó la comisura del labio.

“Oye, oye, oye. Estoy siendo sarcástica. ¿No te das cuenta?”

Sabía que le encantaba explotar a Ben, pero nunca se imaginó que llegaría tan lejos. Era como si Jared no supiera qué tenía de malo hacerlo.

“Sí”. Él se apoyó contra la silla y sonrió. No era tonto, ¿Cómo no iba a ser capaz de entender lo que quería decir?

“¿Qué es esa expresión orgullosa?”

Ella puso los ojos en blanco.

Él sonrió.

“Si él no trabajara horas extra, entonces, yo tendría que hacerlo. En ese caso, no tendría tiempo para estar contigo. ¿Por qué no dejar que él haga el trabajo? Está soltero y tiene bastante tiempo para hacerlo”.

Amber se quedó atónita al escuchar sus desvergonzadas pero razonables palabras. A pesar de la frustración y el sentimiento divertido, sintió pena por Ben.

¿Qué tiene de malo estar soltero?

¿Es motivo para ser explotado?. Se sintió impotente y se masajeó la frente.

“Piénsalo. Si no fuera por ti, tendría tiempo para encontrar novia”.

Jared se quedó callado. Eso también tiene sentido. Sin embargo, no lo admitiría, ya que, si lo hacía, sería el principal motivo por el cual Ben estaba soltero.

Por consiguiente, jamás asumiría la responsabilidad, así que no era culpa suya. Como una ocurrencia tardía, frunció los labios y tosió antes de responder con indiferencia: “No es culpa mía que esté soltero, es de él. No quiere tener novia, de lo contrario, encontraría tiempo para conseguir una, sin importar lo ocupado que esté”.

En resumen, no era problema de Jared. Amber sabía que estaba siendo obstinado y no admitía la verdad.

Inventaba una excusa, por lo que ella negó con la cabeza con impotencia.

“Sí, sí. No es problema tuyo. Te preocupas tanto por tus empleados.

¿Cómo es posible que tus subordinados no tengan tiempo para encontrar pareja cuando tienen un jefe tan amable?

Al escucharla, Jared tarareó en respuesta con descaro. Sí, es cierto.

A ella se le volvieron a crispar los labios, Este hombre descarado. Ella había dicho eso a propósito y, sin embargo, él lo aceptó sin sentir nada de culpa. ¿Qué debería hacer con Jared?

“Está bien. De todos modos, no lo explotes demasiado. Ustedes aún son jóvenes y tienen que trabajar juntos por algunas décadas más. Si lo presionas demasiado, afectará su salud y ¿Qué harás en diez años? ¿Estás seguro de que podrás encontrar a alguien con quien tengas buena relación y te conozca tan bien como él?”

Puso los ojos en blanco.

“Pequeña Maple” respondió él después de algo de tiempo.

“¿Si?” Ella inclinó la cabeza. “¿Qué sucede?”

“Tú…”. Jared frunció los labios y su voz se desvaneció. Unos segundos después, continuó: “Creo que eres peor, ya que presionas a Ben más que yo”.

Ella se quedó atónita.

“¿A qué te refieres? ¿Cómo es que soy peor que tú?

¡No me incrimines!”

“Admito que tengo grandes expectativas de él, pero jamás pensé tenerlo conmigo durante tanto tiempo, mientras que tú ya planeaste su futuro dentro de décadas. Parece que quieres atarlo a Grupo Farrell y que sirva a la compañía para siempre” le explicó con un destello de burla en la mirada.

Amber se quedó sin palabras por un momento al escucharlo y se sonrojó.

“iN-no! No me refería a eso. S-solo te aconsejo que no lo presiones demasiado” tartamudeó.

“No digo que quiera que trabaje en Grupo Farrell para siempre”.

Se quedó callada y agachó cada vez más la cabeza mientras la invadía la culpa. No pudo evitar sentirse de esa manera, dado que no se refería a eso; no obstante, la forma en que lo dijo daba lugar a ciertos malentendidos.

Por lo tanto, ¿Cómo no iba a sentirse culpable? Su forma de expresarse estuvo mal desde un principio.

Al ver su expresión avergonzada y aturdida en de la pantalla, él sonrió. Si ella hubiera estado allí con él, la habria abrazado y besado. No pudo evitar sentir el impulso; era demasiado adorable. Por lo general, ella se comportaba con madurez y su sentido de la moda era el de una mujer de negocios, por lo tanto, era extraño que apareciera su lado tímido.

Rara vez la veía actuando de esa manera. ¿Cuál es la jerga de Internet? Ah, estoy loco por ella. Después de observar la reacción de Amber, pudo sentir que se le aceleró el corazón, al mismo tiempo que tenía una sensación ardiente. Supongo que así se siente estar perdidamente enamorado.

“Sé que no te referías a eso. Solo bromeaba”. Se giró a un lado y apoyó el mentón, miró a la mujer en la videollamada de una manera abatida pero varonil.

Ella lo fulminó con la mirada.

“Siempre eres así”.

Él se rio por lo bajo y su voz grave era atractiva.

“De acuerdo. Me detendré”.

La mujer resopló y decidió dejarlo en paz, luego, lo miró con curiosidad.

“¿Dijiste que no planeas mantener al Señor Ben a tu lado? ¿A qué te refieres? ¿Lo despedirás?”

El negó con la cabeza.

“Por supuesto que no. Posee el cero coma dos por ciento de la oferta pública inicial de nuestra compañía.

Así que no es solo mi asistente, sino que también es accionista de la compañía; estará vinculado al Grupo Farrell para siempre. No planeo tenerlo a mi lado durante una eternidad porque, una vez que sea el momento adecuado, dejaré que maneje una filial. Ben es un hombre capaz, por lo que desperdiciaría su talento si trabaja como asistente para siempre.

“Ya veo”. Amber asintió al darse cuenta lo que quiso decir. “Escuché que los propietarios de grandes compañías dejan que sus personas de confianza se encarguen de las filiales”.

Es cierto.

“Por supuesto. Quienes trabajan cerca de mí son confiables. Dejar que se encarguen de las filiales es un reconocimiento a sus aptitudes.

Tampoco tendré que preocuparme sobre los traidores en las filiales”.

Entrecerró los ojos.

Ella se acarició el mentón.

“Acabo de aprender algo nuevo. En definitiva, harás lo mismo con Ben y los demás asistentes y secretarias, ¿Verdad?”

Jared tarareó en respuesta.

“Asi es. No puedo hacer que trabajen para mi como asistentes y secretarias para siempre, puesto que tienen potencial. Es condescendiente tenerlos atrapados en esa posición. El motivo por el cual aún los tengo a mi lado es para entrenarlos”.

“Entiendo”.

Ella se acomodó el cabello detrás de la oreja mientras pensaba: Volví a aprender algo nuevo. Si Goldstone tuviera esas condiciones, habría puesto su conocimiento en uso. No obstante, la compañía aún tenia que crecer y, una vez que lo hiciera, podría asignar a quien quisiera a donde quisiera como Ben. La mujer no pudo evitar reírse con nerviosismo ante la idea. Al verla reírse de esa manera, él sintió curiosidad.

“¿De qué te ríes?”

“De nada”. Agitó la mano, no estaba dispuesta a decirle todo lo que pensaba, dado que temía que se riera de su ilusión.

A fin de cuentas, no se sabía en cuánto tiempo Goldstone crecería para llegar a ser una compañía tan grande, ya que ella ni siquiera estaba segura de si podía lograrlo. Por lo tanto, pensó que sería mejor no contarle; sería un secreto suyo.

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