Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 264
Capítulo 264:
Había estado resignada al hecho de que jamás tendría una loba interna; estaba convencida de que siempre sería una abominación para la especie, así que al oír su voz me quedé atónita.
Pero a ella no pareció importarle; su actitud era más bien infantil y parecía mucho más interesada en otras cosas.
“Nunca había tenido la oportunidad de decirte que Marco exhala un aroma muy agradable.
No sé qué es, pero a decir verdad, me sentía mucho más poderosa cuando él estaba cerca de mí», señaló.
No pude evitar que una sonrisa se dibujara en mis labios, y lo que dijo a continuación me hizo sentir aún mejor.
“Y tú tienes el aroma de una mujer lobo.
Sin embargo, como acabo de despertar, es muy débil.
Pero no te preocupes; con el paso del tiempo se hará más intenso y pronto podrás transformarte en una loba», declaró con entusiasmo.
Siguió hablando acerca de cuán emocionada estaba ahora que finalmente había podido hablar conmigo.
Me comentó que siempre había estado allí, pero que no había podido hablarme, y además manifestó que sentía una gran alegría al poder compartir la vida conmigo.
En cierto modo, aquello fue un bálsamo, pues había sentido una gran tristeza al enterarme de que Lily también estaba en el bar.
Mi conversación con Freya terminó cuando finalmente llegué al bar.
Reconocí allí todos los rostros familiares que no había visto durante años: Philip, Thomas, Oliver, Cathy y Lily, además de otros cortesanos.
Sin embargo, la multitud reaccionó con frialdad ante mi presencia.
Si bien no se mostraron abiertamente rudos, era evidente que les disgustaba que yo estuviera allí, probablemente debido al hecho de que Lily les había comentado que había decidido abandonar a Marco a cambio de dinero.
Desde luego, Lily no ocultaba su resentimiento.
Me lanzó una mirada hostil y corrió junto a Marco, en quien yo había posado los ojos.
Estaba sentado, inmóvil como una estatua de mármol tallada con pericia divina, pero, a pesar de su estampa de dios, en ese momento no se veía bien.
No obstante, a Lily claramente no le importaba ello.
Lo que realmente le interesaba era hacerme sufrir.
Le lanzó una sonrisa coqueta a Marco, pero, en el momento en que volvió a mirarme, noté que su mirada traslucía aquella maldad pura que anidaba en su corazón.
Yo era consciente de su animadversión hacia mí.
“Nadie soporta tu presencia», declaró mientras caminaba hacia mí con la gracia intimidante de una bailarina, haciéndome retroceder, atemorizada.
“Ya deja de ser un estorbo.
Si te vas a casa, nos harías un favor a todos», me dijo en tono mordaz.
A pesar del profundo dolor que sentía en mi corazón, dejé de mirarla y posé mis ojos en Marco.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar