Capítulo 592:

Por fin entiendo a qué se refiere Linda cuando me dice que esté preparado.

Deben de pensar que será un duro golpe para mí si Francis no despierta nunca.

No es cierto.

Si está vivo, nada importa realmente.

Además, el médico ha dicho que quizá despierte mañana.

Hay tantos casos en Internet de personas que son devueltas a la vida desde el estado vegetativo por sus seres queridos. Creo que yo también puedo hacerlo.

Quizá no pase mucho tiempo antes de que Francis despierte y vuelva a cogerme de la mano.

Si existe la posibilidad, esperaré.

Esperaré un día o dos, un año o dos, o incluso una docena de años.

Me doy por satisfecha si puedo permanecer a su lado.

«Ya veo. ¿Puedo visitarle todos los días?» El médico asiente.

Parece un poco sorprendido.

Debe de preguntarse por qué lo acepto tan fácilmente.

Pero el doctor ha visto demasiadas cosas extrañas. Pronto se recupera de la mirada de asombro.

«Puedo dejar que ocupes el lugar de la enfermera por el momento. Pero no tendrá que quedarse aquí mucho tiempo. Le llevarán a su ciudad natal dentro de medio mes, y usted no tendrá que andar a hurtadillas así». Asiento, sintiéndome más satisfecha.

Su regreso significa una reunión familiar.

¿No es perfecto?

Unos diez minutos después, salgo con el médico.

La idea de que siempre podré visitarle me hace sentir mejor.

Después de salir, Linda me lleva a casa.

Cuando llego a casa, Mindy está frenética.

Se acerca corriendo y me da un puñetazo en la frente en cuanto me ve. «Jane, ¿Dónde demonios has estado? Me dijiste que tenías que hacer horas extras y que no podías venir a casa en dos días, ¡Pero resulta que te estás dibujando a la llama! ¿Te ha dr%gado Francis o algo así? ¿Cómo puedes sacrificarte tanto por él? ¿Cómo puedes intentar acabar con los traficantes internacionales tú sola? Eres una mujer casada. Quédate en casa y cuida de los niños».

Sonrío. La regañina de Mindy es cálida y dulce.

Esta chica está demasiado preocupada por mí.

La rodeo con el brazo, bajo las comisuras de los labios y le digo: «¿Quién dice que las mujeres casadas sólo pueden cuidar de sus hijos en casa? Mírate, ¿No estás tú también deambulando por ahí?».

Mindy me fulmina con la mirada y continúa en tono serio: «¿Estás de broma? ¿Tienes idea de lo terribles que pueden llegar a ser Mike e Hilda? ¡Has pasado por un infierno! No me importa lo que pase entre Francis e Hilda. ¡No puedes dejar que te pase nada malo! Eres mi mejor amiga. ¡Simplemente no puedes!» Sé que Mindy ha malinterpretado a Francis.

Y ya es hora de que le diga la verdad.

Tiro de ella hacia el sofá por el brazo y le digo suavemente: «Escúchame. No es lo que piensas».

Le he contado a Mindy todo lo que ocurre entre Francis e Hilda.

No es hasta ahora cuando por fin lo entiende.

Francis nunca me ha traicionado.

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