Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 293
Capítulo 293:
No hay necesidad de que peleemos».
Mi corazón latía fuertemente, mis fosas nasales se ensanchaban con rabia y mis puños estaban apretados con mucha fuerza, pero logré mantener una expresión tranquila.
“No, ella no irá a ninguna parte contigo».
Estaba preparándome mentalmente, preparándome para defenderme de todos los que nos rodeaban.
Intenté contarlos y memorizar sus posiciones para saber contra quién debía pelear primero, pero antes de que alguno de nosotros pudiera hacer algún movimiento, un aullido se escuchó en la distancia.
Había sido un aullido de advertencia y Eric también se había sorprendido al escucharlo.
En ese momento, varios lobos aparecieron detrás de mi hermano, rodeándolo a él y a sus secuaces.
Varios de ellos eran soldados de la capital, y entre ellos, y también en sus formas de lobos, vi a Tanya, Alexander y…
Mi padre, el rey.
Punto de vista de Eric
Cuando era niño, todos me decían que no podía controlarlo todo, que la vida era impredecible y que tendría que aprender a reaccionar y adaptarme a las circunstancias.
Pero yo decidí que no escucharía sus consejos y decidí ir en contra de ellos.
Crecí y me convertí en un hombre que hacía todo lo posible para controlarlo todo y se aseguraba de que nada lo sorprendiera.
Y aunque ese rasgo me había servido bastante durante mi vida, en el momento en el que vi a esos lobos llegar, me sentí perdido.
Miré a mi padre a los ojos, incrédulo, incapaz de disimular mi sobresalto.
Mis ojos parpadeaban rápidamente, y al mirar a la izquierda, vi a Tanya.
Oh, la pequeña Tanya.
Deseé que esa mujer siguiera siendo la omega débil y temerosa que siempre se ocultaba tras mi hermano.
Sin embargo, ahora caminaba orgullosa junto al rey y tenía una fiereza en sus ojos que resaltaba su belleza.
Al verla, no pude evitar recordar la última visita que le había hecho a mi padre en el hospital.
Mis sospechas acerca de la ventana abierta habían sido ciertas.
Si tan solo hubiera escuchado mi instinto, si tan solo me hubiera tomado un momento para prestar más atención al leve olor a lobo que me pareció haber percibido.
Había sido descuidado.
Me había obsesionado tanto con la fuga de Lily y la puesta en marcha de los planes para eliminar a Marco que me había olvidado por completo de la pequeña Tanya.
«Debería haber matado a mi padre cuando tuve la oportunidad», pensé.
Sin embargo, estaba seguro de que algún día podría corregir mis errores.
No volvería a dejar que algo así sucediera de nuevo, nunca más alguien me tomaría con la guardia baja.
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